Esta sesquidécada de abril tiene sabor de escuela, pues en ella recupero una antología de citas sobre Educación a cargo de filósofos, escritores, pedagogos y otros autores célebres. Latín y mentiras, que así se llama esta obra, es un libro delicioso que ofrece puntos de vista muy distintos sobre el arte de educar. En el año 2000 en que yo me estaba iniciando en este oficio docente, algunos de aquellos pensamientos me resultaron curiosos o extravagantes, pero debo reconocer que hoy día los entiendo mucho mejor. Resulta muy difícil hacer una selección de otra selección, pero quería aprovechar esta sesquidécada monotemática para dejaros algunos de los textos que más me han llamado la atención. Espero que os gusten.
Alexander Shutterland Neill
He dicho que los padres quieren que su hijo llegue a ser lo que ellos no pudieron llegar a ser. Pero hay más: todo padre reprimido está decidido al mismo tiempo a que su hijo no saque de la vida más de lo que él sacó. Padres sin vida no quieren que su hijos vivan, y esos padres siempre tienen miedo exagerado al futuro. Creen que la disciplina salvará a sus hijos. Esa misma falta de confianza en sus yos interiores les hace postular un Dios externo que obligue a la bondad y la verdad. La disciplina es, pues, una
rama de la religión. (..)
Nunca he esperado mucho de la educación;
quiero decir que siempre he dudado de que al hombre se le pueda modificar o mejorar de algún modo
por medio de la educación. En cambio, siempre
tuve cierta confianza en el suave poder de persuasión de la belleza, del arte, de la poesía; a mí mismo,
en mi juventud, me formó más y me despertó con
mayor fuerza la curiosidad hacia el mundo espiritual ese poder que todos los "métodos de educación" oficiales o privados. (...)
La escuela es el único problema cultural moderno que tomo en serio y que ocasionalmente me excita. En mí la escuela ha destrozado muchas cosas, y
conozco pocas personas de cierta importancia a las
que no les ocurriera lo mismo. Aprender, sólo aprendí allí latín y mentiras.
Martin Buber
Una enseñanza cuyo objetivo es el qué, no es educativa. Por el contrario, si su meta es el cómo, entonces lo es. La educación no es una cuestión del qué sino del cómo: cómo se enseña, cómo se presentan las cosas. Y esta en verdad es una tarea muy difícil.
James Boswell
Nuestro actual sistema educativo es muy malo. A un joven le enseñan durante algunos años una serie de cosas que, cuando se enfrenta al mundo, no ve modo de usar. No se enseña ni una sola cosa relativa a cómo debe uno comportarse en la vida real. Se ara y se allana la mente pero no se echa semilla alguna. Mediante el cultivo, el terreno se fertiliza, y así, cuando un joven se enfrenta al mundo, lo que ha sido sembrado crece con gran exuberancia. (...) Según mi plan, los jóvenes deberían, en primer lugar, hallarse bien cualificados para ser buenos ciudadanos; además, debería haber oportunidades concretas de instrucción para cada modo concreto de vida.
H.L. Mencken
Pienso que el período escolar es el más desdichado de toda la existencia humana. Está poblado de tareas insulsas e ininteligibles, de reglamentaciones nuevas y desagradables, de transgresiones brutales al sentido común y el decoro. Un niño razonablemente despierto no necesita mucho tiempo para descubrir que la mayor parte de las enseñanzas con que lo atosigan son absurdas, y que a nadie le interesa realmente que las asimile o no. Sus padres tienden a aburrirse con sus lecciones y deberes, a menos que tengan una mente infantil, y son incapaces de ocultar este hecho cuando él los escudriña con sus ojos penetrantes. A sus primeros maestros los ve sencillamente como policías fastidiosos. A los posteriores generalmente los cataloga, con mucha razón, como asnos.
Johann H. Pestalozzi
En tanto que los maestros no se tomen la molestia o no sean capaces de infundir en sus alumnos un vivo interés por aprender, no tienen derecho a quejarse de su falta de atención ni de la aversión de algunos niños hacia la enseñanza. Si pudiéramos ser testigos del indescriptible aburrimiento que invade el alma infantil cuando se pasan una tras otra las fatigosas horas ocupándose en cosas que no causan ningún aliciente en los niños ni puede parecerle de alguna utilidad, y si quisiéramos acordarnos de esos mismos hechos que nos ocurrieron en nuestra propia infancia, no nos extrañaríamos ya más de la pereza escolar que se arrastra hacia la escuela como una babosa.
Friedrich Schiller
La ilustración del entendimiento sólo merece respeto si se refleja en el carácter, pero con eso no basta: surge también, en cierto modo, de ese mismo carácter, porque el camino hacia el intelecto lo abre el corazón. La necesidad más apremiante de la época es, pues, la educación de la sensibilidad, y no sólo porque sea un medio para hacer efectiva en la vida una inteligencia más perfecta, sino también porque contribuye a perfeccionar esa inteligencia.
León Tolstoi
Los niños son moralmente mucha más sagaces que los adultos, y -a menudo sin mostrarlo y hasta sin tener conciencia de ello- no sólo ven los defectos de los progenitores, sino también el peor de todos los defectos: la hipocresía de los padres, y pierden el respeto por ellos y el interés por todas sus enseñanzas. La falsedad de los padres en la educación de los hijos es el fenómeno más corriente, y los niños son muy sensibles y lo notan al instante, se alejan y se corrompen. La verdad es la primera y principal condición de la eficacia del influjo espiritual; de ahí que sea también la condición primordial del empeño educativo.
Francisco Giner de los Ríos
El gran secreto de la vida es aprender a olvidar, debiendo proceder con todo el saber que adquirimos como el actor con los papeles que aprende: sin retenerlos en la memoria más que mientras hacen falta, a fin de que dejen hueco para otros. Es una suerte que la mayor parte del bagaje con que nos cargan en la juventud se nos olvide. El método verdaderamente psicológico, el más económico de fuerzas, tiempo y dinero, es el que emplea todos los sentidos.
Robert L. Stevenson
Si recordamos los tiempos de nuestra educación, estoy seguro de que no serán las intensas, instructivas, henchidas horas en las que hicimos novillos las que lamentemos. Más bien suprimiríamos algunos apagados momentos de duermevela en las clases (...)
No es este el momento de extenderme en hablar de ese poderoso lugar de educación -la calle- que fue la escuela favorita de Dickens y Balzac y hace cada año muchos oscuros maestros en la ciencia de la Vida. (...)
Baste con esto: el muchacho que no aprende en la calle es que no tiene facultades de aprender. Ni el que hace novillos está siempre en la calle; porque, si lo prefiere, puede, atravesando los barrios extremos poblados de jardines, salir al campo, sentarse cerca de unos lilos, al lado de un arroyo y fumar pipa tras pipa al son del agua en las piedras. Un pájaro cantará en la enramada. Y se sentirá llevado de agradables pensamientos; y verá las cosas a una nueva luz. Si esto no es educación ¿qué es, entonces?
Ludwig Wittgenstein
Nuestros niños aprenden ya en la escuela que el agua está formada por los gases de hidrógeno y oxígeno, o el azúcar por el gas carbónico, hidrógeno y oxígeno.Quien no lo entiende es tonto. Los problemas más importantes se ocultan.
Jean Jacques Rousseau
Si la naturaleza da al cerebro de un niño esa flexibilidad que lo vuelve idóneo para recibir toda clase de impresiones no es para que en él se graben nombres de reyes, fechas... no tienen sentido para su edad ni utilidad alguna, las ideas que pueda concebir deben servirle para conducirse durante su vida de manera conveniente a su ser y a sus facultades. (...)
¿Por qué consumir el tiempo en instrucciones que siempre vienen por sí mismas y no cuestan ni esfuerzos ni cuidados? ¿Qué niño de doce años no sabe todo cuanto vos queréis enseñar al vuestro, y, además, lo que sus maestros le han enseñado?
Wystan H. Auden
Un maestro no tarda en descubrir que sólo puede ser útil a unos pocos, que hay muchos por los que nada puede hacer, salvo enseñarles unos cuantos
trucos para aprobar los exámenes, y otros pocos a
los que no puede hacerles más que daño. Los niños que me interesaban eran los retrasados, es decir, aquellos que aún no habían descubierto su verdadera naturaleza, cosa que resultaba de gran interés incluso para mí mismo, o aquellos que, al igual que yo a su edad, eran anarquistas que odiaban la escuela. A estos últimos intenté, mientras alentaba su rebelión, enseñarles la técnica del camuflaje para evitar el martirio. En el aspecto político no pude hacer nada, excepto tratar de minar su fe.
John Dewey
Nadie ha explicado aún por qué los niños están llenos de preguntas fuera de la escuela (de tal modo que llegan a abrumar a las personas mayores si reciben algún estímulo) y su sorprendente ausencia de curiosidad sobre las materias de las lecciones escolares. Ningún perfeccionamiento en la técnica personal del docente remediará plenamente este estado de cosas (...) Como consecuencia de la falta de materiales y ocupaciones que produzcan problemas reales, los problemas de los alumnos no son suyos, o más bien son suyos sólo como alumnos, no como seres humanos.
Friedrich Nietzsche
El gran defecto de la enseñanza actual es que se imparta por horas y todo revuelto. (...)
En los Estados grandes la instrucción pública siempre será sumamente mediocre, por la misma razón por la que en las cocinas grandes se cocina, en el mejor de los casos, mediocremente. (...)
Los Estados sinceramente democráticos tienen que proveer a todos de la educación más elevada a cualquier precio.
Oscar Wilde
La educación es algo admirable, pero conviene recordar de vez en cuando que nada que merezca saberse puede ser enseñado.
Karl Kraus
Los niños de hoy se ríen de sus padres cuando les cuentan cuentos de dragones. Es de todo punto necesario que el terror sea una asignatura obligatoria; de lo contrario, nunca lo aprenderán.
Hannah Arendt
El propósito de la educación totalitaria nunca ha sido inculcar convicciones, sino destruir la capacidad para formar alguna.
Toni, te regalo esta sentencia de Séneca, en la que el autor ya se lamentaba de que en sus tiempos se educara para la escuela y no para la vida (vía La página del idioma español).
ResponderEliminar"Non vitae, sed scholae discimus" (Séneca).
Todas tus citas me llevan a África, la África soñada, una África que existió y en que los niños aprendían de sus mayores la vida jugando en la selva, en las praderas, aprendían a pintarse para las ocasiones, ver fascinados las representaciones de máscaras, jugar en el agua esquivando los cocodrilos, viviendo en contacto con la naturaleza, viendo el sol y el cielo, contando fábulas cuando llegaba la noche. Ser niño en esa África era un privilegio. Una novela (que no gustó a mis alumnos) es Corazón kikuyo sobre la relación de una niña y un muchacho africano. Ambos son niños juntos y llegan a la pubertad y ya son hombre y mujer, porque la adolescencia no existe en África. Es un invento o una realidad de la civilización occidental.
ResponderEliminarEso es una niñez y pubertad que valga la pena. Corriendo desnudos, embriagándose de barro, de eternidad, de gozo de la existencia al son de los tambores y de las danzas para ser guerrero o madre.
Pero hemos construido una civilización urbana, que ha roto desde hace generaciones con la naturaleza. Tenemos que domesticar a los niños y a los jóvenes para la sociedad que han de vivir. Una sociedad que nos tiene encerrados, llenos de tensión contenida, abrumados de burocracia y cosas inútiles para la vida. Esta es la sociedad que vivimos, una sociedad que teme el espíritu salvaje de los niños y adolescentes y necesita adaptarlos contrariando su espíritu todavía en el cerebro límbico de salvajes.
Tú propones una escuela que sea como la de las praderas y la selva pero quietos y con ordenadores o tabletas, haciendo solo cosas que les interesen y no aprendiendo cosas ininteresantes como la filosofía, o la historia, la literatura o la lengua que debería aprenderse en la calle. Sí, enseñamos cosas inútiles para la vida. Vaya descubrimiento. Nada hay que interese a los niños que no sea correr por las praderas, jugar con los cachorros, bañarse en cascadas. Pero eso no existe. La escuela ha de ser en buena parte aburrida. No existe escuela divertida y útil para la sociedad. Es una entelequia. Esos lugares no existen. Hay que aprender cosas que no valen para el espíritu guerrero sino para la lucha en la jungla social, para el espíritu burocrático, para una sociedad que busca ser segura a prueba de todo tipo de avatares, de todo tipo de miedos. La escuela que propones o sugieres si se instaurara como obligatoria sería también un rollo insoportable, porque nada de lo qus sustituya a lo nombrado arriba es tremendamente plano, sin dimensión.
Buenos días,
ResponderEliminarRecientemente hemos lanzado el sitio http://www.Diferencia.net, que busca ser un nuevo recurso que responde de forma divertida una duda muy común de los hispanohablantes: la diferencia entre palabras aparentemente similares.
Buscamos responder estas dudas de forma concisa pero divertida, usando algo de animación y un diseño gráfico que evoca al boxeo por su relación con la "lucha" entre estas palabras aparentemente similares.
Si le parece genuinamente de valor o interés para su audiencia, espero pueda mencionarlo en su sitio web como un nuevo recurso para sus lectores.
Sería de gran ayuda para lograr llegar a quienes más lo pueden aprovechar.
Desde ya muchas gracias.
Natalie
Lu: Gracias por el regalo. Séneca es otro de nuestros olvidados :)
ResponderEliminarJoselu: Me parece terrible que dejemos caer sobre los niños y jóvenes la responsabilidad de los adultos, que somos en última instancia los que debemos dar ejemplo y formarlos. Durante años, en mi centro y en otros, se invitaba a los jóvenes a no venir porque el mercado laboral era Jauja. Daba igual que los agoreros avisásemos de que ese engaño no podía durar, como así fue. Volver a los métodos antiguos no es la opción, pues la vida cambia. Hay que mirar hacia delante y tengo confianza en que los que llegan ahora sabrán corregir el fiasco que hemos perpetrado. Por otro lado, desde que estoy metido en la formación del profesorado, me sorprende que aún se mantenga en pie el sistema, pues los profes comprometidos con su oficio y conscientes de su papel en la sociedad no abundan; por suerte, aún quedan de los otros, y no necesariamente ligados a las TIC, pero sí a la continua revisión de sus métodos.
Natalie: Gracias por la información.
Todas las citas podrían comentarse largo y tendido, me quedo con la de Nietzche y con la de Wilde. También hay que decir que Rousseau no predicaba con el ejemplo, pues dejó a varios de sus hijos en la inclusa... es fácil teorizar :)
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