No sé si podré aguantar la vuelta a clase. No sé si seré capaz de mantenerme firme en esos primeros días en los que cientos de miradas convergen en ti para calibrar tu fortaleza, tu carácter, tu miedo, tu compasión. No sé si podré soportar el cálido reencuentro con alumnos de cursos anteriores y sus cruces de miradas cómplices. No podré sobreponerme a la emoción de ver a cientos de niños y niñas convertidos en pequeños adultos en virtud de apenas tres centímetros de crecimiento veraniego. No creo que resista la ilusión de ponerle por fin cara a un público para el que llevo meses imaginando actividades y proyectos. No me sostendrán las piernas cuando se calme el barullo y mi voz empiece a desgranar ese inventario de pequeños deseos que espero de ellos. No podré afrontar sus voces titubeantes preguntando por el tamaño de la libreta o por los sitios en los que se pueden sentar. No me veo en condiciones de medirme con esos gallitos que tratan de captar desde el primer día la atención de las mozas con sus gestos de matón. No podré mantener la mirada cuando los adultos se compadezcan de mí mientras envidian en secreto un trabajo que te mantiene siempre rodeado de mentes jóvenes.
Creo que este curso no podré aguantar las muchas alegrías que conlleva ser docente, todo ese cúmulo de experiencias profesionales por las que tanto he luchado y todos esos detalles que solo conocen quienes viven el vértigo de las aulas. No podré hacerlo porque mi trabajo nunca fue aguantar, resistir, soportar, afrontar... no. Mi trabajo siempre ha sido enseñar, aprender y vivir. Aquellos verbos tan bélicos y otros más feos quedan reservados para los políticos y para sus incompetentes brazos ejecutores, a quienes, entre tanto despilfarro, al menos les está vedado el lujo de sentir clavada en ellos la mirada agradecida de un niño.
Crédito de la imagen:Image: 'Het meisje van Vermeer...'
Gracias, por expresar de una manera tan clara los sentimientos encontrados de tantos docentes, heridos, dolidos por esta realidad aplastante y a la vez emocionados e ilusionados con este nuevo comienzo. Por mi parte he decidido que mi primer deber es no rendirme ante recortes, presiones o desánimos varios, nada de posturas cómodas ni justificaciones... cada día al cole a ofrecer lo mejor de mí.
ResponderEliminarMoltes, moltes gràcies per les teues paraules...
ResponderEliminarUna descripción exacta y sagaz de lo que significa ser profesor y la incertidumbre que lo rodea, a la par de la maravilla que supone. Siempre uno se pregunta si estará a la altura de las circunstancias, teniendo en cuenta que las circunstancias son cada vez más difíciles, no por esa puerilidad de Rajoy que dice que no ha podido cumplir su programa por la realidad, no, no solo vivimos de realidad. Yo al menos no. Y siempre hay algo (o mucho) de utopía en el reino del aula.Y habremos de resistir, dosificar, compartir, aprender… y hacerlo con fuerza interior pese al desprecio que sentimos por parte de las administraciones que no dejan de humillarnos o ningunearnos. Tu blog será un buen bálsamo para la decepción o la falta de convicción.
ResponderEliminarSaludos.
Has escrito genialmente lo que muchos docentes tenemos en la mente. La verdad es que sí que aguantaremos. Hasta el final. Hasta donde nuestras fuerzas nos permitan. Porque frente a todo lo que rodea a la enseñanza (casi todo prescindible) hay algo (imprescindible por razones obvias) que es lo que da sentido, lo que está en el centro de todo corazón docente: el alumnado. A mí me pasa algo muy parecido a lo que tú has descrito perfectamente. Voy a olvidarme de todos los recortes y todas las canalladas que nos han hecho y nos están haciendo y voy a centrarme en mis alumnos y alumnas. Voy a charlar con ellos, a escucharles, a dirigirles, educarlos en definitiva. Y esto es lo que hace que estemos aquí con ilusión. Porque a mí, la ilusión por mi trabajo aún no me la han quitado. El día que supriman a los alumnos (evidentemente esto es imposible)si que me la quitarán, pero mientras cada día me encuentre con mis jóvenes educandos, mi ilusión estará intacta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Seguro que podrás aguantar, porque la ilusión y el amor por tu trabajo, que tan maravillosamente expresas en el texto, puede con casi todo. Incluso con la torpeza de alguna consejera que anda perdida en la gestión de la educación Valenciana.
ResponderEliminarDesde Hellín, muchas gracias Toni, consuela leerte, aunque yo ya sé que no podré aguantar a la Cospetropa.
ResponderEliminarSí que podrás. Por eso, porque estás rodeado siempre de gente joven y porque tenemos el privilegio se sentir las miradas y las palabras agradeciadas de nuestros alumnos.
ResponderEliminarGracias por estas palabras que incitan a la reflexión.
Un texto precioso, Antonio. Espero que haya muchos profes que puedan hacer frente a la adversidad pero yo, desde hace ya unos meses, he tirado la toalla. Así de claro y de duro. Estoy harta, agobiada, desilusionada y no estoy dispuesta a dar el mismo servicio con menos recursos y recortes brutales. Si a pesar de los varapalos, nosotros mantenemos nuestra actividad habitual, estamos alentando a la Administración a que siga jodiéndonos. Tiene que notarse la brutalidad política en nuestro día a día, que vean que lo que están haciendo es una aberración y que nosotros en estas condiciones no podemos trabajar.
ResponderEliminarA pesar de todo, feliz inicio de curso :)
Está siendo un retorno a las aulas muy duro, triste y poco motivante. Solo espero que entre todos consigamos recuperar la ilusión y que la sociedad deje de darnos de lado y se sume a tanto dolor y desconcierto.
ResponderEliminarUn gran texto, Toni, lleno de palabras cargadas de emoción. Tal vez sean esas palabras las que lleva el viento, pero al menos los vientos limpiarán este ambiente algún día...
ResponderEliminarAinsss pues es que a mi me pasa lo mismo. Y creo que a un montón de gente. ¡Qué claustro más largo el de esta mañana! Nada nuevo y sumado a ello, desilusión y ganas de nacer lo mínimo.
ResponderEliminarUn abrazo Toni.
Ay, Toni, qué bueno eres.
ResponderEliminarYo apuesto por hacer todo lo que pueda según las circunstancias, y cuando no pueda, remitirme puerilmente a las palabras que cita Joselu "de Rajoy que dice que no ha podido cumplir su programa por la realidad", esperando indulgencia si mis alumnos no aprenden o no aprueban (y se quedan sin casa y con hambre).
Ánimo a todos.
Yo sé que podrás y creo que en el fondo tú también lo sabes. Ánimo que ese PQPI va a volaaaar.
ResponderEliminarGracias. Lo comparto en mi muro. Hace falta a veces escuchar esos humores internos que recorren a los maestros maestros.
ResponderEliminarUn saludo y fuerza. Seguir trabajando con fuerza, ilusión y alegría es otra forma de resistencia, más desconcertante que cualquier otro tipo de manifestación.
Creo que en estos momentos, más que nunca, hay que hacer un canto a la vida prescindiendo de actitudes políticas que alimentan el desasosiego... Más que nunca nuestro papel como maestros es repensar una escuela que, por encima de todo, tiene que aprender a mirar a los estudiantes desde un despertar de la conciencia lleno de esperanza, de transgresión creativa y amorosa que vincule, que les haga conectar con sus deseos, con su fuerza interna... Estamos para permitir que todo eso sea posible. Y lo vamos a hacer!
ResponderEliminarY tanto que podrás Toni. Además de por tu inmensa calidad humana, por tu ingente calidad docente. Esa calidad que sólo los que convergemos con los alumnos dentro de las aulas, sabemos que tienes. Seguro que tus alumnos encontrarán en ti esa referencia que les otorgue el sentido a lo que hacen, y no los títeres que pululan en los medios de comunicación, concejalías y ministerios que, ataviados en corbatas y americanas, jamás, JAMÁS han sabido y sabrán la emoción que sentimos los que cada inicio de curso tenemos ese revoloteo de mariposas en el estómago. La demagogia de los políticos podrá decir misa pero nunca nos podrán convencer de lo que sentimos al traspasar la puerta de clase el primer día del curso académico.
ResponderEliminarMucho ánimo y fuerza Toni.
Un abrazote enorme!
¡Y tanto que aguantaremos! Me decía hace poco un gran compañero y amigo del claustro virtual: "Estamos muy por encima de quienes pretenden colmarnos de indignidad, siendo ellos los indignos. Cuando ellos se vayan seguirá habiendo ilusión por enseñar y por aprender. Ese será nuestro triunfo frente a los miserables" Un abrazo, "gran compañero y amigo" ;)
ResponderEliminar¡Qué gran lítote! Ese "no" que es un "sí". Un "sí" cargado de razones. Buenas razones.
ResponderEliminarTe deseo un buen curso. ¿Leo que tendrás un PQPI? Seguro que te los ganas.
Un texto precioso. Me temo que tengo el mismo "problema".
ResponderEliminarUn saludo.
Por cierto, lo comparto, espero que no te importe.
ResponderEliminarSuerte que tenemos de los alumnos y sus juegos de miradas, porque realmente sin eso no sé si podríamos aguantar los continuos ataques de arriba. Quien no ha dado clase no puede imaginar la montaña rusa emocional que supone enfrentarse, como dices, a tantas caras, tantas vidas. Feliz inicio de curso
ResponderEliminarCuánta humanidad en tus palabras. Cuánta pasión en tu trabajo.
ResponderEliminar¡Cuánto me gustaría ser alumna tuya!.
Antonio, te deseo un buen curso. Un abrazo
Inés: Claudicar en el aula por la presión de los políticos es rendirnos. Habrá que luchar en la calle y dar el callo en clase. Gracias.
ResponderEliminarGemma: Gràcies a tu per la teua professionalitat.
Joselu: Creo que todos estamos viviendo ese dilema de tener que decidir entre ser obedientes con la jerarquía o con nuestros principios profesionales. Lo que quería transmitir es que muchos somos docentes porque lo hemos elegido voluntariamente y con mucho ahínco, y que los caprichos de unos pocos no nos van a derrotar a la primera. Gracias por tus palabras.
Miguel: No suprimirán los alumnos, pero se encargarán de que a la Escuela Pública solo lleguen los casos perdidos. Entonces seguiremos siendo docentes y manteniendo el tipo.
Jesús: Las palabras de toda esta gente que nunca ha pisado un aula de verdad -fuera de sus colegios de clase alta- me resultan tan ajenas como si las pronunciase el Papa. Ellos estarán ahí unos añitos para llenarse el bolsillo o el ego, pero se irán y nosotros seguiremos en clase haciendo lo que sabemos hacer.
Antonio: Recuerdo perfectamente mi viaje a Hellín hace una etarnidad :) Recuerdo también que estuvimos hablando de la insostenibilidad (y el despropósito) de la política del café para todos (aquellos portátiles para los profes prácticamente inservibles). Como somos un país de extremos, ahora nos hemos ido al otro lado y pagaremos los de siempre. Gracias por comentar.
Evaristo: En cuanto conviertes a los alumnos en tus enemigos, empiezas a envejecer. Esto deberían enseñarlo como máxima para cualquier futuro docente. Gracias por tus palabras.
ResponderEliminarVirginia: No te rindas. Todo esto es cíclico. Recuerdo que cuando acabé la carrera no salían oposiciones o había tan pocas plazas que resultaba imposible aprobar. Con el tiempo todo vuelve a su cauce y no hay mal que cien años dure, incluidos los malos gobernantes. Ánimo.
Maru: Estos días estoy viendo muchas lágrimas entre el claustro, lágrimas de gente que llevan años haciendo un trabajo impecable y que no volverán al centro. Para ellos no habrá miradas agradecidas, sino una angustiosa espera confiando en que enfermedades ajenas les den la posibilidad de trabajar. ¡Qué pena!
Mario: Si nos hubiese pillado esto hace unos años, tal vez el viento se nos hubiese llevado a nosotros, aunque solo fuese para salir en 'Españoles por el mundo'. Gracias.
Puerto: Hay quien se plantea bajar el ritmo como medida de presión, pero también es verdad que muchos han encontrado la excusa ideal para ser aún más perezosos. Resulta penoso que solo triunfen las medidas de presión gratuitas y que, cuando se trata de huelgas o acciones punibles, pocos se lanzan a ello. Ya veremos cómo acaba todo.
Loly: ¡Qué bueno! Tú imagina que nosotros hiciésemos lo que dice Rajoy: Cuando la programación de aula chocase con la realidad, hacer justo lo contrario, es decir, nada. Y así con todos los oficios que se enfrentan a la realidad... ¡Vaya políticos, vaya tropa!
ResponderEliminarMª José: Por lo menos lo intentaré. Ojalá pueda contar con tus experiencias este curso también. Un abrazo y ánimo.
Félix: Gracias por comentar y bienvenido al blog. El trabajo bien hecho, con sus reivindicaciones, es también una forma de lucha frente a la ineptitud de ciertas jerarquías.
Alicia: En efecto, los alumnos no son piezas de una fábrica, ni servicios, ni tan siquiera clientes como quieren dar a entender. Si obviamos el factor humano en nuestro trabajo nos convertiremos en burócratas como los que nos mandan. Gracias por comentar.
Pep: Y pasan los años y cada curso es ese mismo temblor, y el vértigo de nuevos proyectos e ilusiones. Claro que hay malos ratos, broncas de trabajo, desesperación por momentos, pero en eso consiste vivir, en superar contrariedades y en hacer balance a fin de año para ver si compensa el esfuerzo. Y creo que vale la pena, merecemos esas miradas y ellos merecen la esperanza de ser un poquito mejores que sus padres. Gracias por tus palabras.
ResponderEliminarMila: Gracias por ese cita de rebote ;) No seremos como ellos, desde luego. Un saludo y suerte.
Lu: Hay tantas razones para el desencanto que los argumentos a favor tenían que ser sólidos. Gracias por los ánimos; seguro que en el PQPI al menos nos lo pasamos bien :)
Susana: Pues sí, que te guste tu trabajo en un mundo en el que nos han convencido de que trabajar no es un derecho sino un privilegio es realmente un problema :) Comparte cuanto quieras, que somos libres.
Eduideas: Una montaña rusa impresionante, con caídas de aúpa. Las descargas de adrenalina son nuestro combustible, o al menos eso creo yo. Por ello me resulta inconcebible una docencia monótona y repetitiva. Ya veremos.
Speedy: Gracias por tus palabras. Esperaría que tu mirada fuese también de agradecimiento, incluso si suspendieses ;)
Mi respeto y agradecimiento a todos los profes,a las personas que han elegido esta profesión,gracias por esos momentos de vuestra vida compartida con nuestros hijos y nuestros nietos,es muy dificil hoy en dia ser "profe".Tengo seis hijas(dos de ellas maestras) y seis nietos ,siempre hemos tratado de inculcar a nuestros pequeños el respeto y el amor por sus maestros,si es verdad que trabajan por un sueldo(como todo el mundo),pero esta profesión da mucho más que recibe.Gracias mil gracias y a empezar el curso con esperanza,esto tiene que cambiar.
ResponderEliminarNo podías haberlo expresado mejor. Esos nervios y expectación del comienzo de curso, que aunque lleves mucho tiempo en la profesión, cada año te acompañan el primer día de clase.
ResponderEliminarYo no sé cuándo empezaré este año y como han apuntado varios compañeros, habrá que centrarse en los alumnos, que no tienen la culpa de los recortes de los ineptos que nos gobiernan.
Ayer mis alumnos de 4º preguntaron por mí, y cuando la jefa de departamento les explicó la situación, para sorpresa mía, se solidarizaron conmigo y el resto de profes en la misma situación y le dijeron que me lo transmitiese, cosa que ya ha hecho vía mail. Sólo por eso ya merece la pena nuestro trabajo.
Acabo de leerlo como despedida en el programa de radio. A mi compañera le ha sorprendido, a mí no sé que eres capaz de eso, de abrirnos una ventana a la reflexión a través de la emoción.
ResponderEliminarsalud,
Sí, Toni, aguantaremos porque es nuestra obligación pero, sobre todo, nuestra vocación y, cuando estemos (espero yo también estar) delante de nuestros alumnos se nos olvidará lo que nos están haciendo a todos. Un texto hermoso, como todos los tuyos.
ResponderEliminarGracias
Ana-Luisa: Gracias por tu comentario. En verdad, nada nos hace superiores a otras profesiones, pero es posible que nuestra relación con los jóvenes nos haga singulares en alguna medida. Tal vez podamos compararnos con los médicos o los bomberos, al menos en cuanto a la satisfacción personal del trabajo bien hecho.
ResponderEliminarConxa: El hueco que dejáis es bien visible, para los colegas y para los chavales. No es verdad que todos seamos iguales; un buen profe siempre deja huella. Suerte.
Gorka: Gracias por mandarme a las ondas :) Y también gracias por estar ahí al pie del cañón en una lucha que también es tuya.
Alberto: Gracias a ti también, porque tú eres otro de esos profes a quienes los alumnos no podrán olvidar :)
Me ha encantado. Con tu permiso, voy a compartirlo con mis estudiantes, futuros maestros y maestras, para que vean y sientan su futuro profesional. Seguro que les motiva a aprender :-)
ResponderEliminarAinhoa: Gracias. Por supuesto que puedes compartirlo :)
ResponderEliminarEmocionante. In crescendo. Directo al corazón, para mentes poderosas, llenas de esperanza y de vitalidad. Disponemos de eso que se llama pulsión vital. No nos van a vencer. NO van a poder con nosotros. Gracias Toni.
ResponderEliminarPalabras motivadoras, extremadamente útiles en estos momentos.
ResponderEliminarFelicitats! Un text emotiu i que comparteixo.
ResponderEliminarL'escamparé per la meva terra.
Plàcid curs
Montse
Gemma: Creo que este curso necesitaremos mucha asertividad y pensamiento positivo. Eso o toneladas de antidepresivos -o explosivos-.
ResponderEliminarBalma: Si arrancamos al 100%, es posible que lleguemos en junio al 10. Me dan pánico quienes antes de empezar no llegan ni siquiera al 10%.
Montse: Moltes gràcies. Esperem que les circumstàncies adverses no ens aturen. Salut.
Un texto emocionante que, co teu permiso, viaxa ata Galicia. Bo curso.
ResponderEliminarClaro que sí, aguantar y "BASTANTE MAS" , gracias a la ilusión, al respeto, al tesón, al trabajo diario, a la implicación , a la dedicación... a una profesionalidad inmensa.. a una gran labor DOCENTE!!! Ánimo a "Toni" y a tod@s los que en algún momento compartimos el sentir de Toni Solano.
ResponderEliminarNo he sido capaz de dejarte un comentario hasta ahora, Toni. Sabes por otras redes lo mucho que te agradezco que hayas escrito esta entrada, pero en estos momentos en los que me veo fuera de las aulas, con todo el dolor que esto supone para mí, me cuesta mucho expresar lo que siento.
ResponderEliminarLeerte es revivir lo que significa ser profe y yo ahora mismo, lo único que siento es que no sé si podré aguantar sin serlo.
Con tu permiso, me lo llevo para mi blog.
Y sí, por favor, aguanta y lucha, por los chavales, por los que no estamos y por este mundo que necesita de gente como tú.
Un fuerte abrazo, compañero.
Ronsel: Gracias por pasar por aquí y comentar. Os deseo un buen curso por Galicia.
ResponderEliminarMaría: Sé que muchos políticos están deseando tener una excusa para liquidar el sistema educativo como lo hemos conocido; esperan que el desánimo y las descalificaciones nos conviertan en objetores. Como he dicho más arriba, la lucha puede seguir en las calles, pero en el aula no podemos dejar de ser profesionales. Un saludo y gracias.
Inés: Quienes te conocemos somos conscientes de lo mucho que se pierde la administración dejándote en casa; peor aún es lo que se pierden tus potenciales alumnos. Como le dije a MªJosé, dejaros en la cuneta es un lujo que no nos tendríamos que permitir.
¡Qué gran verdad!Pero aguantaremos. Y hasta enseñaremos, pese a quien pese.
ResponderEliminarUffff!!!! Me has dejado sin resuello por un instante !!
ResponderEliminarSin palabras, Toni. Sabemos que los profesores como tú y todos los que se acercan por tu blog los alumnos seguirán aprendiendo y creciendo, mal que les pese a los que ningunean la educación.
ResponderEliminarAmelche: Gracias por el comentario. Te sigo desde hace tiempo en tu blog, aunque no suelo dejar rastro :)
ResponderEliminarDavid: ¡Qué alegría volverte a ver tan cerca! Ojalá no os salpique este desencanto por vuestras tierras.
Blogge@ndo: Esa es la palabra, "ningunear: 1. tr. No hacer caso de alguien, no tomarlo en consideración. 2. tr. Menospreciar a alguien". Han convertido la educación y el futuro de este país es un "paria". Un abrazo y bienvenidas.
Gracias Toni. Aguantaremos. Porque la ilusión, los sueños y las ganas de conseguir iluminar la mirada de uno (aunque sólo sea uno) de nuestros alumnos no nos la puede quitar nadie. Un fuerte abrazo desde la Mancha.
ResponderEliminarGracias, Eva, y suerte para vosotros también, que me temo que la necesitaréis. Saludos.
ResponderEliminarGracias Toni por tu magnífica reflexión. Lo voy a compartir.
ResponderEliminarGracias, Alicia. A ver si nos vemos pronto. Un abrazo.
ResponderEliminarClaro que aguantaremos, otros necesitan que lo hagamos y de ninguna manera les vamos a fallar.
ResponderEliminarNosotros no lo haremos.
Espero que tengamos todos el mejor curso posible y si no es así, que hagamos todo lo posible para mejorarlo.
Saludos
¡Qué suerte, Toni, que puedas sentir lo que has escrito! Me temo que yo ya he hecho aguas y -aunque no lo quería- me han recortado la ilusión y el ánimo...
ResponderEliminarPasará...
Gracias por expresar tan bien lo que tantos sentimos. El curso pasado fue un curso de enorme desgaste físico, moral, personal, social y mucho más. Es cierto, pero también sirvió, al menos aquí en Madrid, para reconocer nuestros ideales en los ojos de miles de profesores con los que coincidíamos en las movilizaciones. Quienes no sienten la enseñanza no podrán entenderla, y sin entenderla ¿cómo van a mejorarla? Pobrecillos ellos, porque a los demás, siempre nos quedarán nuestros alumnos como refugio ante la tormenta. Un saludo y gracias por tu blog.
ResponderEliminarA tus pies, maestro.
ResponderEliminarGracias.
Pues ya ves!!! Vas a tener que aguantar porque si no a toda esta gente de arriba y a muchos más nos da un telele. Los grandes no caerán, acabarán cayendo los mediocres.
ResponderEliminarUn abrazo y genial comienzo mañana, aunque creo que por aquí será caluroso.
Está claro que usted que sabe expresarse y utilizar el lenguaje. Si además siente todo eso, ni pasa de la lengua ni de la educación. Enhorabuena!!
ResponderEliminarImpresionante forma de contar las emociones que asaltan (ese es el verbo) a un docente comprometido al inicio de curso. Es lo que tiene trabajar con personas.
ResponderEliminarEres bueno escribiendo y acompañando a la gente que va a tener la suerte de estar contigo este curso. Y, sobre todo, eres una persona decente. Un referente, amigo...
Y lo sabes. Sabes que tienes esa responsabilidad.
No puedo estar mas de acuerdo.
ResponderEliminarQué envidia. Tu literatura.Yo no podré aguantar, en el registro coloquial. Algunos no podemos más.
ResponderEliminarToni, tú si aguantarás. Se nota en tu descriptivo texto. Considero que la mayoría aguanta pese a quien pese, suele llevarse en ese ADN del que siente bastante la profesión. Aunque hay bastantes situaciones que llevan al abandono, cómo aparece en los comentarios. Seguir no es hacer el juego a los que ya sabemos. A esos se les planta cara en la calle.
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