Hoy cumple 14 años el blog. No parece un número muy significativo, pero coincide con que hace cuatro años que anuncié mi entrada en el equipo directivo del IES Bovalar, en una nota que celebraba los diez años del blog, así que en realidad celebro un 10+4. Todo es circular, ya lo sabéis, sobre todo si sois aficionados a la Edad Media y sus símbolos. Todo acaba llevándonos al lugar de donde vinimos, como esta pandemia que parece que nos ha devuelto a los emocionantes tiempos en los que nació el blog. En estos días releo muchos artículos de entonces y veo que casi hemos regresado a la línea de salida, que seguimos anclados en los mismos errores, lastrados por los mismos prejuicios y por la misma falta de previsión (y de presupuesto educativo).
Por otro lado, hace cuatro años me embarqué en una aventura que he tratado de gestionar de la mejor manera posible, con la inestimable ayuda de mi equipo y del resto del claustro y familias. No es modestia, es realidad. Quien piense que puede dirigir un centro como un monarca está muy equivocado: hace falta lidiar con los intereses de muchos colectivos, intereses que no siempre son compatibles. Incluso, tiene su gracia, las cosas llegan a destiempo: siempre reclamando más autonomía para la gestión de los centros y nos la dan justo cuando tenemos que lidiar con una situación que desborda nuestra capacidad. Aun así, poco antes de esta crisis sanitaria, tuve la inmensa alegría de ser reelegido por mayoría en la renovación al cargo. Otros cuatro años que no han empezado con buen pie, aunque al menos no es culpa mía.
Pero hoy es el cumpleaños del blog, un blog que ha ido madurando, mutando hacia un diario sereno que se mantiene bastante lejos del ruido de las redes. Por eso hay tan poca reflexión educativa en los últimos tiempos, porque la vorágine de Twitter agota las energías y no queda tiempo para venir aquí con la reflexión serena. Sigo publicando, en la medida de lo posible, las memorias del trimestre, los desvelos de la dirección y las sesquidécadas, además de algún artículo o reseña suelto. Lejos queda aquella actividad febril de otros tiempos. No tengo ya tantas horas de aula como para buscar actividades o proyectos propios, y me dejo llevar por colegas que llegan con energía, como Anna Navarro, con quien comparto codocencia en 1º de ESO.
Hoy miro alrededor y quedan pocos de aquellos que compartíamos inquietudes en lo que llamábamos blogosfera educativa. Apenas se leen blogs y algunos de los grandes van cayendo poco a poco. Tal vez ahora sí que haya llegado la siempre anunciada muerte de los blogs. No sé si este blog seguirá cumpliendo años, espero que sí. No será aquel blog bisoño de sus inicios ni tampoco el blog gamberro de la efervescencia 2.0. Pero tampoco yo soy el que era. Tempus fugit.
Crédito de la imagen: "Fourteen - The Number Set"