No es fácil encontrar lecturas juveniles que perduren en el tiempo, que sigan enganchando a los jóvenes lectores pasados unos años. A veces, ni siquiera los clásicos soportan esa presión de las modas y quedan relegados para el disfrute de los lectores más exigentes o más aguerridos. Casualmente, hace quince años encontré dos lecturas que cumplían con los requisitos necesarios para mantenerse en las recomendaciones de los primeros cursos de la ESO, y acerté con ellas, porque todavía hoy permanecen en el aula con relativo éxito. Vamos con el primero de esos libros.
El ojo de cristal. Charlie saldrá esta noche, de Cornell Woolrich, recoge dos relatos de intriga protagonizados por chavales que se ven inmersos en una trama policíaca llena de riesgo y tensión hasta el final. Llevamos años manteniéndolo como lectura para 1º de ESO; en mi caso, lo leemos en clase dedicando un día de la semana a avanzar. Aunque se pueden encontrar en internet los relatos de manera separada, vale la pena que compren el libro, porque las ilustraciones de Tha son excelentes. Al final del libro hay tareas por si se quiere trabajar la comprensión lectora y la expresión escrita, aunque nada mejor que una tertulia guiada a partir de la lectura. El año pasado, además, estuvimos comprobando la invisibilidad de las mujeres en los relatos policíacos clásicos, así que da mucho juego. Os recomiendo además que busquéis más información sobre el autor, una vida y una obra que bien merecen un acercamiento detallado (si queréis otra recomendación de este autor y editorial, echad un vistazo a Aprendiz de detective. Un robo muy costoso). Por último, aprovecho para felicitar a Vicens Vives por esa colección Cucaña en la que se ofrecen lecturas muy valiosas para el aula, editadas con buen gusto y a buen precio.
Finalmente, en tiempos de bulos, desinformación y conspiraciones, vale la pena recuperar la novela Enterrar a los muertos, de Ignacio Martínez de Pisón, un gran autor al que admiro, que cuenta un episodio histórico de intriga, política y periodismo, con el telón de fondo de la guerra civil, la visita a España de John Dos Passos y la muerte de su traductor, el republicano José Robles. Periodismo novelado o ficción documental, da igual, una delicia de lectura.
Es una pena que no me quede más hueco en esta sesquidécada para hablar de una novela que me gustó y que no ha tenido después demasiada repercusión: La piel fría, de Albert Sánchez Piñol, una buena muestra de ciencia-ficción ecléctica en español y catalán.
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