Creo que hasta aquel abril de 2007 no había leído nada de Paul Auster, así que la lectura de Tombuctú fue un bautismo bastante acertado. Es una novela corta, focalizada en el punto de vista de un perro callejero, Míster Bones, que es la excusa ideal para mostrar la realidad del mismo modo en que lo hacían Cipión y Berganza de Cervantes, con la mirada escéptica de un animal desarraigado. El estilo de Auster es, además, muy personal, algo que pude descubrir con lecturas posteriores. Lectura breve muy recomendable.
También protagonizan esta sesquidécada dos obras orientadas a jóvenes lectores. El anillo de Irina, de Care Santos, es una novela deliciosa que aúna la pasión por la lectura con el despertar de los amores juveniles. Es también un acercamiento a la literatura rusa a través de sus figuras y obras más destacadas, utilizando recursos de la trama que evitan caer en el didactismo que a veces lastra estas obras juveniles. Una novela recomendable para alumnos de 15 o 16 años a quienes les guste leer y que quizá descubran nuevos alicientes para acercarse a la literatura adulta.
El último libro seleccionado para esta sesquidécada es una obra divulgativa sobre leyendas urbanas. En aquel tiempo se pusieron de moda estas historias truculentas que todo el mundo había oído y que muchos incluso conocían por haberle pasado a alguien muy cercano. Más allá de la chica de la curva, en Tened miedo, mucho miedo, de Jan Harold Brunvand, es un compendio interesante de leyendas absurdas, terroríficas, desconcertantes y sorprendentes que pueden hacer las delicias de los difusores de bulos. También sirve para entender lo fácil que resulta engañarnos y dejarnos arrastrar por supersticiones y falsos miedos. Interesante y divertida.
Recuerdo el proyecto del miedo :)
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