Quienes pasáis por aquí desde hace tiempo sabéis lo mucho que me preocupa la cuestión del fomento de la lectura entre los jóvenes. Es cierto que con las funciones directivas, la didáctica de la lengua y la literatura han pasado a un discretísimo segundo plano, en el centro y en el blog. Hace quince años las lecturas juveniles ocupaban sin embargo buena parte de mi tiempo. También las cuestiones teóricas relacionadas con la pedagogía y el canon literario juvenil. Dos de aquellos libros se cuelan en esta sesquidécada:
Lecturas adolescentes es un compendio de artículos relacionados con la literatura juvenil, algunos de ellos preparados en la editorial Graó por eminentes especialistas, como Teresa Colomer, Mireia Manresa o Carme Duran. Es un libro ameno y variado, con diferentes enfoques que pueden dar una visión general del estado de la cuestión en aquel momento, con aspectos que quizá no han cambiado mucho desde entonces.
Otro punto de vista supone el ensayo De Robinson Crusoe a Peter Pan: un canon de literatura juvenil. En este caso, Vicenç Pagès ofrece un panorama muy personal acerca de clásicos del género, reflexionando de paso sobre la importancia de la variedad del canon y de su abordaje profesional desde las aulas. Conviene recordar de vez en cuando que hay muy poca formación (y a veces demasiada condescendencia) entre el profesorado de lengua acerca de la didáctica de la literatura, de las estrategias de fomento de la lectura y, en especial, del conocimiento y valoración de ese canon que debería estar siempre en continua revisión y actualización. Solo desde esta formación y reflexión los planes lectores de departamento y de centro tendrán sentido.