Cuesta mucho detenerse a contar lo que ocurre en un el día a día. Desde que comencé con la escritura en el blog he defendido esta práctica reflexiva de hacer memoria como una obligación profesional, pero reconozco que últimamente voy postergando más y más estos encuentros con el blog. Puede que sea la falta de tiempo, el cansancio cotidiano o la costumbre a la inmediatez de otras redes, o la suma de todo ello. No obstante, aquí estoy, con un resumen más o menos detallado de cómo ha ido el trimestre. Vamos con ello.
En 2º de ESO he vuelto a la
docencia compartida, esta vez con una compañera de departamento que no es la habitual. El grupo no es muy difícil, aunque hay alumnos con cierta complejidad. Estar dos profes nos permite dedicar atención más individualizada, pero hay momentos en los que se hace muy presente la tentación de separar el grupo para avanzar más. De momento, no hemos cedido a esa tentación y seguimos con los principios de inclusividad, algo muy acorde con la lectura que hemos propuesto para el grupo:
La lección de August.
Esta lectura, que comenzamos en el aula, nos ha dado para trabajar los valores de respeto y de inclusión, pero también para trabajar los textos narrativos y descriptivos. Os recuerdo que hay a vuestra disposición un
cuadernillo de actividades que confeccionamos entre varios profes, así como
un blog para trabajar su relación con la película recién estrenada.
En 4º de ESO hemos comenzado un proyecto llamado "
Románticos y rebeldes", que vincula el currículo de literatura con nuestro plan lector de centro, cuyo eje temático es "Mayo del 68". De momento, han elaborado en grupo
mapas conceptuales con las ideas que relacionan el
romanticismo y el
mayo del 68. Paralelamente, estamos leyendo
el ensayo Indignaos, de Stéphane Hessel, para que les proporcione una visión de todo ello conectando con la actualidad. Dado que ya hemos pasado al Realismo y Naturalismo, estamos también trabajando la aparición del proletariado y la reivindicación del papel de la mujer en la sociedad. De hecho, vimos en clase un
documental sobre el feminismo de Emilia Pardo Bazán que tendremos que comentar más adelante.
También hemos trabajado la narración y la descripción, la primera de ellas con un texto audiovisual en el que tienen que contar su día a día en vídeo, a partir de diez imágenes, y la segunda con una actividad que ya comenté aquí hace tiempo:
La momia borracha.
La lectura del trimestre ha sido La edad de la ira, que culminó con una tertulia-debate muy interesante. Agradecemos al autor, Nando J. López, sus
comentarios en las redes sociales, algo que emociona siempre a los jóvenes lectores.
El resto de horas de docencia las dedico al grupo Riu Sec, alumnado de 1º y 2º de ESO con perfil de riesgo de abandono y fracaso escolar, donde estamos comenzando a trabajar valores a través del cine. Es un grupo de asistencia irregular -por usar un eufemismo-, en el que trato de mejorar la actitud hacia la escuela y las habilidades sociales. Es básicamente una labor de tutoría y seguimiento individualizado, donde igual tengo doce alumnos que tres, según el día y la meteorología.
En la labor directiva, el ritmo es desenfrenado, debido sobre todo a unos requerimientos administrativos fuera de mesura. Para cualquier trámite se han de duplicar las solicitudes, vía telemática y vía impresa. La mayoría de peticiones exigen convocatorias de claustros y consejos escolares, de modo que tendríamos que hacer juntas cada quince días. En general, la gestión de los centros sigue anclada en modelos anteriores a internet, por lo que cualquier cuestión que se resolvería con un correo electrónico o una reunión virtual acaba complicando aun más las agendas repletas del personal docente. En nuestro proyecto de dirección continuamos con medidas que ya iniciamos el curso pasado, como el compromiso de
centro sin deberes,
Bovalar projecta, el desarrollo efectivo del
protocolo de identidad de género a través de la formación y sensibilización del profesorado, los patios lúdicos, enriquecidos con el aula
Mens Sana (donde se puede jugar al ajedrez, cubo de Rubik y otros juegos de mesa), etc. Estamos volcados con la integración del centro en la participación municipal, tanto con las asociaciones de barrio como con el ayuntamiento, donde acabamos de enviar
dos representantes para el órgano de participación ciudadana de la infancia y adolescencia (dentro de las ciudades educadoras en un programa de UNICEF).
En el primer trimestre estamos también identificando alumnado de altas capacidades para desarrollar el proyecto de jóvenes expertos. Procuramos también mantener informada a toda la comunidad educativa a través de la
revista de centro y de las
redes sociales, algo que suele dar muy buen resultado. En la convivencia, hemos formado una comisión desdoblada en dos subcomisiones, una para la prevención y otra para los conflictos, que pretende dar respuesta a las
incidencias del día a día. Por lo pronto, hemos reducido a la mitad los expedientes disciplinarios respecto al curso pasado, aunque seguimos teniendo casos muy difíciles de resolver, tanto de absentismo como de conflictos reiterados de actitudes contrarias a las normas.
A pesar de todo ese ajetreo, me siento muy satisfecho del trabajo de mis compañeras del equipo directivo, del resto de colegas del claustro y de los miembros del recién renovado Consejo Escolar, madres y padre (sic) con un alto interés de colaboración con el centro. Esta satisfacción se une a la alegría de saber que soy finalista del
premio Educa al mejor docente de 2017, una candidatura que
ha surgido de mi alumnado y que viene a reforzar esta idea de que uno trabaja sobre todo de cara al aula, no de cara a la administración o a las redes sociales.
Como veis, cuesta hacer memoria, pero, una vez hecha, aquí queda para no que no se olvide que nuestro trabajo es muy digno de ser compartido, muy digno de ser reconocido.