El segundo novelón es más actual, pues se trata de La catedral del mar, de Ildefonso Falcones. Hace poco hablaba en estas notas de Ken Follet y su saga, y aquí tenemos el exponente local de ese tipo de novelas históricas con una trama más o menos folletinesca que engancha al lector con sus giros inesperados de guion. Es una novela también para tomar con calma, pero a diferencia de Stendhal, aquí no hace falta mucha concentración para no perderse, pues basta con recordar los nombres de los personajes y sus enredos. Para leer sin complicaciones y tener la excusa de visitar Barcelona para recorrer sus escenarios.
Para los profesores de lengua y literatura, este blog pretende ser la Cueva de Alí Babá, en la que encontrar alguna idea, algún germen que permita abrir caminos, sembrar dudas, avivar el seso de los más inquietos.
10 septiembre 2023
Sesquidécada: septiembre 2008
Dos novelones protagonizan esta sesquidécada, novelones separados por el tiempo, el género y la trascendencia literaria. El primero es un clásico fuera de toda duda, Rojo y negro, de Stendhal, una novela publicada en 1830 que sigue siendo objeto de debate por lo que respecta a su significado y simbolismo. En ella se narra el ascenso y caída de Julien Sorel, un campesino inteligente y lleno de ambiciones que va medrando en la corte burguesa de su tiempo hasta encontrar el éxito y el amor. Obra clave de la literatura francesa, entre el Romanticismo y el Realismo, se alza como una lectura imprescindible para los fanáticos del siglo XIX, pues avanza algunos de los temas y técnicas que veremos en Flaubert o en Clarín. Una novela para leer con calma y quizá con el acomodo de un buen sillón junto a la chimenea.
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