El colofón a la entrada anterior tendría que haber sido la Antología del relato policial (en Vicens Vives, a cargo de J. Santamaría y P.Alonso), una buena recopilación de historias criminales (con una interesante introducción sobre el género y propuestas didácticas). Sin embargo, quería aprovechar el último relato del libro para dar paso a las lecturas raras. Se trata de "No mire atrás", de Fredric Brown (se puede leer una versión íntegra en librosgratis), un relato que se escapa ya por los límites del género (algo parecido ocurre en 1280 almas, que citó Joselu en un comentario a la nota anterior). Es difícil encontrar una definición para los libros raritos: aunque casi todo el mundo tiene claro que un libro es "raro" cuando se tropieza con él, si hay que teorizar sobre ello resulta bastante complicado. Hace un tiempo dediqué unas notas a los "rarilargos" (*) (neologismo que inventó Eduardo Larequi). Es más, los raros sólo se recomiendan entre lectores compulsivos a los que no les importa dedicar horas de lectura a un libro que igual los deja sumidos en el estupor.
De estos libros raritos me ha abastecido en los últimos meses mi compañera María José, profesora de inglés a quien ya mencioné en la nota anterior. Empezó prestándome dos autores japoneses: Edogawa Ranpo (que se lee en japonés como Edgar Allan Poe) es un escritor de relatos que mezclan el kitsch al puro estilo Fu-Manchú con cierta ironía del género negro americano. En un volumen están recogidas "La lagartija negra" y "La bestia entre las sombras".
El otro escritor japonés es Akiyuki Nosaka, de quien leí dos relatos reunidos en un libro: "La tumba de las luciérnagas" es una historia desoladora sobre la guerra y sus consecuencias; como contrapunto, "Las algas americanas" es un relato agridulce sobre el choque cultural oriente-occidente.
También misterio y extrañeza (en este caso por ser una faceta desconocida de su autora) se pueden encontrar en los relatos de Richmal Crompton, la artífice de las aventuras de Guillermo Brown, recogidos en Bruma (Reino de Redonda). En ellos hay personajes aquejados de ataques de tristeza y soledad y teñidos de fantasía y sueño.
También me ha parecido extraña la novela Amor perdurable, de Ian McEwan; juega con las convenciones de las novelas de amores obsesivos hasta darles la vuelta y someterlas a escrutinio racional. Además, consigue que el lector viva la narración con el mismo estupor que el protagonista. Y, desde luego, el punto de partida de la historia es tan raro que parece incluso real.También misterio y extrañeza (en este caso por ser una faceta desconocida de su autora) se pueden encontrar en los relatos de Richmal Crompton, la artífice de las aventuras de Guillermo Brown, recogidos en Bruma (Reino de Redonda). En ellos hay personajes aquejados de ataques de tristeza y soledad y teñidos de fantasía y sueño.
Otro autor que me ha sorprendido ha sido Robertson Davies; he leído la Trilogía de Deptford (compuesta por las tres novelas El quinto en discordia, Mantícora y El mundo de los prodigios, editados por Libros del Asteroide) Como ocurre con McEwan, la habilidad consiste en convertir en verosímil el extraño mundo de los seres humanos que, al ser analizado con detalle, se transforma en una red de complejos azares e intrincadas relaciones sentimentales. Desde el punto de vista narrativo, el primer volumen es el más jugoso y en el que aparecen los hilos que se devanan en la trilogía; en los otros dos se resuelve toda la trama.
Y, para no agobiar mucho, cerraré esta nota con un libro cuya rareza es su carácter autobiográfico y su vinculación con el mundo de la física teórica. Se trata de la biografía novelada de Richard P. Feynman: ¿Está Ud. de broma, Sr. Feynman? (Alianza) Es un libro divertido (tranquilos, que no aborda con profundidad cuestiones técnicas), en el que sobresale la apología de la curiosidad y la inteligencia como estilo de vida. Así, con esa filosofía de fondo, resulta normal que un premio Nobel se dedique a reventar cajas fuertes o a decorar con sus cuadros bares de top-less. Os aseguro que es una vida digna de conocer, contada además con una solvencia entretenida.
(continuará)
(*) Los raros y los largos uno, dos, tres, cuatro, cincoCrédito de la imagen: www.flickr.com/photos/23727492@N00/2309874065
Me bajo No mires atrás, a ver qué tal está.
ResponderEliminarSaludos.
Tus posts contienen siempre elementos motivadores. Esa Antología del relato policial, que no conocía, puede ser un excelente título para mis alumnos de tercero, y que iría en consonancia con las que están siendo mis lecturas en los últimos meses. Me gusta armonizar mis intereses con lo que yo les proyecto a mis alumnos. Voy a conseguirlo y lo propondré como lectura dentro de un curso en que la intriga será elemento fundamental. Otros títulos de maestros de la novela negra que me atrajeron en un tiempo fueron las novelas de Chester Himes tales como Por amor a Imabelle, Un ciego con una pistola, Corre, hombre, corre... Llegué a Nueva York en 1981 leyendo novelas ambientadas en el Harlem de Himes, y te aseguro que fue toda una experiencia mi visita a ese barrio, sobre todo cuando se sube más allá de la calle 140. De Richmal Crompoton, qué decir, que yo no sería el que soy, si no hubiera leído las novelas de Guillermo Brown, que me llevaron a concebir, junto a las de Julio Verne y Salgari, que la ficción es infinitamente superior a la realidad. Soy un discípulo de Guillermo Brown, igual que el ínclito Fernando Savater. De Ian McEvan, sólo he leído el interesante Expiación, pero creo que buscaré algún título más. Por la literatura, siempre. Abajo la novela histórica.
ResponderEliminarApunto alguna referencia. De lo que dices sólo me he leído El quinto en discordia, que me encantó (he de acabar la trilogía), sus personajes están presentados como sumidos en una bruma pero a la vez muy reales (ya he comentado más de una vez que Libros del asteroide tiene muy buenos títulos poco conocidos).
ResponderEliminarNo quiero leer mucho de novela policial, hay demasiado saturamiento post-Larsson en el ambiente, mejor desconectar y probar cosas nuevas
Espero que Joselu no considere este comentario como una forma de quitarle la ilusión, pero la Antología del relato policial de Vicens Vives que ha citado Antonio, a pesar de su atinada selección de autores y relatos y de sus elaboradas propuestas didácticas, es uno de los libros con los que yo más me he estrellado, en 4º de Secundaria si no recuerdo mal.
ResponderEliminarA los alumnos los cuentos se les hicieron complicados, difíciles de seguir, "con muchos nombres extranjeros" (un reproche que he oído varias veces y siempre me parece incomprensible), etc.
En fin, Joselu, a ver si tienes más suerte y más talento que yo.
La tumba de las luciérnagas tiene versión en largometraje de dibujos animados, la vi hace un tiempo y me dejó un sensación de tristeza enorme (un poco como aquella otra peli japonesa que se llamaba Nowbody knows).
ResponderEliminarYo tampoco aguanto la novela histórica, como Joselu.
saludos.
Gracias, Eduardo, te agradezco tu observación sobre la citada antología. Si algo no quiero es cometer errores a la hora de elegir títulos. Si algo es complicado para alumnos de cuarto, ¿qué sera para los de tercero y con un nivel muy deficiente? Probablemente me has evitado un error de elección. Tengo pensados otros como Las pelirrojas traen mala suerte y Papel mojado de Millás. Estas normalmente me han funcionado bien y cuentan también con el elemento de intriga y la investigación subsiguiente.
ResponderEliminarSiguiendo en la línea de las recomendaciones juveniles diré que el libro de Millás, "Papel mojado" fue lectura obligatoria en 4º de ESO en mi centro, durante años. Siempre con mucha aceptación. Después la sustituimos por otra obra de Millás, que también caló fondo: "La soledad era esto".
ResponderEliminarLa saturación de títulos y la necesidad de cambiarlos por la presencia de repetidores nos llevó de Millás, a Manuel Rivas y su antología "¿Qué me quieres, amor"?.
Yo recomiendo siempre el libro de Emilio Pascual "Días de Reyes Magos", un remake moderno de El lazarillo. Una obra juvenil de gran calidad literaria.
Os leo -os sigo-, pero no consigo acercarme a vuestros listados de lecturas recientes y pasadas. Me ruborizo... y, ya digo: trato de seguiros...
ResponderEliminarJosé Luis: Ya me contarás si miras para atrás ;-)
ResponderEliminarJoselu: También yo pensaba que sería buena opción de lectura, pero es cierto que si se lee por obligación, es difícil encajar cada autor con su relato y cada personaje en el suyo. Puede ser una lectura voluntaria, sólo para aficionados a la lectura.
Eduideas: Si has leído el primero, los otros dos completan la historia desde el punto de vista de otros implicados en ella; creo que vale la pena.
Eduardo: Gracias por el comentario pragmático.
Isa: Buscaré en la red a ver si consigo esa versión. Gracias.
Lu: Sabes que me gusta mucho Millás, pero no me atrevo a trabajarlo en la ESO. Tomo nota de Emilio Pascual.
Marcos: Eso es el síndrome post-vacacional ;-)