Siete eran las maravillas del mundo, las colinas de Roma, las virtudes cristianas, las artes liberales y los dolores de María. Los siete secretos, las siete bolas de cristal, los siete infantes de Lara, siete ratones ciegos y también siete domingos rojos. Siete mensajeros de Buzzati y siete locos de Arlt. Siete días para crear el Universo y siete años en el Tibet. Siete partidas las de Alfonso X, siete vidas las del gato y las de Amparo Baró. Siete enanitos y Ana y los 7. Siete notas, siete colores, los siete magníficos y los siete samuráis. El tiburón de siete branquias, el lobo y los siete cabritillos. Los siete mares y los siete pilares de la sabiduría. Los siete niños de Écija y siete novias para siete hermanos.
Hoy cumple siete años este blog. Esa es la magia del siete. Siete que también son dos más cinco; cinco años hace que recibí el premio al mejor blog de profesores de Espiral Edublogs, que ahora celebra también su séptima edición desmintiendo los augurios de quienes vaticinaron una extinción masiva de los blogs.
Este cumpleaños bloguero constituye un precioso momento para reflexionar sobre el pasado y el futuro de la blogosfera educativa; y, en lo personal, es la ocasión idónea para agradecer la compañía virtual y presencial de tantos amigos y compañeros de profesión.
Crédito de la imagen: 'Sevens'