Querido Viernes, aquí andamos confinados una semana más. Me gustaría decirte que ya me he acostumbrado a esta rutina, pero no es así. Aunque hemos trabajado con ahínco, nos queda mucho por delante.
Los primeros días fueron un poco a lo loco, con profes cayendo del guindo de las TIC en el aula, como si las nuevas tecnologías fuesen nuevas de verdad y no llevasen más de diez o quince años en marcha. También cayeron del guindo quienes pensaban que las plataformas oficiales podían dar respuesta a ese mundo digital al que le llevan dando la espalda desde hace tiempo.
Porque aquí, Viernes, somos muy de hacer cosas en inglés, que hasta debería llamarte Friday, pero con la competencia digital nos hemos confiado pensando que los estudiantes sabían apañarse solitos, por eso de ser nativos, como tú. Y ahora resulta que hay que enseñarles a profes y alumnos cómo mandar correos con copia oculta, porque es una norma básica, y hay que enseñar que se pueden proponer tareas interesantes más allá de los horizontes de mi asignatura y de mi “tema 3: el sintagma nominal”. Ahora algunos entienden que el desarrollo de las competencias hubiese sido fundamental para no colapsar las plataformas ni los correos de los niños, porque una tarea serviría para varios profes y para varios niveles. Pero, Viernes, las competencias son por aquí el demonio, porque algunos creen que vienen a llevarse los contenidos, que vienen a secuestrar el conocimiento.
Así que ya ves, amigo, una semana después tenemos plataformas que no funcionan, profes estresados porque la administración les obliga a hacer programaciones en las nubes y castillos en la arena, y familias multitarea que no pueden ni salir a aplaudir a los sanitarios porque tienen que entregar los ejercicios 5, 6, 7, 8 y 9 de la página 234.
Menos mal que los jóvenes son flexibles y sobrevivirán a esto, Viernes, porque todos estamos haciendo lo posible por atenderlos y escucharlos, más allá de las dificultades, más allá de las barreras tecnológicas.
Algún día, Viernes, nos rescatarán y se nos olvidará todo esto. Algún día todo volverá a ser igual, pero alguno se quedará con el vago recuerdo de que hay que cambiar muchas cosas para que todo sea mejor y no igual.
[Este artículo se escribió a petición de mi apreciada Carmen Iglesias para ser publicado junto con otros 18 textos de docentes en tiempo de pandemia. Podéis leer el texto de todos ellos y ellas en IneveryCrea: Educar en tiempos de Coronavirus]
Crédito de la imagen: 'DSC_1521
Unas palabras muy certeras. Gracias por este post tan claro y preciso.
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