Hace unos meses amenacé con seguir hablando de lecturas y de libros electrónicos, y aquí estoy de nuevo. Con la perspectiva que ofrece el uso de un lector de libros electrónicos durante seis meses, me aventuro a comentar algunos aspectos sobre este tipo de aparatos y sobre el aprovechamiento particular que he hecho de ello.
Mi lector es muy sencillo, un booq ligero, que comercializa Luarna, y que permite leer y poco más. Creo que es importante destacar que en la lucha por el mercado de libros digitales se está perdiendo el norte: La mayoría de aparatos que se ofrecen a precios escandalosos son en realidad pequeños ordenadores y no meros lectores; mi libro permite pasar hojas y, en todo caso, dejar una lista de mp3 sonando de fondo, suficiente para quien sólo quiere leer un libro tranquilamente.
Como ventajas de uso destacaré las siguientes:- Ligero: Pesa muy poquito y se puede llevar en el bolsillo de una chaqueta.
- Sencillo: No ofrece complicaciones para su uso. La actualización de software viene con tutoriales sencillos, aunque podría mejorarse la interfaz para versiones futuras. No obstante, el servicio técnico on-line funciona bastante bien y resuelven las dudas al instante. Tiene un puerto mini-USB para la recarga y para conectarse a un ordenador y una salida para los auriculares. Tiene una ranura en la que se puede insertar una tarjeta SD para las actualizaciones de software.
- Capacidad: Además de los 300 títulos de obras libres que venían con el aparato, dado que obras como Guerra y paz ocupan poco más de un mega, es posible morirse sin haber agotado su memoria. En cualquier caso, se puede usar la tarjeta SD para disponer de memoria adicional.
- Versatilidad: Para los viajeros, es una herramienta más que útil, pues, además de los libros digitales, almacena y permite visualizar documentos de texto, PDF, presentaciones, etc. La autonomía es considerable (al menos yo he podido leer perfectamente dos libros de 300 páginas sin cargar la batería).
- Lentitud en el arranque: Unos 25 segundos para que esté operativo y otros tantos para llegar a la página que leíamos. Aunque el sistema tiene un historial de lectura que nos remite a donde lo dejamos, cuando uno tiene ganas de leer, todo le parece exasperadamente lento.
- Actualizaciones de software: Necesarias para pulir algunos fallos. En la última versión, el lector ha solucionado los problemas de historial y de cuelgue al iniciar. Faltan versiones de software más operativas para los menúes de música y los diccionarios.
- Formatos: El formato EPUB va de maravilla. Es muy útil contar con el programa gratuito Calibre de gestión de libros electrónicos para suministrar versiones en este formato. No obstante, se pueden leer PDF, aunque resulta problemático si tienen imágenes o son muy pesados.
Como balance general, estoy bastante satisfecho. He realizado sesiones intensas de lectura y no he notado la vista cansada; el lector no tiene iluminación y es preciso disponer de una fuente externa de luz, lo que más que un inconveniente es una ventaja para la vista. Recomiendo el uso de una funda rígida, pues la que se ofrecía con el lector (una especie de calcetín elástico) resulta poco útil.
¿Y qué libros he leído? Bueno, al principio recurrí a Scribd y busqué dos libros a los que tenía bastantes ganas y que no encontraba en mis librerías: El gaucho insufrible, de Roberto Bolaño y El vino del estío, de Ray Bradbury. A partir de ahí, tuve una visión: Dedicaría el libro electrónico sobre todo a la ciencia-ficción. De modo que rescaté lecturas recomendadas de mis amigos (Eduardo Larequi, Joselu, Wraitlito, Eduideas..) y las fui buscando por las redes (*). Así han ido cayendo grandes clásicos de este género: El mundo sumergido, de J.G. Ballard, Solaris, de Stanislav Lem, Pórtico, de Frederik Pohl, Hyperion, de Dan Simmons, El día de los trífidos, de John Wyndham, Neuromante, de William Gibson, El hombre en el castillo, de Phillip K. Dick, Estación de tránsito, de Clifford Simak o Misión de gravedad, de Hal Clement. Hasta tal punto me he enganchado a la sci-fi, que me he animado a saltar al formato tradicional, pero ya hablaré de ello en otra ocasión.
(*) En la nota que enlazo al inicio ya comentaba que harían de mí un pirata: A día de hoy, resulta caro y complicado conseguir estos clásicos en formato digital. Las iniciativas como Libranda no parecen tampoco muy centradas, por lo que el lector acostumbrado a las descargas en la red obtiene lo que busca por el camino más fácil. Una ocasión perdida para las editoriales.
Mi experiencia y mi valoración son muy semejantes. Yo uso Leqtor. Y corroboro la utilidad de Calibre.
ResponderEliminarLo que no entiendo es lo engorroso y difícil que es comprar, y lo caros que son algunos libros digitales. Parece que nos estén empujando al pirateo.
En mi caso, el lector me ha devuelto el gusto por las novelas policiacas.
Saludos.
Muy útil tu entrada para los que aún no hemos decidido el modelo y dudamos ante tanta oferta.
ResponderEliminarMe parece importantísimo que el lector sea sólo un lector. Siempre he querido un móvil para hablar, una cámara para hacer fotos,...
Las ventajas que destacas me parecen muy interesantes y los inconvenientes creo que son soportables.
Me parece genial dedicar el libro electrónico sólo a un género.
He preguntado a varios alumnos de buen nivel lector su experiencia con e-books durante este verano y uno los ha utilizado pero no ha tenido mucha suerte con los libros ya que ha encontrado varias traducciones horribles y problemas con las descargas. Los demás de momento no los han utilizado. Este curso quiero hacer algo con audiolibros y con libros electrónicos en la biblioteca.
Un saludo y !Buen inicio de curso!
Yo he empezado a usarlo este verano. Suscribo prácticamente todo lo que apuntas como ventajas e inconvenientes, sobre todo en ventajas. Yo añadiría una más: perimite ampliar la letra, algo que los que ya empezamos a arrugar los ojos para enfocar como Dios manda -aun con gafas- agradecemos bastante. De hecho, recurrí a él porque era imposible leer Ana Karenina si no era con lupa; a mi hijo mayor le regalaron uno (Woxter Scriba, muy sencillo) y me vino que ni pintado. El mayor inconveniente es que a veces se cuelga si te impacientas mucho y empiezas a apretar botones, y estás constantemente pasando páginas. Yo aún no he descargado nada, así que desconozco qué clases de problemas habría. En cualquier caso, es utilísimo, y no es incompatible con el libro tradicional al que no pienso renunciar, faltaría más: me quedo con los dos. Pero después de probarlo, "no sin mi e-book". (Por cierto, ya veo que te has dado un buen festín libresco, Antonio, lo tendré en cuenta...)
ResponderEliminarMi experiencia con los lectores de libros digitales es de chiste: Pilar me regaló un Papyre por mi cumpleaños y todavía no he leído nada largo con él, a pesar de que también cargué un PDF piratesco de un libro que no he podido encontrar por ninguna parte: Los lenguajes de Pao, de Jack Vance.
ResponderEliminarCoincido contigo y con Felipe en el tema de las librerías online y especialmente con el caso de Libranda. Los precios y lo reducido del catálogo son como para echarse a llorar. Vivimos en un país cuyas grandes compañías tratan a los buenos clientes (y mira que podían sacarnos dinero) como esclavos, o como imbéciles.
Me alegro de que Felipe y tú hayáis "incursionado" en los géneros policíaco y de ciencia ficción con el auxilio de estos chismes tecnológicos. Así nos cruzaremos enlaces y recomendaciones. Por cierto, todos los libros que citas son extraordinarios (la Misión de gravedad de la imagen que has incluido en la entrada es excepcional).
Para finalizar, mil gracias por tu recomendación tuitera de Muerte de la luz. Acabo de publicar una larguísima reseña donde reconozco -una vez más- las muchas deudas que tengo contigo.
Uf. Conecto la batería de mi móvil, de mi cámara fotográfica y ahora la de mi libro electrónico. No me convence. El libro es algo demasiado sensual. Hoy he comprado Muerte de la luz por recomendación tuya, y me he encontrado con otro encargo que ya había olvidado y que he empezado a leer aunque no he terminado con El Danubio de Claudio Magris. Tengo una relación erótica con los libros. Me gusta hacer el amro con ellos. Sí, no puedo expresarlo de otra manera. Hoy en una librería he visto una nueva traducción de La montaña mágica y me he quedado con ganas de releerla. La mía era antigua. ¿Qué garantía de calidad tienen los textos electrónicos, más si son pirateados? Un libro es algo más que el texto. ¿Cuánto tiempo durará? Con la velocidad de evolución de la tecnología, en dos años más o menos será inservible. Compro las obra completas de Shakespeare pensando que podré dejárselas como herencia a mis hijas, pero me encuentro con que los formatos han cambiado y que lo que tengo es ilegible, como no puedo ya ver mis VHS porque mi reproductor de vídeo se ha averiado. Algún día haremos el amor -ya se hace- digitalmente y diremos que qué maravilla, que tiene ventajas e inconvenientes, pero que no implica ese compromiso físico que representa la presencia. El libro físico terminará por desaparecer, pero se convertirá en un objeto caro y de lujo para obsesivos de la realidad. Los libros electrónicos son etéreos como los muebles de ikea elevados a la enésima potencia. No resistirán el paso del tiempo. En muy poco tiempo serán inservibles y requerirán nuevos soportes. Ana Karenina está entre mis manos, la huelo, la palpo, sé que podré regalársela a mis hijas. Tal vez. Tal vez al final me vaya al Himalaya sin ningún soporte digital. Quién sabe.
ResponderEliminarFelipe: Me parece que esos lectores tan complejos, con conexiones a redes y demás, se alejan del perfil de un lector 'normal' que busca en la lectura precisamente la desconexión de otros asuntos cotidianos; si estás leyendo una novela no estás para tuitear :-) En cuanto a la novela negra, en el traslado de centro, encontré en las zahúrdas del cuartel una caja con los clásicos publicados por el País y me he leído seis o siete este verano: Es una buena puesta al día.
ResponderEliminarEvaristo: Como le decía a Felipe, el libro para leer es una cosa y el aparato para estar siempre conectado es otra. Mi experiencia me hace ver el booq como un libro más, no como un gadget de moda. Seguro que hay modelos mejores, pero conviene tener claro para qué lo quieres usar. Gracias y buen comienzo para ti también.
Carlota Bloom: Cierto, se me pasó apuntar lo del cambio de tamaño del texto, así como la posibilidad de girar la visión en pantalla, muy útil para las presentaciones. Espero que intercambiemos experiencias e-lectoras.
Eduardo: En literatura de género voy a tu zaga y con mucho acierto. Espero que las librerías se pongan al día y ofrezcan el fondo de clásicos a precios razonables. Voy enseguida a leerte.
Joselu: No creo que el libro digital desplace al libro en papel. He apuntado que es muy útil para los viajes, también para no llenar la estanterías de libros que no vuelves a leer. En mi casa es un problema el almacenaje de libros y eso lo soluciono en parte con el booq. Está claro que hay libros insustituibles y que el placer de visitar una librería y escoger un libro por su aspecto, por su textura, por su olor, es algo único; el libro que citas de George R.R. Martin lo compré así y dudo que hubiese llegado a él de otro modo. Seguiremos disfrutando del aleteo del papel por mucho tiempo, espero.
Mi experiencia sigue siendo analógica. No tengo e-book. Aunque he tenido algunos muy cerquita, mi curiosidad ha sido pasajera. Entiendo las ventajas que apuntas, pero me muevo más en la línea de Joselu. La volatilidad de los soportes digitales me hace temer por la consistencia física de los libros.
ResponderEliminar(PD: En la biblioteca de mi pueblo se prestan e-books. Tendré que probar en serio.
No sé qué formato es el de los libros digitales ¿te sirven los libros en doc o pdf para tu lector? si es así cuando busques alguno dímelo, a lo mejor lo tengo y estaré encantada de compartirlo contigo.
ResponderEliminarUn saludo.
Antonio, fantástica entrada.
ResponderEliminarA pesar de mi afición por la lectura de textos digitalizados, no me convence eso de gastarme un pastizal en un e-book: de momento, prefiero seguir con mi pequeño Aspire One.
Por supuesto, me descargo tus recomendaciones.
En cuanto a lo de la venta de textos digitales, es de pena: una mínima rebaja sobre el precio en papel y unas condiciones leoninas (Lectura: Sí Impresión/Copia: No / No ), no es la mejor forma de conseguir clientes.
En fin, surcaremos los procelosos mares bajo la bandera negra mientras las cosas sigan así.
Una pregunta, ¿tu e-book permite subrayar o tomar notas?
Un abrazo y feliz vuelta a clase.
Lu: Entiendo tus recelos (y los de Joselu). En este poco tiempo, he formateado dos veces el booq, por lo que no merece la pena almacenar libros a los que uno tenga aprecio. Sin embargo, en los últimos tiempos había empezado a perder el apego a libros que uno lee y pasan a engrosar estantes, sin calidad como objeto físico. Es un aparato para la lectura compulsiva.
ResponderEliminarLoly: Se pueden leer todos esos formatos, pero al mantener la paginación original, cuando cambias el tamaño de la letra quedan páginas con líneas extrañamente cortas; lo cómodo es convertirlos a EPUB con Calibre. Si necesito algún título te lo diré, gracias.
José Luis: Supongo que bajarán los precios, pero veo que suben las prestaciones y los accesorios, así que tratarán de que la gente se gaste más. A diferencia del portátil, el booq no te deja procrastinar, así que aprovechas el tiempo para leer ;-)
Mi modelo no permite subrayar, pero sí "doblar" la esquinita de la página con un marcador.
Bueno, el de arriba soy yo ;-)
ResponderEliminarCuando leo en inglés o estoy en un blog me gusta cuando hago clic sobre una palabra y me aparece la traducción. Eso no me lo da el papel. O los Ensayos de Montaigne que vienen en línea con unas prácticas notas.
ResponderEliminarMe alegra que leyeses los títulos que comentamos (y que me consideres entre tus amistades virtuales jejeje), ¿qué te pareció Pórtico?
ResponderEliminarYo también sigo en el mundo analáogico, aunque supongo que me acabaré pasando por una cuestión clara: espacio en los estantes. De todas maneras me sigue gustando tener físicamente el volumen, hay un punto fetiche en eso
Anónimo: Hay libros en los que uno anota y reescribe, y libros en los que deja correr las líneas sin más afán que el placer de leer; hay tantos libros como lectores y si las tecnologías nos facilitan elegir el modo en que leemos, bienvenidas sean. Gracias por el comentario.
ResponderEliminarEduideas: Me gustó mucho Pórtico (y he descubierto que hay una saga Heeche); en realidad, estoy descubriendo que la ciencia-ficción va mucho más allá de naves, alienígenas y tecnología límite. Gracias por la recomendación.
@Antonio: Qué gozada de lecturas.
ResponderEliminarPor mi parte en dos años apenas he acabado dos libros en mi Papyre, aunque no es culpa del aparato, sino de tener demasiados libros en papel comprados y por leer.
@Joselu: te veo siempre muy preocupado por los libros en papel.El formato no morirá, igual que el cine no ha desaparecido ni los discos.
A lo mejor hay un paralelismo entre el que los conciertos se hayan relanzado al bajar las ventas de cd's y la irrupción - lenta, aunque parezca lo contrario- de los ebooks
¿veremos más autores viajando en promociones? los anglosajones lo hacen muchísimo más que los de por aquí.Sería precioso, ganaríamos todos los lectores, digitales o no.
Saludos
@Antonio: Qué gozada de lecturas.
ResponderEliminarPor mi parte en dos años apenas he acabado dos libros en mi Papyre, aunque no es culpa del aparato, sino de tener demasiados libros en papel comprados y por leer.
@Joselu: te veo siempre muy preocupado por los libros en papel.El formato no morirá, igual que el cine no ha desaparecido ni los discos.
A lo mejor hay un paralelismo entre el que los conciertos se hayan relanzado al bajar las ventas de cd's y la irrupción - lenta, aunque parezca lo contrario- de los ebooks
¿veremos más autores viajando en promociones? los anglosajones lo hacen muchísimo más que los de por aquí.Sería precioso, ganaríamos todos los lectores, digitales o no.
Saludos
Leyendo lo que nos cuentas no puedo decir otra cosa, que sí, que vale, que me parece bien eso de los libros electrónicos, pero yo, me permitirás que diga que prefiero los libros de toda la vida. Y es que a mí me gusta oler los libros, manosearlos, acariciarlos, pasar las hojas con fruición... No sé, esperemos, el tiempo dirá...
ResponderEliminarUn abrazo y feliz inicio de curso.
Toni, aún no me he decidido a comprar un e-book, pero tengo muy claro que es útil, sobre todo para viajar. Debo confesar que este verano he leído -con todos sus inconvenientes- todas mis lecturas estivales en mi netbook y quizá mis ojos no me lo hayan agradecido, pero mi equipaje, sin duda. Mi actual duda es si adquirir un e-book -aprovechando que los precios están muy bajos- o un Ipad y combinar más funciones... Mmmm... no sé... help me!
ResponderEliminarMassa està parlant-se del llibre digital. Ací passarà com el ploure. Si tot el món ix al carrer amb paraigües, al final acaba plovent. Deixem estar la tècnica, que el paper és més sofrit.
ResponderEliminarSalutacions
Wraitlito: Tienes razón, lo más complicado de los libros electrónicos es hacerles un hueco entre la lectura en papel. También yo confío en que los autores deben cambiar de modelo, pues mucho de lo que se publica en papel es prescindible y encima ocupa sitio en casa :-)
ResponderEliminarMiguel: El lugar del libro digital es similar al del DVD respecto al cine. No creo que deban sustituirse ni compararse como objetos.
Marcos: Del Ipad sólo conozco las críticas que ha recibido en las redes. En todo caso, la lectura en un libro digital como el mío es parecida a la de un libro en papel, sobre todo porque no permite procrastinar pinchando aquí y allá.
Corpi: Pense que hi ha gent que compra els llibres digitals com un gadget electrònic més, sense intenció de fer-lo servir per llegir. Amb el temps, tot trobarà el seu camí. Gràcies pels comentaris.
¿Te imaginas al personaje de "Continuidad en los parques" en su sillón verde leyendo un e-book?. No lo veo, no lo veo.
ResponderEliminarEstimados profr. Antonio Solano,
ResponderEliminarMe presento con ustede. Mi nombre es Araceli Martínez Arroyo. Soy profesora y pedagoga en México, aunque actualmente estoy radicando en Madrid donde realizo un programa de doctorado con el tema “Procesos cognitivos relacionados con la lectura y la escritura en entornos virtuales”. Como parte de mi trabajo he revisado algunos blogs educativos. Entre ellos, he visto el blog “Pre-textos” que usted trabaja con sus alumnos. Estoy muy interesada en conocer un poco de su experiencia con este recurso: cómo surge la idea de abrir este blog, a qué dificultades se ha enfrentado y, sobre todo, cómo ha incidido este recurso en el aprendizaje de sus alumnos.
Si usted me permite, me gustaría hacerle llegar a la brevedad un cuestionario para apoyar mi trabajo de investigación y si es posible, en algún momento también planear una entrevista de manera personal.
Agradezco de antemano su atención y le envío un cordial saludo,
Araceli Martínez Arroyo