Perdonad por este tautotítulo (un título tautológico que parece de Perogrullo), pero resulta que llevamos demasiados años con el espinoso asunto de las lecturas en el aula y algunas cuestiones que a mí se me antojan obvias no acaban de serlo en la realidad con la que me encuentro y con la que me cuentan mis contactos.
Si la costumbre dicta que los profes de lengua y literatura tenemos que mandar libros de lectura podemos asumirlo como un compromiso profesional con dos objetivos: fomentar la lectura y estimular el acercamiento al patrimonio literario (clásico o actual). También podemos olvidarnos de los libros y decidir que los alumnos ya leerán por sí mismos; en ese caso, deberíamos al menos garantizar los mencionados objetivos a través de otras actividades, si las hay. Debo decir que esta última opción me parece arriesgada, ya que estimular la lectura alejado de los libros es complicado y mucho más difícil resulta acercarse a la literatura sin leer obras literarias o fragmentos relevantes. Por tanto, me incluyo entre los que asumen como compromiso 'mandar' la lectura de libros en mi asignatura. Ahora bien, como dice el título de esta entrada, si quiero formar lectores, he de pedir lectura. Un lector no es un redactor de resúmenes, ni un descargador compulsivo de trabajos de internet, ni tampoco un memorizador de detalles para responder a un control de lectura. Me parece que casi todos los que os pasáis por este blog sabéis a qué me refiero y creo que también compartís esa impresión (de la que hablaremos en el Encuentro de Docentes de Lenguas). Leer en el aula es acompañar en la lectura, iniciar con los alumnos un libro, preguntarles por dónde van, qué les está pareciendo, si les aburre, si les emociona... La lectura para los lectores que empiezan es una aventura en la que a menudo necesitan el apoyo y la complicidad de alguien que haya recorrido esos pasos. El resultado final no debería ser nunca un castigo, es decir más trabajo, sino un premio, el reconocimiento al esfuerzo, la oportunidad de dar voz a las dudas y las impresiones.
Este año, en 2º de ESO estamos leyendo algunas lecturas relacionadas con el exilio, para poder compararlas después con experiencias propias de los alumnos (dentro de ese gran proyecto colaborativo del Barco del exilio). En esta segunda evaluación hemos comentado en el aula la lectura de La piel de la memoria y hemos aprovechado para ponerla en relación con la de Laila, del primer trimestre. Tomando como ejemplo la grabación de tertulias literarias que nos ha regalado Mª José Chordá con su PQPI, hemos grabado esas sesiones finales en las que se puede comprobar si han leído o no, sin necesidad de controles de lectura. Es una pena que por cuestiones de privacidad no podamos publicar los comentarios sobre historias personales de exilio que han quedado fuera de las grabaciones. La ficha de lectura que se menciona podéis encontrarla también en la red.
Espero que esto anime a más profes a compartir sus experiencias en esta línea, pues como sigamos pensando que la lectura con sangre entra, vamos a cargarnos a los pocos jóvenes lectores que caigan en nuestras manos.
Aquí podéis escuchar esas sesiones en los tres grupos de 2º ESO.
Grupo 2º ESO A/B:
Grupo 2º ESO C:
Grupo 2º ESO D/E:
Crédito de la imagen: 'Peligro'
Estoy de acuerdo. Debemos implicarnos en esto de la lectura si queremos que nuestros alumnos lean. Y eso no consiste en mandarles trabajos o resúmenes de los libros, ni exámenes, porque el hecho de hacer un examen de un libro que han leído le quita gran parte del placer a leer. Yo leo en clase con ellos. Un día la la semana, leemos, durante todo el curso, un libro que pienso que les pueda interesar. Y luego leen otro libro por su cuenta. Me encanta la idea de la tertulia. A ver si la puedo poner en práctica en esta evaluación.
ResponderEliminarBesos.
Hola:
ResponderEliminarestoy debatiéndome entre hacer un comentario o proceder directamente : 'Plas,plas,plas' (suenan aplausos ;)
Me encanta la idea de la grabación.
Se la he propuesto subrepticiamente a mis colegas de lengua...pero sin resultados.
Seré más directo.
Me emociona particularmente el hecho de que en nuestro plan lector colaboramos todos los profes y tuve la oportunidad de leer con ellos un fragmento de 'Laila'
...Una pregunta ¿qué medios técnicos concretos han usado?
Gracias por la inspiración
Saludos,
Panta.
Ro: Trabajar la lectura es el caballo de batalla de nuestro oficio, porque sin esa base todo se desmorona. Resulta increíble escuchar a colegas exigiendo unas lecturas imposibles de entender para un chaval de 14 años; lo más curioso es que esos profes son a veces pésimos lectores que sobreviven de lo que leyeron por obligación.
ResponderEliminarPanta: En las tertulias, todos los grupos han coincidido en que Laila les ha gustado menos porque era más normal, no había intriga ni sentimientos (lo que desmiente que solo les gusten los libros cortos, pues es bastante más breve que el otro). Para la grabación, como no tenía portátil, hemos usado una cámara de vídeo mirando al techo (para que no les intimidase) y luego he convertido el archivo de vídeo a mp3 (Format Factory) y lo he editado con Audacity.
Me ha encantado escuchar vuestras tertulias.Para mí las Tertulias Literarias Dialógicas están siendo una de las experiencias educativas más gratificantes.Me comentaba la jefa de estudios de mi centro que el inspector le preguntó qué tal iban los nuevos que habían llegado este año, y a ella se le ocurrió comentar lo de Kafka y el PQPI,me dijo que el inspector no daba crédito. Cosas :)
ResponderEliminarEl tema de la lectura es uno de los que nos persiguen en las aulas, en el centro, en la vida... pero al que no se acaba de hincar el diente. Yo creo que es esencial diferenciar al hablar de lectura el objetivo con el que se lee porque no se puede abordar de la misma manera la lectura por placer que la lectura para aprender.
ResponderEliminarEn esta entrada se habla de la lectura para aprender a disfrutar de la lectura, para ser lectores y para desarrollar el hábito lector. Está claro, como planteas, que no se puede desarrollar un hábito, una afición mediante la obligación. Ya sabéis "el verbo leer no soporta el imperativo" y que además no se desarrolla el hábito lector escribiendo trabajos sobre lo leído.
Es imprescindible leer y leer en clase, modelar el proceso de lectura, leer con ellos, dar tiempo para leer...Pero no nos lo acabamos de creer, en el fondo, yo creo que late la idea de que es perder el tiempo de que ya lo harán por su cuenta y no lo consideramos un ontenido importante de trabajo.
Entre el sintagma nominal y la hora de lectura siempre ganará el sintagma y es una pena.
Las tertulias son un recurso maravilloso y que funciona muy bien. En nuestra comunidad están bastante asentadas. Os dejo una entrevista con Miguel Loza que es una de las personas que más sabe de este tema: http://irmadel.wordpress.com/?s=conversando+con+Miguel+LOza
El tema de la lectura es uno de los que nos persiguen en las aulas, en el centro, en la vida... pero al que no se acaba de hincar el diente. Yo creo que es esencial diferenciar al hablar de lectura el objetivo con el que se lee porque no se puede abordar de la misma manera la lectura por placer que la lectura para aprender.
ResponderEliminarEn esta entrada se habla de la lectura para aprender a disfrutar de la lectura, para ser lectores y para desarrollar el hábito lector. Está claro, como planteas, que no se puede desarrollar un hábito, una afición mediante la obligación. Ya sabéis "el verbo leer no soporta el imperativo" y que además no se desarrolla el hábito lector escribiendo trabajos sobre lo leído.
Es imprescindible leer y leer en clase, modelar el proceso de lectura, leer con ellos, dar tiempo para leer...Pero no nos lo acabamos de creer, en el fondo, yo creo que late la idea de que es perder el tiempo de que ya lo harán por su cuenta y no lo consideramos un ontenido importante de trabajo.
Entre el sintagma nominal y la hora de lectura siempre ganará el sintagma y es una pena.
Las tertulias son un recurso maravilloso y que funciona muy bien. En nuestra comunidad están bastante asentadas. Os dejo una entrevista con Miguel Loza que es una de las personas que más sabe de este tema: http://irmadel.wordpress.com/?s=conversando+con+Miguel+LOza
Para mí el problema crucial que existe en estos momentos para la lectura es el acceso a los libros. Yo no consigo que mis alumnos se gasten 8 o 9 € en un libro o no lo consigo mayoritariamente. Este presupuesto por tres evaluaciones es inabordable. No hay costumbre de comprar libros, otras cosas sí. No lo consigo ni siquiera con mis alumnos de segundo de bachillerato que no se compran un libro de lectura para la selectividad aunque les maten. He de pasar que lo traigan en el ordenador o en el móvil. ¿Comprarse un libro? No es operativo. Supongo, y lo sé por ti que hay lecturas oportunas e interesantes. La puesta en marcha de la lectura en un aula es difícil. En el instituto hay algunos libros pero no hay para todos, así como en las bibliotecas públicas hay alguno. He pensado en pasárselo en formato pdf (ilegalmente) para que lo tengan pero algunos libros de literatura juvenil no están disponibles y no me gusta este ejercicio de piratería.
ResponderEliminarTengo una hora semanal de lectura en que les hago leer textos de algunos libros que tenemos en el departamento que no sé si son muy atractivos, pero un día a propósito de una lectura de un fragmento arreglado de Frankenstein, un alumno me propuso pasar la película de Tim Burton Frankenweenie. Fue un éxito. Les encantó. Luego les pregunté si preferían leer o ver películas y me contestaron al unísono con una convicción absoluta lo que te puedes imaginar. No me encuentro cómodo haciendo leer libros. Sé que ejerzo una violencia contra la mayoría a la que no le gusta leer. Hay algún elemento especial que lee por propia convicción. Tengo un alumno en 1C (de adaptación curricular) que se ha leído El Hobbit y ahora empieza con El señor de los anillos. Pero son inquietante minoría los que a esta edad se aficionan a leer. Mis mismas hijas que tienen 14 y 17 años raramente leen si no es estrictamente obligatorio. Mi hija pequeña es escolar pero no lee. No quiero agobiarla y no la presiono. He leído con ella mucho por la noche, y en casa hay muchos libros como te puedes imaginar, y nos ven leyendo, pero lo cierto es que prefiere el ordenador, el móvil y el iPad para pasar el tiempo. No, no me siento cómodo como inductor de algo que sé que no gusta y que lo básico que es comprar el libro no lo hace casi nadie en los tiempos que corren.
Y el peligro de hablar de los libros en clase es que para muchos se adelanta el argumento porque no lo han leído. Francamente me siento incómodo en mi función de inductor de la lectura. En el fondo pienso que es una opción individual y uno lee porque sí sin que nadie le obligue a ello como mi alumno que en 1C lee a Tolkien y nadie le ha obligado.
Estoy confuso sobre este tema. Pero estoy de acuerdo con el pensamiento que conocemos de que el verbo leer no admite el modo imperativo.
Saludos.
Mª José: Voy descubriendo que el primer lastre para el cambio metodológico es el miedo a la novedad, a perder ese estatus de seguridad que dan los años en el oficio. Cuando te pones a la altura de tus alumnos (y eso no significa ceder o perder la autoridad) descubres un aula muy distinta. Quien lo probó lo sabe...
ResponderEliminarBlogge@ndo: Ese es el comentario más extendido cuando hablamos en el centro de planes lectores: "cómo voy a perder tantas horas de clase...". En fin, sin remedio. Gracias por el enlace.
Joselu: A partir de las tertulias y de la lectura de los derechos del lector de Pennac, estamos teniendo unos debates muy interesantes en el aula. Reconocen que no les gusta mucho leer, sobre todo en el tránsito al instituto, porque no tienen tiempo (las redes sociales, sí, pero también las extraescolares). Admiten que no les gustan las lecturas obligadas, pero reconocen que pocos leerían si fuese voluntario. La solución: lecturas variadas para elegir, premiadas con nota extra. Ya te contaré a qué conclusiones llegamos. En cuanto a lo de comprar libros, te comenté que aún nos queda dinero para comprar una docena de ejemplares para el departamento, lo que nos permite prestar a quienes no pueden comprarlos.
Este año parece que nos hemos animado varios con las tertulias. Como se puede observar escuchando las de María José y las tuyas, el alumnado profundiza en el conocimiento de la obra y amplía su interpretación con los puntos de vista del resto. La relación con la experiencia personal ayuda a que se conozcan mejor y se comprendan unos a otros y a ver la literatura como algo menos ajeno a sus vidas de lo que piensan. A los alumnos les encanta y ya los viernes ellos mismos estaban colocados cuando llegaba a clase. El respeto a los turnos de palabra es nuestra tarea pendiente, aunque han mejorado en este sentido después de varias sesiones.
ResponderEliminarBuenas de nuevo, Toni:
ResponderEliminarComo siempre, estoy totalmente de acuerdo con tus ideas y me encantan siempre tus propuestas relacionadas con la lectura. De hecho tienen mucho que ver con esa mini campaña por las lecturas sin examene que surgió hace algún tiempo. Naturalmente, tiene que haber un acompañamiento y por eso dedico una hora semanal a la lectura (lecturas breves) para luego reflexionar sbre ellas en diversas actividades. Y, por supuesto, las lecturas voluntarias tienen que ser premiadas y no con un trabajo, sino con una nota extra que se llega a través de la reflexión sobre lo leído y no a través de descargas de trabajos.
Como siempre reflexiones que deben estar presentes en todos los profes y no sólo "los de lengu"