Querido diario:
Hoy hemos tenido claustro y nos han repartido la carga horaria de los departamentos. Uno ya no se espera sorpresas, ni siquiera en estos tiempos convulsos, por eso no me ha extrañado que nos hayan asignado por primera vez la Literatura Universal o la Coordinación TIC (no, nunca lo he sido...), con lo mucho que hemos peleado por que el centro oferte la primera y por que se haga efectiva la segunda. Lo que no se espera uno es que con ese regalo vengan tres tutorías, lo que hace incompatibles las reducciones horarias para esa labor y para la coordinación de biblioteca y Plan Lector. Tampoco se espera uno que no manden un profesor más al departamento, como venimos pidiendo desde hace cinco años. Así que, puestos a echar cuentas horarias, hemos visto que la faena asignada superaba los límites de lo que humanamente se puede hacer con dignidad en un aula.
Querido diario, podría haberme callado, podríamos habernos callado y haber repartido esa carga horaria entre los cuatro profes definitivos. No hubiéramos salido mal parados: cogemos los dos bachilleres, el segundo ciclo de ESO y algún curso de 1º y 2º que hubiésemos podido desdoblar. Al profe número 5, ese profe que será interino o en comisión de servicios le hubiese caído el gordo: grupos enteros de 1º y 2º sin desdoblar, tutoría y la mirada altiva de sus compañeros de Clase A.
Pero, querido diario, hemos vuelto a meter la pata por no saber callar y hemos pedido por escrito al director de personal, una vez más (y ya van cinco), que nos mande otro profe. Para que viese que esa demanda es legítima, le hemos dado a la directora el reparto de grupos con seis profesores, donde se ajusta la carga docente al horario legal; por desgracia, también le hemos dado la versión recortada, es decir, el reparto con cinco profes, sin apenas desdobles, sin refuerzos en 1º de ESO y renunciando a la Literatura Universal, a la coordinación TIC y al Plan Lector. Me temo que al director de personal no le va a importar mucho si no se hace nada de eso: un profe menos es un profe menos y quizá una medalla más, no sé.
Querido diario, hoy me he sentido fatal, como mis compañeros de departamento, como mi directora, que se excusaba diciendo que estamos todos igual. A mí eso no me consuela. A mí no me consuela saber que mis alumnos van a aprender en peores condiciones y con unos profes al límite. No me consuela saber que hemos renunciado a una optativa que puede ayudar a un chaval a sacar mejores notas en Selectividad. No me consuela renunciar a la coordinación TIC por tener que elegir entre eso o trabajar por proyectos en 2º de ESO. ¿Sabes lo que me consolaría, querido diario? Que todos los que han visto venir esta sangría de recursos se hubiesen quejado cuando tocaba. Que el silencio no fuese la tónica general ante la sinrazón. Pero eso es mucho pedir.
Por eso, querido diario, hoy vuelve a ser un día tristón, porque sé que estos despropósitos tienen un coste y que los principales afectados seguramente no se van a enterar de ello. Como mucho, alguna familia protestará al ver que nuestro centro siempre está en la cola de resultados académicos, pero eso se arregla llevándose al niño a otro centro, si te lo aceptan. Ojalá nuestro director de personal se asomase alguna vez a este diario y leyese esta elegía. Ojalá me tocase desdecirme de estas palabras y celebrar que por fin nos han hecho caso. Ojalá viniese a mi centro para que le pudiese mostrar en vivo la diferencia entre trabajar bien en el aula y sobrevivir en ella.
Pero, querido diario, de momento solo pienso que quizá callados hubiésemos estado mejor.
Profes como tú y otros muchos y muchas que han entendido hace tiempo que educar no es enseñar a los alumnos y alumnas a permancer callados, sino animarles a formular preguntas y encontrar respuestas, caerían en una profunda contradicción si callaran. Todavía más si permanecieran mudos ante situaciones inadmisibles como la que comentas, que merecen un grito, un puñetazo en la mesa, un sonoro "basta ya" y, probablemente, alguna medida más contundente. Pero eso es otro cantar, harían falta muchos gritos, muchos puños y muchos "basta ya" muy coordinados para alcanzar el objetivo, algo difícil de conseguir en un cuerpo como el nuestro.
ResponderEliminarSuerte con el cambio de administración!
Casos como el que comentas reafirma el concepto de que en muchas escuelas impera la comodidad y el ampliar cuanto antes mejor la zona de confort de muchos docentes. Mencionas dos materias que no se les otorga el lugar que les corresponde y que tristemente estarán siempre en el "armario" para rellenar horarios. Sigue adelante y no desfalleced. Un abrazo.
ResponderEliminarJoder Toni... perdón por el coloquialismo.
ResponderEliminarSi te sirve de consuelo, cosa que dudo, te traslado aquí el caso de una amiga, profesora de literatura en bachillerato en un colegio, a la que le ha pasado todo lo contrario:
después de que el centro "apostara" decididamente por la biblioteca del centro, a cuyo cargo puso a mi amiga, un año después, la iniciativa queda vacía de contenido, de compromiso directivo, de presupuesto... y mi amiga condenada a una especie de mobbing encubierto y completamente desmotivada.
En fin... no sé. Estoy muy cansado.
Ánimo y una palmada en el hombro por un trabajo bien hecho.
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Rafa
Sabes Toni que, de haberte callado, en breve hubieras estado más a disgusto contigo mismo. ¡Animo, compañero!
ResponderEliminarMe parece un acto de dignidad profesional poco habitual que como profe alabo y agradezco. Os doy la enhorabuena por conseguir ese acuerdo departamental que francamente tampoco abunda y os deseo mucha suerte en esta empresa. Ojalá cundiera el ejemplo y todos denunciáramos los abusos que se cometen en nombre de la presunta educación... y ahora, como amiga, me gustaría que pudieras dar Literatura Universal por el disfrute que supone y lo bien que lo harías :)
ResponderEliminarJuan Pedro: No entiendo el silencio cómplice de los docentes, silencio de años en los que se va cediendo terreno, silencio que al final acaba costándote renuncias e incluso tu puesto de trabajo (entonces sí que se alzan voces indignadas). Es un silencio que hace que miles de interinos se queden esperando en la bolsa, mientras los funcionarios pasan el año rumiando su desencanto y el agobio de enfrentarse a aulas masificadas y sin recursos. Por eso no me callo, por mí y por la gente que aún cree que se puede cambiar la educación desde la movilización.
ResponderEliminarDomingo: Bienvenido al blog y gracias por el comentario. Podría parecer que la queja viene desde la idea de trabajar menos (egoístas nos han llegado a llamar), cuando en realidad lo que queremos son recursos para poder trabajar más y mejor. Llegados a un punto de recorte, la única opción es entregarse a la supervivencia: libro de texto y nada de proyectos ni atención a la diversidad. Eso es claudicar y no queremos. Sin embargo, para muchos esa es la zona de confort, de ahí también el silencio...
Rafa: Los recursos humanos (y materiales) no sirven de nada si no hay un proyecto serio y duradero que los integre y les dé sentido. Hemos dado numerosos bandazos con ocurrencias de nuestra consellería (como dar clases de ciudadanía en inglés, que nadie recuerda ya) en las que se ha derrochado dinero y profes. Ahora que hay que centrarse en combatir el fracaso y abandono escolar, nos escamotean un profe. En fin, cosas veredes... Gracias por aparecer por este tu hogar :)
Iñaki: Tienes toda la razón, no puedo estar callado. Así me va... :)
Mª José: Profes que tienen familia en la bolsa, que tienen hijos o hijas estudiando con intención de opositar, que se quejan de que no hay salida para los jóvenes, pero que a la hora de la verdad callan sumisos y se enfadan porque protestas, como si en vez de pedir un profe, quisieras quitarles los suyos. Un sinsentido.
Los que te leemos desde hace tiempo te conocemos y no nos extraña que no te hayas -que no os hayáis- callado en la reivindicación de ese sexto profesor para vuestro departamento, en un instituto que merecería ser considerado de atención preferente por sus circunstancias difíciles y aspirar a una mayor dotación docente y presupuestaria. Me alegro de que no te hayas callado, que hayáis vuelto a dar la lata, aunque tal vez sirva de poco. .En nuestro departamento de castellano también hay miembros muy combativos y no solemos callarnos ante la realidad de los repartos. Este año la literatura universal la dará el depto de catalán y también tendremos tres tutorías. Para mi desconcierto no impartiré el crédito de cine que llevaba años haciendo, bien en su vertiente de cine de terror o de cine y valores humanos. Este año quería diseñar el ciclo de Doce obras maestras del cine en blanco y negro. Iba a ir contra corriente pero no me importaba.
ResponderEliminarTu posición es un alegato contra la sumisión y el escepticismo.
¿Cuándo os dejaréis de quejar y lamentar ? Pobrecitos...Por cierto, que disfrutéis de los dos meses de vacaciones de verano.
ResponderEliminarJuan López: no molesta quien quiere sino quien puede.
ResponderEliminarY tú no puedes, aunque quieres.
De cajero/a al Carrefour mandaba una temporada a más de uno/a...Lo dicho, no os canséis mucho estos dos meses que tenéis (algunos) de vacaciones.
ResponderEliminarJuan: No pensaba contestar al primer comentario pues tenía todos los ingredientes del troll, pero después de tu segundo comentario, con ese paréntesis "(algunos)", entiendo que tus quejas son reales y por tanto merecen al menos una respuesta, que aquí no se le niega a nadie. A tu primera crítica, los dos meses de vacaciones, respondo que para algunos es cierto, aunque no me preocupa tanto esas vacaciones de no ir al trabajo, sino las que se toman durante el resto del año, dejando de lado sus obligaciones y atendiendo únicamente al hecho de "estar en clase", no a enseñar. Como colectivo dejamos mucho que desear, principalmente cuando hemos conseguido que la sociedad nos identifique por los (falsos) dos meses de vacaciones y no por ser quienes educamos y formamos a sus hijos. No hemos vendido bien la faena que se hace en clase, aunque no es este mi caso, como podrías comprobar si sigues los nueve años de blog en los que he mostrado mi aula en vivo y casi en directo. Como en todos los oficios, hay gente buena, gente mediocre y gente mala; juzgarnos a todos por estos últimos es como decir que todos los fontaneros son unos chapuzas o que todos los jueces prevarican. Sí, podríamos trabajar en julio; los coles privados tienen a sus profes una quincena cuidando niños; habría que plantearlo y resolver problemas como la permanencia en aulas a más de 40 grados, pero se podría hacer, aunque no sé si tendría alguna consecuencia para la mejora de resultados, que es de lo que se hablaba en este post. En mi centro tenemos un alto grado de fracaso escolar que me avergüenza personalmente y que no se soluciona trabajando en julio (sobre todo porque la mayoría de ese fracaso viene de un absentismo escolar tolerado por la administración). Mis quejas no apuntan a trabajar menos, sino a trabajar mejor. Imagina que tienes que fabricar coches y que compites con otra empresa; a ti solo te dan piezas usadas o defectuosas y a la otra empresa material nuevo; al final, un auditor comprueba qué coches funcionan mejor y te dicen que eres mal mecánico. Eso está pasando con la educación. Cuando hablemos con tanta ligereza de la labor de los profes, tendríamos que pensar en soluciones, no en buscar quién vive bien y quién le echa morro al asunto.
ResponderEliminarEn cuanto al segundo comentario, no sé cómo estarán los cajeros de Carrefour, pero antes de la docencia estuve quince años trabajando en otros oficios que me han dado perspectiva suficiente para quejarme de lo importante, no del horario o de mancharme de tiza.
Por cierto, el oficio docente, al menos en la Pública, está abierto a cualquiera que estudie para ello. Es más, mi centro forma parte de la red de prácticas del Máster de Secundaria, de modo que te invito a que compartas dos meses en mi aula para ver de cerca lo que trabajan "algunos" docentes. Finalmente, estamos a 15 de julio y todavía no he terminado; de hecho ni siquiera sé qué grupos tendré el curso que viene, ni tampoco la programación que tendré que preparar, pues "algunos" políticos están bastante ocupados en complicarnos un poco más la faena cambiando leyes cada dos por tres, leyes que nos obligan a los profes preocupados a cumplirlas. Pero a todos los efectos, para la gente común, estoy de vacaciones.
Estimado Toni:
ResponderEliminarSoy un profesor de Lengua como tú y desde el 1 de julio he pasado a ser director de mi centro. Comparto casi todo lo que expones, especialmente la diferencia que estableces entre cantidad (de horas) y calidad (de enseñanza). Llegamos con la lengua fuera y, como dices, intentamos sobrevivir. Solo espero que nuevos aires políticos, nuevas tecnologías y nuevos métodos didácticos (ahí los profes tenemos que hacer una reflexión y no seguir enseñando como hace 30 años) nos permitan iniciar un cambio.
Saludos.
Arturo