Diciembre trae para los docentes unos días de tregua que quizá algunos aprovechen para leer y relajarse de unas tensiones que, a menudo, proceden más de las alturas que de las llanuras del aula. Si a esas preocupaciones añadimos lo que nos queda por ver tras las elecciones de mañana domingo, tal vez la lectura sea el mejor regalo y refugio que os pueda ofrecer desde este sencillo espacio virtual. Por eso, para esta sesquidécada he elegido dos lecturas a mi juicio muy apetecibles y asequibles para todos.
En primer lugar, una novela divertida, cargada de humor e ironía y, sobre todo, muy mediterránea en el sentido de la picaresca, la trampa y el costumbrismo que define a los españoles y a los italianos. Se trata de La concesión del teléfono, de Andrea Camilleri, un autor bien conocido por la serie de novelas policiacas protagonizadas por el comisario Montalbano. En esta ocasión, Camilleri abandona el género negro para construir una entretenida comedia ambientada en la Sicilia de finales del siglo XIX, donde la petición de una línea de teléfono se convierte en un enredo burocrático y sentimental de proporciones épicas. El estilo epistolar permite al lector una visión poliédrica que acentúa el carácter satírico y humorístico de las distintas peripecias. Muy recomendable.
En segundo lugar, recomiendo una novela de Enrique Vila-Matas, El viaje vertical. Este autor ha ido construyendo un estilo muy particular a lo largo de los últimos años, pero creo que El viaje vertical es el punto de inflexión de su narrativa y una de sus obras más interesantes. Es una novela intelectual pero sin la carga elitista que, en mi opinión, lastra sus novelas (o novelas-ensayos) más recientes. Es una historia de viajes y de crecimiento que evita las moralejas y que ofrece interesantes intertextualidades con la literatura clásica y contemporánea; particularmente me recordó mucho a Fernando Pessoa, tal vez por estar ambientada en algunos de sus mismos escenarios portugueses. También es una lectura altamente recomendable para los lectores exigentes.
Espero que estas sugerencias os abran el apetito lector y os dejen un eco parecido al que me seduce quince años después de leerlas.
Felices fiestas.
3 comentarios:
No las he leído. Vila Matas efectivamente está lastrado por su intelectualismo y su -para mí- petulancia. He leído El mal de montano y no me sedujo en absoluto. Es una cuestión de química. Del mismo modo no me gusta en absoluto otro ampuloso como Javier Marías. No me gustan estos escritores que se dan tanta importancia y que se creen exquisitos. Borges que es un escritor profundamente intelectual de verdad, era en su expresión externa una persona muy accesible. Al menos en esa entrevista con Joaquín Soler Serrano antológica de A fondo.
En cuanto a Camillieri, creo que no lo he leído. Tengo Gambito de caballo por ahí pero no le ha llegado la hora.
Ahora estoy leyendo la última novela de Antonio Muñoz Molina, Como la sobra que se va. Es un autor que con sus altibajos narrativos lo siento cercano y perteneciente a mi generación.
Felices fiestas, Antonio. Tenemos hijas en situaciones muy parecidas.
He leído Camillieri, este título y algún otro y lo recomiendo especialmente porque la gestión de la línea se convierte en algo delirante similar a las 12 pruebas de Astérix o el mundo kafkiano (pero con humor).
Las vacaciones activan el modo lectura de muchos docentes, primero por no tener clases y después porque al recibir libros te llegan los remordimientos de no leer bastante, al menos a mí (creo que nunca leeré lo suficiente). Ojalá al resto de la población se le contagie algo de ese amor lector.
Joselu: Vila-Matas resulta sorprendente en algunas de sus propuestas, pero, como bien dices, al final se repite y resulta demasiado pretencioso. Camilleri es otra cosa, sobre todo su ciclo policiaco (incluso en la versión televisiva, que recomiendo vivamente). Espero que el 2016 te traiga alguna buena alegría y que la compartas con nosotros :)
Eduideas: Esta novela tiene momentos hilarantes que recuerdan mucho a nuestra idiosincrasia :)
Espero que también tú tengas buenas lecturas y que cargues pilas. Un abrazo y seguimos adelante.
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