El libro curioso se titula El rival de Prometeo: Vidas de autómatas ilustres, y se trata de una antología de textos diversos a cargo de Sonia Bueno y Marta Peirano. Está organizado en cuatro bloques, que van desde fragmentos de Descartes o los enciclopedistas ilustrados, hasta relatos de ciencia-ficción de principios del siglo XX, pasando por clásicos del Romanticismo. Es una obra interesante para acercarse al tema de la inteligencia artificial antes de que existiese, con ramificaciones hacia los aspectos éticos y terroríficos que la rodean. Muy recomendable.
Para los profesores de lengua y literatura, este blog pretende ser la Cueva de Alí Babá, en la que encontrar alguna idea, algún germen que permita abrir caminos, sembrar dudas, avivar el seso de los más inquietos.
30 octubre 2024
Sesquidécada: octubre 2009
21 septiembre 2024
Sesquidécada: septiembre 2009
Se trata de una novela con tintes autobiográficos que cuenta la historia de una niña que crece en una familia poco convencional. Con un padre alcohólico y una madre happy, la protagonista trata de salir adelante con una energía envidiable. Es la historia de muchos niños, no solo en los Estados Unidos, sino en nuestros barrios e institutos, niños que no solo tienen que luchar por sus estudios o deberes, niños que tienen que lidiar con situaciones familiares que superan la ficción (por cierto, hay película, pero no la he visto). Creo, como dijo Vicent Campos, que es una novela necesaria para los docentes, al menos para entender que no todas las familias tienen a un docente o dos en casa, que no todas las familias tienen un hogar estable de referencia, que no todos los hogares son el refugio que uno espera para la protección de un menor. Lo dicho, una novela recomendable, con todos los ingredientes para no soltarla hasta el final.
14 septiembre 2024
Educa fakes, los bulos nuestros de cada día
Todos caemos en alguna ocasión en estos discursos sobre política, economía, salud o educación. Todos somos "cuñados" en la mayoría de temas que no controlamos. Lo preocupante es serlo en aquellos que constituyen tu oficio, en los que tendrías que ser autoridad y no advenedizo. El libro Educa fakes, de los especialistas Jesús Rogero y Daniel Turienzo, es una acertada y concisa guía para no caer en esos debates infundados, en esas mentiras interesadas, en esas medias verdades de barra de bar. Como profesionales deberíamos repasarlos uno por uno y tomar conciencia de que la educación no escapa de las trampas de otros ámbitos en lo que se refiere a la manipulación, los sesgos y la creación de marcos discursivos, que lo único que pretenden es allanar el camino a decisiones ajenas a lo educativo. El libro tiene diferentes apartados en los que se recogen 50 bulos sobre el nivel educativo, el esfuerzo, los recursos, la segregación escolar, la ideología y la política educativas. Está redactado de manera sintética y amena, con gráficos explicativos y la bibliografía básica para desmontar ciertas afirmaciones que a menudo se dan por válidas desde los medios de comunicación o las redes sociales. Es una obra que se lee casi de un tirón, con avidez y cierto cabeceo de aquiscencia en la mayoría de epígrafes. Hay que decir que algunas afirmaciones son más medias verdades que bulos, ya que las cuestiones que se plantean en ellas se mueven en el ámbito de la política o la ideología y por ello cabe la posibilidad de matizar los claroscuros, como bien señalan los autores en todo momento. Recordad que en el "discurso cuñado" las medias verdades no existen porque solo funcionan las máximas y las sentencias.
Encontrarme con este libro justo cuando se cumple un año de la publicación de mi Aula o jaula ha sido una buena ocasión para reflexionar de nuevo sobre lo complejo que resulta nuestro oficio, sobre las dificultades de gestionar un sistema tan diverso y con tantos factores en liza y, sobre todo, lo fácil que resulta para ciertas personas encontrar soluciones simples, apresuradas e infundadas para solucionar los grandes problemas de la Escuela. No os fiéis de ellos fuera de la barra de un bar.
Educa fakes. Jesús Rogero y Daniel Turienzo. Capitan Swing. 2024
25 agosto 2024
Sesquidécada: agosto 2009
Quizá no conozcáis la trilogía de Deptford, de Robertson Davies, una serie compuesta por tres novelas con un crimen como hilo conductor: El quinto en discordia, Mantícora y El mundo de los prodigios. Es una obra difícil de encasillar, ya que no es novela negra ni drama, pero tiene elementos de ambos géneros. La narración es muy sugerente y también el estilo. Una buena recomendación lectora para este próximo otoño.
Otra novela rescatada, esta vez sí que del género negro, es El hombre de los círculos azules, de la autora francesa Fred Vargas. Se trata de la primera novela de la serie del comisario Adamsberg, un detective que protagoniza numerosas novelas muy recomendables de esta autora.
31 julio 2024
Memoria de un curso complejo
Esta semana se cierra un curso más, un curso tan extraño como complejo. Decir que este curso ha sido muy complejo podría inducir a pensar que otros no lo han sido, pero hay que reconocer que en el 2023-2024 hemos tenido demasiados frentes abiertos, algunos felizmente solucionados y otros no tanto. Vamos con ello.
Empezamos con mal pie, con una sentencia que anulaba los proyectos interdisciplinares y que desembocaba en una supresión de horas cuando ya estaban las plantillas solicitadas. El nuevo gobierno, que se estrenaba en julio, lanzó una resolución el 31 de agosto que obligaba a rehacer los horarios que la anterior administración había suprimido. En 1ESO se añadieron una hora de inglés y otra de matemáticas, pero para 2º y 3º de ESO se configuró una falsa asignatura sin currículo ni calificación AHP (ampliación de horario PAM), que era de obligatoria asistencia. Esta circunstancia nos ha llevado a tener a los alumnos de esos niveles ocupados durante dos horas a la semana en actividades diversas; imaginad el resultado, sin programación, sin objetivos, sin evaluación... Los horarios de septiembre provocaron las primeras susceptibilidades, porque ya ni siquiera se trataba de respetar desideratas, sino de comparar el horario de agosto con el de septiembre, con los correspondientes disgustos y malas caras.
El otro caballo de batalla ha sido la reducción de horas de codocencia, derivadas de la renuncia a impartir ámbitos en 1ESO, tras una reñida votación de 43 votos a favor y 46 en contra. Por tanto, este curso volvimos a las asignaturas separadas en 1º de ESO, no con el éxito que cabría esperar, a la vista de los resultados académicos y de convivencia, a pesar de tener casi 50 alumnos menos en ese nivel. De hecho, el profesorado de cinco departamentos ha solicitado la vuelta a la organización por ámbitos el curso que viene, y ya tenemos configurados los grupos para poder reducir la ratio en ese nivel de 1º de la ESO en el que es tan importante cuidar la transición de Primaria a Secundaria. En este sentido, también hemos recuperado las jornadas de intercambios de tutores de 1ESO/6º de Primaria.
Tampoco fue buena noticia la pérdida de horas en la asignación del Plan de Actuación para la Mejora (PAM), esas horas con las que se desarrollan los programas de mejora del centro: proyecto futuro, Casa Camarón, patios lúdicos, Stonewall, compensatoria, etc. De las 50 o 54 horas de otros cursos, pasamos a solo 6 horas este. Evidentemente, eso ha provocado numerosas desatenciones en el alumnado vulnerable: alumnos que no entraban en clase y se quedaban por el pasillo, incremento del absentismo, falta de recursos para el alumnado recién llegado, etc. Es increíble que un centro de especial dificultad no tenga garantizada la dotación horaria estable para un alumnado que tiene ese perfil tan complicado.
La gestión de la convivencia ha sido extremadamente difícil, con alumnado y profesorado sobrepasado por la impotencia de no poder atender casos a los que ni siquiera los servicios sociales sabían o podían dar respuesta. El absentismo, las notificaciones de desprotección y los protocolos de conductas autolesivas acaban consumiendo un tiempo y unos recursos que no tenemos, por lo que se dejan en suspenso otras actuaciones que habían dado buenos resultados. No es sencillo entender que con la situación actual de los centros educativos no existan figuras como el trabajador o educador social o el técnico de servicios a la comunidad, que serían recursos excelentes para que los docentes y los equipos directivos no ocupemos infinidad de horas en una tarea para la que no estamos formados.
Pero no todo han sido quejas y lamentos. Hemos renovado el Consejo Escolar y van entrando caras nuevas, lo que siempre es motivo de satisfacción, a pesar de la baja participación de la comunidad educativa en un órgano colegiado que no sienten como suyo (o para el que no esperan demasiadas atribuciones). También he renovado por segunda vez el proyecto de dirección, con una necesaria actualización después de ocho años. Probablemente sea mi última legislatura, si todo va bien. Con un contexto tan cambiante y tan complicado, la decisión no fue sencilla, y debo agradecer a mis compañeras de equipo y a la gran mayoría del claustro su apoyo para seguir en el cargo otros cuatro años más. Espero no perder ilusiones ni fuerzas para ello.
Asimismo, ha sido motivo de alegría ver la graduación de otra promoción de bachilleres, la más numerosa de nuestra historia, y de titulados de la ESO, algunos contra viento y marea, como dos chicas gitanas que se suman a una tercera que ya tituló hace un par de años, excepciones en un contexto educativo que sigue mirando hacia otro lado en la compensación de desigualdades de un colectivo que tiene casi todo en contra: si un payo se porta mal en un instituto, a nadie se le ocurre decir que todos los payos son iguales...
Tenemos también la suerte de contar, además de una unidad específica de alumnado TEA, con dos programas de formación básica adaptados para alumnado de necesidades especiales, uno de jardinería y el otro de administración. Este alumnado nos demuestra cada día la importancia de la diversidad en los centros, así como la necesidad de aplicar estrategias inclusivas para que puedan compartir espacio y tiempo con los compañeros de grupos ordinarios. Recibir a final de curso la mención de centro inclusivo por parte de la Asociación Síndrome de Down compensa todo el esfuerzo de los grandes profesionales que se ocupan de este alumnado y del resto de compañeros que facilitan su inclusión en el aula.
Hemos desarrollado proyectos al hilo de un plan lector sobre el cine, con diversas actividades interesantes -muestras de proyectos, actuaciones de teatro, murales, agendas...-, que luego se han difundido en las jornadas de formación "Compartim", que ya van por su octava entrega con notable seguimiento. Hemos trabajado también con PLANEA tanto en el pilotaje de algunas de sus propuestas y recursos para el aula, como con la intervención directa de artistas, en este caso el fotógrafo Julián Barón, que ha diseñado una intervención muy interesante sobre "Adolescencia móvil", que se convertirá seguramente en caja de recursos para aprovechar en otros centros. También fuimos sede de uno de sus cursos de verano, concretamente "Odiseamix" para trabajar las habilidades de DJ en el aula. Mucho éxito tuvo también un taller de situaciones de aprendizaje que montaron varias compañeras dentro del plan de formación en centros, algo que ayudó a entender un poco mejor el enfoque por competencias y el ajuste de las programaciones a la LOMLOE.
Ha sido también el año en el que se nos desgajó el nuevo IES Crémor, que se ha llevado consigo uno de los colegios adscritos y la FP agraria. Esto ha permitido descongestionar momentáneamente el centro, con unos sesenta o setenta alumnos menos. Gracias a ello hemos podido recuperar entre este curso y el que viene la distribución de aulas materia, aunque con una ocupación de aulas casi rayando el 100%. Esperamos reducir la masificación que ahora tenemos en 3º de ESO con siete grupos y poder llegar en breve a la configuración de un centro normalizado, en el que no sea tan evidente el fracaso y el abandono escolar como lo era hace unos años. Las estadísticas parecen darnos la razón en esta evolución lenta pero segura hacia la "normalidad".
Por último, solo queda agradecer un año más a todos los compañeros del claustro (y al personal no docente) su colaboración en esta tarea educativa en la que hay demasiados días complejos, con situaciones de auténtica desesperación que afectan al alumnado y a sus familias -y por contagio o incluso por circunstancias propias, al profesorado-, con cuestiones que, sin ser propias de la Escuela, acaban afectando a quienes vivimos en ella, a menudo con la impotencia de no saber o poder hacer nada por solucionarlas. Sé que es fácil decir que no podemos con todo, que sería incluso más fácil decir que la culpa es de otros, pero por suerte hay muchos profesionales que no se resignan y a menudo ponen buena cara al mal tiempo, al menos frente a los menores que están a nuestro cargo, porque el lugar en el que se reclaman los recursos y las condiciones dignas es otro, y para ello hay que mojarse.
27 julio 2024
Sesquidécada: julio 2009
Otro clásico del género es Soy leyenda, de Richard Matheson, una novela difícil de olvidar por la sensación de desamparo que produce y quizá también por las adaptaciones cinematográficas que vinieron después. Tras la historia de una pandemia que convierte en vampiros a casi toda la humanidad, se esconde también una reflexión sobre el ser humano y su condición. Merece la pena hincarle el diente.
30 junio 2024
Sesquidécada: junio 2009
En aquellos años en los que no formaba parte del equipo directivo, junio era el mes en el que empezaban mis lecturas juveniles: decenas de libros que leía para valorar y proponer como referencia en los distintos niveles en los que me tocaría dar clase en el curso siguiente. Ahí podría rescatar un montón de títulos y autores: José María Latorre, Agustín Fernández Paz, Fernando Marías, Care Santos, Fernando Lalana, Elia Barceló, Ana Alcolea...
De ellos voy a recuperar para esta sesquidécada a Laura Gallego, que a día de hoy sigue publicando buenas novelas de aventuras y fantasía. En aquel momento me leí Finis mundi, una de sus obras más conocidas. Coincidí con Laura en un curso de doctorado sobre novelas y romances de caballerías, así que puedo dar fe de su competencia literaria en el mundillo medieval y también de su pasión por la escritura. Creo que es muy necesario este género como fidelización de jóvenes lectores, que vienen desde Primaria con ansias de historias que los enganchen y que, a veces, en Secundaria pierden el hábito lector por no tener unas lecturas que compitan en interés con los reels y virales de tiktok.
También el verano es momento de novela negra o policíaca: La ratonera, de Agatha Christie, Que se levanten los muertos, de Fred Vargas, Noticias de la noche, de Petros Markaris...
Dos obras breves destacan entre esas dos tendencias mencionadas arriba: Hadjí Murat, una novela corta de Leon Tolstoi que habla de lucha y resistencia, y el inclasificable ensayo de Thomas de Quincey Del asesinato considerado como una de las Bellas Artes, una obra maestra de la ironía y del humor inglés. Ambos clásicos son un buen punto de partida lector para comenzar el verano. Disfrutadlo.
18 junio 2024
La maestra: una historia ejemplar
La maestra narra la historia de dos mujeres que coinciden en la escuela rural de un pueblo andaluz poco antes de la rebelión militar de 1936. La protagonista es una novata que sustituye a la maestra titular y se verá pronto envuelta en el clima de hostilidad que rodea a la escuela republicana en su afán por modernizar la educación. La lucha por una escuela laica y de calidad chocará con las visiones de algunas familias y también con los poderes de la omnipresente jerarquía eclesiástica.
Se trata de una novela bien documentada que huye de la novela de tesis, pero que mantiene a través de los diálogos de sus personajes el rigor testimonial de un periodo complejo, tan lleno de ilusión como de odio. La trama se articula en dos tiempos separados por alrededor de treinta años, que proporcionan al lector una perspectiva rica de los personajes y de la evolución histórica. En definitiva, una novela que merece la pena leer, una novela que encaja muy bien en este tiempo anómalo actual en el que hay docentes que defienden una educación aséptica, sin darse cuenta de que la Escuela nunca puede permanecer ajena a la realidad, al futuro de los niños, a sus derechos y libertades.
La maestra. José Antonio Lucero (Ediciones B. Penguin libros. 2024)
26 mayo 2024
Mayor de edad
Crédito de la imagen: Stephan Mosel -18-
19 mayo 2024
Sesquidécada: mayo 2009
29 abril 2024
Las cuatro esquinas del mar, la brisa y la sal
Leer las novelas de Lola Cabrillana (y ya lleva tres) te llena la casa de brisa y de sal. Con el vuelo de sus páginas se agita el aroma del mar y se oyen a lo lejos las gaviotas. Con las novelas de Lola también se escuchan las voces de los chiringuitos, del mercadillo, del patio de la casa o de la escuela. Como si estuviésemos leyendo una novela costumbrista, como si estuviésemos contemplando un cuadro de Sorolla. Ya reseñé en este blog su primera novela de gran éxito, La maestra gitana (aunque no os tenéis que perder tampoco Voces color canela), una obra que prometía una brillante carrera en el mundo editorial. Lola tiene esa capacidad de contar historias con la gracia y sencillez que tenían nuestras madres y abuelas, quizá porque en las familias gitanas todavía se le da importancia a esa tradición oral que otras culturas hemos ido abandonando. Ese estilo llano y claro es el que necesitan ciertas historias para ser contadas, el mismo estilo claro que también se necesita para sacar a la luz ciertas injusticias y reclamaciones.
Las cuatro esquinas del mar es una novela en la que cabe casi todo, el amor, la amistad, la familia, los celos, el rencor, la traición, el racismo, la violencia, la justicia y la sinrazón. En cada esquina del mar podríamos poner un poste y, como si fuese un ring de boxeo, sacar a luchar lo mejor y lo peor que tenemos como seres humanos y como sociedad. Esa ha sido mi impresión al leer la novela, estar asistiendo a una lucha implacable entre vicios y virtudes, entre el amor y el odio, entre lo público y lo privado. Es una novela negra sin llegar a serlo, solo por la intriga de descubrir al criminal; también es una novela romántica, en la que no es fácil amar y ser amado; pero, sobre todo, para mí, es una novela en la que los payos hemos de vernos como Dorian Gray, reflejados en un lienzo en el que somos esclavos de nuestros prejuicios y de los peores tópicos hacia ese mundo gitano que nos produce un miedo proporcional a nuestra ignorancia sobre él. Estoy seguro de que Las cuatro esquinas del mar acabará convertida en una película o en una serie de televisión, pues tiene todo lo que estas necesitan. Ojalá sea así y ojalá sirva también para despertar conciencias y acabar con la gitanofobia que sigue presente en Occidente desde hace siglos. De momento, disfrutemos con sus palabras envueltas de brisa y sal.
Más información: Lola Cabrillana: Las cuatro esquinas del mar. Grijalbo-Penguin Libros
23 abril 2024
Sesquidécada: abril 2009
El búfalo de la noche, de Guillermo Arriaga, es una novela tormentosa en la que unos jóvenes mexicanos se enredan en relaciones complejas que los llevan a la desolación y la autodestrucción. Es una obra en la que se muestran algunas de las angustias de los adolescentes actuales, con la amistad, el miedo y la traición planeando sobre cada acto. Me cautivó la portada, que me recordaba bastante a un cuadro de Edward Hopper (de hecho, hubo reediciones en las que se sustituyó esa foto por un cuadro suyo), y que hacía sentir sobre la nuca de la protagonista el aliento del búfalo de la noche. Así que, si no tenéis ninguna lectura actual de la que echar mano, podéis visitar esta novela que os cautivará (o quizá al menos ver la película que se inspiró en ella). Feliz Día del Libro.
31 marzo 2024
Lo radical es educar
Así acudí al estreno de Radical, la película de Cristopher Zalla que todavía podéis ver en cines (si vivís en una ciudad grande). Acudí con la idea de compararla con las otras dos películas de profes que he visto en los últimos meses, Sala de profesores y El maestro que prometió el mar, de las que ya he hablado en este blog. Solo sabía que se basaba en una historia real sobre un maestro mexicano, así que me enfrenté a ella solo con los prejuicios que ya he comentado arriba. Y fue un gran alivio saber que todavía hay películas sobre la Escuela que me pueden sorprender.
Al margen de la historia principal que hace saltar a la fama la historia de este maestro, una historia que lamentablemente es tan maravillosa como excepcional, lo que más me interesa de la película son los temas educativos que va abordando con esa naturalidad con la que convivimos con ellos a diario (lo que en redes sociales dirían "melones para abrir"). Esos temas van desde el sentido de la educación, el valor de las pruebas externas y estandarizadas, las necesidades de compensación educativa, el absentismo, las metodologías activas, el enfoque competencial, el papel de la inspección educativa... Muchos temas que, evidentemente, se quedan apenas esbozados, pero que mueven al espectador hacia una reflexión crítica sobre el sistema educativo. Sin entrar en los momentos más dramáticos, cabe decir que muchas de las situaciones que aparecen en la película las vivimos con bastante asiduidad, al menos en la escuela pública, y eso sí que duele, porque creo que más de un espectador se va con la sensación de que ciertas cosas solo pueden ocurrir en países con altos índices de violencia, pero no es así, les pasan también a nuestros alumnos, a nuestras familias. Y da igual si detrás de cada uno de ellos está o no un futuro premio Nobel, porque lo que de verdad importa es que, detrás de cada uno de ellos, hay un niño o niña que espera y desea un futuro mejor, y está muchas veces en nuestras manos ayudarlos a alcanzarlo: Para ello, menos exámenes y más acompañamiento diario, porque lo radical no es filtrar al mejor, sino educar a todos para que lo sean cada cual a su manera.
25 marzo 2024
Sesquidécada: marzo 2009
Para esta sesquidécada quiero recuperar también otras dos novelas que me resultaron interesantes. La primera es una novela corta pero intensa, una novela de esas que tiene en su brevedad los ingredientes precisos para ser buena literatura. Se trata de El lector, de Bernard Schlink. Es una novela que, bajo el sencillo argumento de un joven que actúa de lector para una mujer mayor que él, esconde una trama mucho más profunda, con implicaciones que nos llevan a episodios luctuosos de la posguerra europea de mitad del siglo XX, a cuestiones históricas sin resolver, a dilemas morales, a los límites del amor y la amistad, a la literatura como bálsamo ante el horror de la guerra... Creo que es una gran obra contemporánea, una novela destinada a permanecer en la lista de libros importantes de nuestra época, por su estilo y su concisión.
Por último, una recomendación para el aula, también relacionada con la lectura y la guerra: Zara y el librero de Bagdad. Sé que ya las guerras se suceden a una velocidad de vértigo en la que los conflictos territoriales caducan y son reemplazados por otros distintos en la geografía pero similares en el horror. En esta novela de Fernando Marías (recientemente fallecido), se habla también de literatura y de barbarie, con los libros como testigos inocentes e impasibles. Es una novela que puede trabajarse con alumnado de 3/4º de ESO para abordar la sinrazón de los conflictos bélicos y cómo se destruye la cultura para aniquilar la memoria colectiva. Esta fue también una de las novelas que recopilé en mi proyecto "Leer el exilio, vivir el exilio", en el que podéis encontrar otras lecturas relacionadas.
01 marzo 2024
Sesquidécada: febrero 2009
Tormenta de espadas es la tercera entrega de la saga Canción de hielo y fuego, de George R.R. Martin, esa fantasía de aventuras, horror, amor y poder que adquirió fama mundial a partir de la versión televisiva rebautizada con el nombre de la primera entrega: Juego de tronos. Creo que he comentado la pasión con la que me sumí en la lectura de esta saga, quitando tiempo incluso al sueño para poder acabar unas tramas altamente adictivas. El argumento de este libro se centra en la batalla entre los cinco reinos y también se siguen mostrando de manera paralela, como es habitual en la saga, las peripecias en el Norte y en el Este. Por cierto, a diferencia de lo que ocurre en la serie de HBO, el personaje de Lady Stark continúa haciendo justicia a pesar de su trágica muerte. Un libro friqui para friquis o simplemente para buenos lectores a los que también les gustan las buenas historias bien contadas.
12 febrero 2024
La educación es otra historia... y es interesante conocerla
En conclusión, un libro ameno y bien documentado que merece la pena conocer. Ojalá una segunda parte con la historia más reciente de la educación, desde el siglo XX hasta nuestros días, con una muestra comparada de sistemas educativos que completara ese panorama global de la educación, tan necesario para educadores, para periodistas y también para esa sociedad que, a menudo, olvida lo complejo que resulta educar.
La educación es otra historia
10 febrero 2024
El estupor de educar
En El maestro que prometió el mar, dirigida por Patricia Font y protagonizada por Enrique Auquer, encontramos a un maestro rural imbuido por los principios de una educación laica y de calidad para todos, al margen de los condicionantes del origen social, económico o familiar. Son los principios heredados de la Institución Libre de Enseñanza, con muchos puntos en común con ciertas cuestiones que todavía hoy se ponen en duda: el aprendizaje por proyectos, el contacto del alumnado con la realidad exterior, el enfoque comunicativo, el descubrimiento, la motivación... La actitud cercana y familiar de Antoni Benaiges (el maestro real en el que se basa el filme) supondrá para el alumnado una sensación novedosa que contrasta con el autoritarismo y los castigos del párroco que ejercía anteriormente de maestro. También encontrará resistencias entre algunas familias del pueblo, pero, poco a poco, irá ganando la confianza al mostrar los avances en el aula. Incluso superará la visita del inspector, que ya es decir. Antoni Benaiges representa el espíritu de renovación educativa que emprendió la república y que pronto se vio zanjado por la rebelión militar, devolviéndonos al siglo XIX con la purga de maestros y con la entrega del sistema educativo al credo e idelogía fascista de los insurrectos. Cuando casi un siglo después, todavía seguimos discutiendo sobre la presencia de la religión en los centros sostenidos con fondos públicos, cuando casi un siglo después todavía seguimos discutiendo sobre la necesidad de contextualizar el aprendizaje en la realidad del alumnado, cuando casi un siglo después todavía seguimos discutiendo sobre el valor de lo emocional en el aprendizaje... poco hemos aprendido de la historia, por mucho que digamos que es esencial conocerla para no repetir sus errores.
Muy diferentes son las cuestiones que se entrelazan en Sala de profesores, una película angustiosa que se desarrolla en su totalidad entre las paredes de un centro de secundaria. La protagonista es una profesora, Carla Nowak, tutora de un grupo similar a nuestro 1º de ESO, en un instituto alemán en el que estudia alumnado muy diverso. Alrededor de la sala de profesores pivotan varios conflictos desencadenados a partir de unos hurtos. Esos conflictos van abriéndose en un abanico de cuestiones que casi todos los docentes conocemos: la xenofobia, la autoridad del profesorado, la presión de las familias, la privacidad, los bulos y rumores, la envidia, el compromiso profesional... En el centro de todos ellos se encuentra Carla, que trata de apagar fuegos mientras enciende otros de manera más o menos involuntaria. La narración adopta técnicamente el estilo del thriller para generar en el espectador una desazón que va creciendo hasta un final demasiado simbólico a mi parecer. Creo que la película es demasiado ambiciosa sembrando interrogantes que no llega a resolver. En este sentido, el papel de la protagonista queda también desdibujado, aunque tal vez sea esa la intención del director, Ilker Çatak. Personalmente, como docente, nada de lo que se cuenta en la película me sorprende: creo que casi todos hemos visto o padecido situaciones similares o incluso peores; es posible que un espectador no docente vea la historia con la distancia que requiere y llegue a conclusiones diferentes. En todo caso, es una película que merece la pena descubrir, aunque solo sea para asomarse a las intrigas de los centros educativos actuales.
Dos películas sobre educación, muy distintas en temas y técnicas, pero con el eje común del oficio docente. Antoni y Carla, separados por el espacio y el tiempo, pero unidos en ese asombro de enfrentarse al reto de enseñar, unidos en el estupor de educar.
29 enero 2024
Sesquidécada: enero 2009
Pues ya estaría: las sesquidécadas cumplen 15 años y con ello se muerden la cola, recogiendo lecturas contemporáneas a su aparición como género en este blog. Esta circunstancia exige una nueva norma, la de no reseñar como lecturas añejas las propias relecturas que exigía la sesquidécada, lo que nos llevaría a un bucle de lecturas sin fin. Decía en aquel enero de 1994:
...he decidido empezar una de esas colecciones inútiles que pienso ir publicando en el blog mientras me duren las ganas y no haya algaradas entre los visitantes. Se trata de recuperar algunas de mis lecturas de hace quince años (...) he recuperado los repertorios en los que voy apuntando todas esas lecturas y, de ellos, seleccionaré no más de tres lecturas por mes. ¿Por qué quince años? Quizá porque esa es la edad de algunos de mis alumnos y con ello cierro una especie de círculo lector: recuerdo lo que leía yo cuando nacieron quienes han de leer ahora. Como no tenía un buen nombre para este coleccionable, he probado a inventar sesquidécada -y que me perdonen los académicos-, que funciona de igual modo que "sesquihora" o "sesquicentenario".
Ahora que está tan de moda el metaverso, conviene recordar que es un término que tiene largo rodaje en la ciencia-ficción. Precisamente, la primera novela de esta sesquidécada es Snow crash, de Neal Stephenson, una distopía futurista en la que aparecen palabras que luego tendrían gran éxito, como avatar. Al igual que ocurre con Neuromante, de William Gibson, se trata de un relato encuadrado en el género del ciberpunk, con referencias al mundo de la tecnología, internet, los videojuegos y otros aspectos más prosaicos de la vida urbana, como el oficio de repartidor de pizzas, las franquicias o los hackers. Una novela imprescindible para los amantes del género.
01 enero 2024
Escuelas que valgan la pena
Los adultos y, especialmente, los profesores, somos el reflejo en que se miran los adolescentes. Si los tratamos de manera infantil, suelen tender a acomodarse en ese perfil. Si los tratamos como personas capaces de tener criterio y responsabilidad, puede ocurrir que no siempre respondan a nuestras expectativas. Pero, en cualquier caso, estarán ejercitándose en ese rol diferente propio de personas que están creciendo y aprendiendo a disponer de su libertad.
Tampoco cambia que la mayoría de administraciones educativas cuiden poco o nada a sus docentes, escatimando recursos y haciendo difícil el desempeño de las tareas educativas. Administraciones que encubren con terminologías kafkianas grandes despropósitos derivados de su incapacidad a la hora de acabar con la segregación o el fracaso escolar:
Nunca he entendido esa tendencia de la mayoría de las administraciones públicas de cualquier Estado por crear nomenclaturas tan alambicadas y tendientes a la estigmatización.
Coincido con Pepe Menéndez en la necesidad de ayudar en esa compensación educativa, en la necesidad de no dejar a nadie en las cunetas educativas, una compensación que muchas veces se confunde con bajar el nivel o regalar notas y títulos:
No se trata de una actitud conmiserativa, sino de una posición inicial que favorezca que los alumnos entiendan que pueden lograrlo si se esfuerzan. Que no vean en sus profesores una dificultad mayor de la que tienen en sus propios aprendizajes. (...)
También es demasiado frecuente, para mi gusto, que algunos profesores ridiculicen con sus comentarios la decisión final de aprobar algunos alumnos:”¡venga, otro más al saco de la ignorancia!” o “no importa trabajar todo el año, al final van a aprobar igual”, son algunos de los comentarios que se pueden oír.
A lo largo del ensayo, se nos recuerda la complejidad del acto de educar, así como los retos que supone tener en cuenta los múltiples factores que influyen en ello, desde el propio alumnado hasta las familias o el trabajo en equipo de los docentes:
Aprender es un proceso interior que requiere la movilización de factores relacionados con el deseo, la motivación, la conexión con lo que se aprende y, sin duda, con un compromiso del alumno con el aprendizaje. (...)
Las familias no son un colectivo homogéneo que responda a las mismas motivaciones actitudes y comportamientos. Ni siquiera el lenguaje es común a todas ellas. Las posibilidades reales de éxito educativo del alumnado se sustentan en buena medida en el entorno familiar. Por eso las escuelas debemos esforzarnos en dedicar tiempo a las relaciones con ellas. (...)
La enseñanza es uno de los sectores en que el trabajo individual ha constituido su esencia más profunda (...). El compromiso de la docencia compartida requiere que todos cumplan su función para el planteamiento de tareas, el seguimiento, la observación y el análisis que llevan a una evaluación realmente en equipo y rigurosa.
En general, el ensayo ofrece un panorama amplio de retos y dificultades que nos afectan a todos. Hay cuestiones diferenciales que son propias de las escuelas privadas o concertadas, incluso algunas de sistemas muy diferentes del nuestro, como ocurre en buena parte de Latinoamérica. También discrepo en algunas reflexiones que vinculan demasiado la docencia con la vocación o con ciertos aspectos de virtudes humanas, excesivamente dependientes de la voluntad y no del rigor profesional. En este sentido, creo que es necesario implicar a las administraciones para que doten de recursos a las escuelas, con el fin de que no tengan que depender ni de la vocación ni de la ayuda de fundaciones u órdenes religiosas. Por contra, sí que comparto la idea de que la educación no puede consistir en lo puramente académico, que hay que acabar con esa dicotomía instruir/educar, como si todo ello no fuese necesario de manera global:
El modelo del sistema educativo que tenemos nos ha conducido tradicionalmente a una gran confusión sobre el propósito de la escuela. Por un lado, tiene establecidos unos objetivos generales en el currículo sobre competencias académicas, relacionadas con unos contenidos y, por otro, identifica una serie de competencias transversales en las habilidades y actitudes. Pero los programas oficiales de las asignaturas centran la mirada en los contenidos academicistas, priorizándolos sobre la evolución y las características de los alumnos, disociando así el saber y la persona.
En conclusión, Escuelas que valgan la pena es un ensayo muy recomendable para ponernos en ese espejo que nos interpela y nos cuestiona como educadores, en ese espejo que, como dice Pepe Menéndez, nos hace sentir "el escalofrío de la frágil barrera que separa la euforia del desencanto en la enseñanza".
Pepe Menéndez: Escuelas que valgan la pena, Paidós (2020)