Para esta sesquidécada he sacrificado algunas joyas como El hombre que fue jueves, de Chesterton o el Libro del Buen Amor, del Arcipreste de Hita. Las he dejado al margen para cederle todo el espacio a un autor al que estimo de una manera especial. Se trata de Max Aub, tal vez uno de los mejores escritores hispánicos del siglo XX. Su vida es una auténtica delicia para quienes gustan de las biografías: Hijo de un exiliado alemán y una francesa, nace en París y tiene que huir a España en las convulsas persecuciones tras la Primera Guerra Mundial. Siempre se manifestó español, porque decía que uno es de donde hace el bachillerato y él lo hizo en Valencia.
Sus primeras obras están ligadas a las vanguardias y a los postulados de la Revista de Occidente; sin embargo, muy pronto, las circunstancias políticas marcarían una vez más su vida y su obra. Vehemente defensor de las libertades y del gobierno legalmente constituido (fue quien encargó el Guernica), sufrió tras la guerra civil un segundo exilio, lleno de penurias, en el campo de concentración francés de Vernet y en el argelino de Djelfa. Finalmente, pudo huir a México, donde publicó la mayor parte de su obra y donde moriría con el convencimiento de que no habría de volver a su país adoptivo mientras no cayese el dictador.
Las novelas más conocidas de Max Aub se agrupan en la serie el Laberinto Mágico (Campo abierto, Campo cerrado, Campo de sangre, Campo del moro, Campo de los almendros y Campo francés). En la línea vanguardista, llama la atención el experimento de Jusep Torres Campalans, ficticia biografía de un pintor, amigo de Picasso, de quien llegó a montar una exposición de cuadros con la que engañó a la crítica del momento. No me voy a detener en reseñar su extensa obra, que incluye obras de teatro, poemarios, ensayos, microrrelatos (inevitables los Crímenes ejemplares), etc.
Allá por febrero de 1995, los quince años que marcan esta sesquidécada, ya me había enganchado a Max Aub. Como he contado en alguna ocasión, la Universidad de Valencia celebró un congreso y se comenzó a rescatar la memoria aubiana. La editorial Alba recuperó a la sazón algunos libros descatalogados, como La gallina ciega, una reflexión amarga sobre la visita de Max Aub a España poco antes de morir; publicaron también una edición de sus Diarios, y dos antologías de relatos: Enero sin nombre, con cuentos sobre la guerra, y Escribir lo que imagino, con una temática menos realista. Concretamente, leía yo en aquellos días esta última recopilación de relatos, Escribir lo que imagino, un libro que se ha mantenido en mi lista de recomendados a lo largo de los años. Algunos de esos cuentos se pueden encontrar en la red, por ejemplo, La gabardina.
Hace tiempo que me desligué de la investigación universitaria, pero tengo buenos amigos que siguen en la brecha. Uno de ellos, Javier Lluch (también citado en otra ocasión), a través de interesantes artículos y de su participación en la edición de las obras completas de Aub, se ocupa de mantener viva la memoria de este escritor, que sin ser español de nacimiento, sufrió España con mayor intensidad que muchos de los que se definen como patriotas. Por eso, y por su calidad literaria, merecía este recuerdo en exclusiva.
Hace tiempo que me desligué de la investigación universitaria, pero tengo buenos amigos que siguen en la brecha. Uno de ellos, Javier Lluch (también citado en otra ocasión), a través de interesantes artículos y de su participación en la edición de las obras completas de Aub, se ocupa de mantener viva la memoria de este escritor, que sin ser español de nacimiento, sufrió España con mayor intensidad que muchos de los que se definen como patriotas. Por eso, y por su calidad literaria, merecía este recuerdo en exclusiva.
17 comentarios:
Hubo un tiempo, hace ya muchos años, en que leí casi toda la narrativa breve de Max Aub, maestro en muchos géneros, y también en el relato fantástico.
Buena elección, Toni.
Los Crímenes ejemplares son una joya que releo con frecuencia. Estampas de psicópatas y asesinos sabia y brevemente contadas.
Leí varios de los Campos, La calle Valverde y La gallina ciega, además del citado Josep Torres Campalans. Me maravillaba su mezcla de realidad y ficción. En La gallina ciega se puede decir que la mayor parte de lo que cuenta responde a la realidad de su viaje a España, creo que en 1969, pero hay elementos que son totalmente ficticios. El resultado es maravillosamente literario. Coincido contigo en considerarlo uno de los grandes de la narrativa española, y pensar también -a veces lo pienso y me pregunto- que quién va a leer estos autores que ya no son novedad ni están de moda, fuera de estudiosos universitarios en su tesis de especialización. El bachillerato ya no es el marco adecuado para recuperarlos y después de eso ya el acceso a la cultura y la literatura es harto proceloso. Venden novedades como Stieg Larsson pero no Max Aub. ¿Quién los leerá? ¿Se seguirán editando? ¿Para quién?
Qué bien haces recordándonos a un autor injustamente olvidado. No he leído los "Campos"- ahí están, esperándome- pero sí La alle de Valverde, Las buenas intenciones y muchos de sus cuentos. Yo tengo que agradecerle a mi profesora de Literatura de COU, Isabel Rey, que se molestara en dárnoslo a conocer.
Leí hace tiempo "Campo de almendros" y me fascinó. Bastante compleja por alternar a tantos personajes y no diferenciarlos demasiado, dura, descarnada, pero me encantó. Me gustaría leer algún relato breve o a alguna de sus piezas teatrales. Tu entrada me ha recordado esta asignatura pendiente.
¡Un saludo!
PD: en el curso de las nuevas tecnologías incluí el enlace de tu blog (y el de Lu) para que vieran las posibilidades educativas de esta herramienta, y a mis compañeras les encantó tu anterior entrada, con el tan sugerente título que planteabas.
Clase magistral de Aub tu Sesquidécada. Gracias a ella y a los senderos que de la misma se bifurcan he podido saber que es posible adquirir algún ejemplar de homenaje a El Quijote en el que participé.Como dijo el propio Aub " Quizá el Quijote es el personaje cuya grandeza sea más difícil de aquilatar para un niño, ya que para ellos es imposible considerar como extraordinario confundir molinos con gigantes."
Eduardo: Los cuentos fantásticos de Aub son sorprendentes, pero los relatos breves sobre la guerra son duros. Luego está esa visión irónica de la historia de España: Imprescindible un relato hilarante titulado La verdadera historia de la muerte de Francisco Franco.
Lu: También a mí me gustan, pero atentan contra lo políticamente correcto y me da miedo llevarlos al aula.
Joselu: Descubrí a Max Aub durante la carrera y no guardo rencor a mis profesores de bachillerato por no mencionarlo. Creo que vamos haciendo lo que podemos en la medida de nuestras posibilidades. No quiero ser un outsider, pero tampoco soy un conformista, de modo que recomiendo buena literatura a quienes creo que pueden aprovecharla. El resto, en otros tiempos, no habría llegado nunca al bachiller y eso hay que tenerlo en cuenta cuando comparamos. Y creo que, pase lo que pase, estos autores siempre tendrán un lector minoritario pero fiel.
Carlota: Las novelas que citas, muy galdosianas, ilustran un periodo que me encanta. Hay otras dos novelas muy literarias ambientadas en los años 20-30: Las máscaras del héroe de Juan Manuel de Prada (???) y Fabulosas narraciones por historias de Antonio Orejudo; me gusta comparar la diferencia de estilos y de tonos entre todos ellos.
Juliii: Las novelas que se engloban en el Laberinto mágico configuran uno de los mejores retratos literarios de la guerra civil. Es esa despersonalización de los personajes novela a novela lo que las hace valiosas. En el campo de los almendros, los vencidos esperan como reses en el matadero, y solo quedan sus voces. No me extraña que haya tanto interés por enterrar la memoria histórica. (Gracias por enlazar mi blog)
Mª José: Gracias, aunque sólo pretendía dar rienda suelta a los recuerdos de mis lecturas. Me alegra que también tú hayas encontrado trocitos del pasado.
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http://www.lengua1bc.blogspot.com/
Blog de Lengua y Literatura del IES La Sisla (Sonseca, Toledo)
Muy buena la aproximación a este gran autor. Yo desde COU donde hice un trabajo sobre él y otros autores del siglo XX que no había tenido contacto con su obra. Simpre es un placer encontrarse con personas que tienen la sensibilidad suficiente como para traer estos temas a la red.
Un abrazo.
Muchas gracias, Toni. Me ha gustado mucho recordar a Max Aub a través de tu nota. Me cuesta mucho poner al día mis lecturas, pero lo intento...
¿Cómo puedes acordarte de lo leído havce quince años? Me parece admirable.
Antonio, qué nota tan acertada sobre un maestro tan injustamente olvidado.
Cuánto me ha gustado que sea una de tus sesquidécadas la que nos lo recuerde.
Un saludo.
Un abrazo maxaubiano, Antonio, de quien es responsable de la edición de "Enero sin nombre", de "Aforismos en el laberinto" y del muy reciente "Todo es vida. Elogios y alabanzas"; también de quien es autor de una larga novela biográfica editada por Edhasa en 2007 bajo el título de "Max Aub, novela". Suscribo todo lo que dices y el entusiasmo por este autor también.
Un fuerte abrazo, Javier.
P.S. Llego a tu blog de la mano del blog amigo de Joselu.
Miguel: Hubo un momento en que se consideró apropiado rescatar a Max Aub del olvido (algunos políticos incluso vendían falso progresismo a su costa), pero seguimos como antes, con un valioso autor fuera de las librerías, mientras se vende lo banal, como apuntaba Joselu.
Marcos: Puedes empezar por los Crímenes ejemplares, de los que hay una estupenda edición ilustrada en Mediavaca.
blogge@ndo: Ya comenté que llevo, desde el año 93, doble registro de lecturas, informático y manual, para que no falle la memoria ;-)
José Luis: Gracias, me alegra que te haya gustado. Supongo que la literatura es otra de las pasiones que nos unen.
Javier: Gracias por el comentario y por tu labor editora (también tengo tu libro de aforismos aubianos). He visitado tu blog en ocasiones también a través del amigo Joselu, y me parece recordar que asistí a alguna ponencia tuya en otra ocasión (¿quizá en un curso sobre Chabás?). Bienvenido a tu 'casa'.
Como curiosidad... Max Aub tiene una historia de la literatura española con la que estudiaron, fotocopiada y encuadernada, los albaneses que hicieron español en la universidad a finales de los 80. Lo tengo a mi lado, me lo ha dejado un compañero. Y me lo leo estos días que me toca preparar la Literatura de los siglos de oro.
Y otra curiosidad/coincidencia: el San Juan y el exilio y aquellos barcos que salieron del puerto de Durres cargados de albaneses rumbo a occidente, Italia, "l'america", otros exilios...
saludos albaneses
Isa: Gracias por recordarlo. Si te refieres al Manual de Historia de la literatura española, efectivamente es una delicia, por su síntesis, pero, sobre todo, por la visión subjetiva con que están tratados algunos autores, algo que me llamó la atención y de lo que escribí un pequeño trabajo. También me satisface que hayas recordado San Juan, una obra dramáticamente actual, que tuve la suerte de ver representada en un estupendo montaje teatral. Gracias por esa valiosa información de tierras lejanas.
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