La sesquidécada de febrero es especialmente monstruosa. Como expliqué en notas anteriores, hace quince años estaba preparando mi tesis sobre la vinculación de las relaciones de sucesos extraordinarios con la literatura fantástica. No es extraño, pues, que dos de los libros que aparecen en esta sesquidécada representen la conjunción de ambos géneros.
El primero de ellos es una monografía muy recomendable, incluso para el lector no especialista, sobre el tema de los monstruos: Monstruos, demonios y maravillas a fines de la Edad Media, de Claude Kappler. Es un estudio sobre la visión del monstruo desde distintos ámbitos, indagando en los orígenes y la significación de esa aparición constante en el universo del hombre medieval, bien sea a través de los bestiarios, de los libros de viajes o de las relaciones de sucesos. El libro está profusamente ilustrado y utiliza un tono divulgativo cercano al lector actual.
La palabra monstruo proviene del latín monere, que significa "advertir, avisar" (de ahí deriva también "mostrar" y "demostrar"), y está ligada al poder divino de avisar de su grandeza a la humanidad mediante prodigios. El monstruo como síntoma de la ira o el enfado divino iría adquiriendo connotaciones negativas a lo largo del tiempo, aunque tenemos obras como el Frankenstein de Mary Wollstonecraft Shelley que recuperan el trasfondo de su valor ético, científico y religioso. En la revista Métode de 2002 podéis leer un artículo que escribí sobre Monstruos y prodigios.
Cruzando los límites del género, en ese difuso margen entre la historia, el mito y la literatura, se encuentra el El libro de los seres imaginarios (originalmente publicado como Manual de zoología fantástica) escrito por Jorge Luis y Margarita Guerrero. Esta obra, difícilmente clasificable, es una recopilación de seres extraños procedentes de varias culturas. Algunos provienen de la mitología, otros de obras religiosas y otros de autores como Lewis Carroll, Kafka, H.G. Wells...
Se trata de un libro ameno que he recomendado a menudo en Bachiller para el alumnado interesado en la mitología o en el género fantástico. Creo que muchos se sorprenden al encontrar las fuentes originales de algunos de los seres que aparecen en películas o videojuegos actuales. Es, además, una obra que da pie a trabajar algún proyecto creativo en el aula, sobre todo ahora que podemos combinar fácilmente la literatura con la búsqueda de información y con la creación de artística de productos audiovisuales: cortometrajes, cómics, póster digital, etc.
Espero que tanto monstruo no os quite el sueño, aunque ya sabéis que es precisamente el sueño de la razón el que produce monstruos.
2 comentarios:
Me ha encantado esta "Sesqui", me apunto los libros monstruosos y frikis a partes iguales ;) Muy bien escrita, por cierto. Aunque a los habituales este hecho no nos sorprende :)
Gracias, Mª José, lectora fiel y friqui a la par :)
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