Si entre el común de los mortales se lleva con discreción y disimulado silencio no haber leído El Quijote, entre los profesores de lengua poner en cuestión el dogma de su obligada lectura puede llevarnos a situaciones más que tensas. Todos asumimos la grandeza de la obra cervantina y casi nadie se atreve a manifestar abiertamente que, digan lo que digan, es una obra larga y difícil de leer para un lector medio.
El Quijote ha estado en mi biblioteca familiar desde que tenía ocho o nueve años. En muchas ocasiones me había acercado a sus páginas e incluso había buscado en el diccionario decenas de palabras que no entendía: adarga, rodela, vellorí, enjuto... Pero no pasé más allá de la aventura de los molinos, que constituía aquella secuencia "a la que había que llegar".
De modo que, cuando en la carrera de Filología llegó el turno de la literatura clásica, agradecí la obligación de leer El Quijote. Y eso ocurrió justo hace quince años.
Sé que algunos defienden que en la educación secundaria se obligue a los alumnos a leer El Quijote; no voy a discutir una vez más la idoneidad de ciertas lecturas a ciertas edades. Sólo diré que leer el Quijote a mis 26 años fue una delicia, como lector y como filólogo, y que todos los intentos anteriores lo único que habían forjado en mí era un miedo absurdo hacia los clásicos, en los que veía textos opacos, insulsos por culpa de mi ignorancia. Después de aquella lectura madura, ya puedo declarar con toda justicia que el Quijote es una lectura que nunca olvidaré y a la que regreso siempre que puedo. Y como resulta difícil decir sobre este clásico algo que no se haya dicho, recurriré a una propuesta marginal que quizá ya conocéis.
Hace unos años, Terry Gilliam (componente de los Monty Python y director, entre otras, de Brazil -imprescindible-, Doce monos -inquietante-, Las aventuras del Barón de Munchausen -divertida-) quiso llevar a cabo una adaptación del Quijote, para lo que se vino a España a rodar algunas escenas. Ese rodaje se convirtió en un cúmulo de desdichas (inundaciones en tierras de sequía perpetua, ciática en los actores, aviones a reacción sobre los exteriores...) que quedaron plasmadas en un documental magnífico llamado Lost in la Mancha. Pues bien, según las últimas informaciones, parece ser que Gilliam quiere retomar el proyecto y es posible que pronto tengamos una nueva adaptación de nuestro clásico, con Johnny Depp convertido de galeote en Sancho Panza. Si tenéis tiempo, echadle un vistazo a algunos detalles de la historia y seguro que os sorprende igual que a mí.
Más información:
- Breve reseña en vídeo del documental Lost in la Mancha en Días de cine.
- La película que nunca existió (El mundo-Metrópoli)
- El quijote nonato de Terry Gilliam (El Cultural)
- Terry Gilliam vuelve a la carga con “The Man Who Killed Don Quixote" (Demasiado cine)
- Será Johnny Deep el nuevo Sancho Panza (El Porvenir)
Crédito de la imagen: www.flickr.com/photos/10997674@N07/3529598834
Leí algo en una reseña sobre el fin del rodaje de otra película suya inacabada por la muerte de Heath Ledger, y que retomar el proyecto de su Quijote caído en desgracia. Esperemos que no sobrevengan más fatalidades que bien seguro será un trabajo sin desperdicio. Nos vemos y gracias por la información.
ResponderEliminarTanto llamar la atención sobre incorrecciones y me dejo el condicional de "retomaría". El que tiene dedos también mete la pata.
ResponderEliminarMiedo me da el señor Gilliam en semejante producción. Dejando aparte las que rodó como miembro de los Monty Python, todas las películas suyas que he visto (además de las que señalas El rey pescador y Los hermanos Grimm, esta última insufrible) me han parecido bastante endebles. La única que consigo tragar es Doce monos, y con reparos.
ResponderEliminarPor otra parte, Johnny Deep es un actor muy sobrevalorado, que en sus últimos tiempos ha adquirido la molesta costumbre de fingirse enajenado. A mi modo de ver, le iría mucho mejor el papel de Don Quijote. Como Sancho Panza me parece una mala elección absoluta.
Sobre la lectura de Don Quijote en las aulas de Secundaria tengo impresiones encontradas. Es verdad que es una lectura difícil para la gran mayoría de los alumnos, pero también que los profesores (y no sólo los de Lengua) quizás no hacemos el esfuerzo necesario para convencerles de sus muchos méritos.
A este respecto, tengo una jugosa anécdota que contar. Una compañera mía de departamento, en un instituto que no voy a nombrar, se enorgullecía de no haber leído nunca la obra de Cervantes. Yo le contesté: "mira, en este despacho puedes presumir de lo que quieras, pero, por favor, no lo digas delante de los alumnos".
Yo también creo que el Quijote no es una obra para secundaria, pero sí una obra que deben conocer aunque no sea leyéndola en secundaria, como referente cultural inexcusable. La película puede ser un buen acercamiento, a mí sí me gusta Johnny Deep y creo que enganchará a los alumnos pero coincido con Eduardo: Sancho Panza no es su papel, hay muchos personajes en la obra cervantina que bordaría
ResponderEliminar¿Johnny Deep? Noooooooooo, por favor. No veo a este actor en ningún papel (lo siento, Eduardo) relacionado con la obra de Cervantes.
ResponderEliminarEn cuanto a leer El Quijote en las aulas, tal y como están las cosas, me parece una tarea quijotesca (disculpad lo poco ocurrente del adjetivo). A lo máximo a lo que aspiramos es a leer algunos capítulos o versiones adaptadas.
¡Qué lejos queda mi 3º de BUP! Yo leí El Quijote en ese curso y lo leí completito.
La sugerencia respecto a la idoneidad del amigo Depp, con dos pes, no con dos es (todos lo hemos escrito mal) para interpretar a Don Quijote intentaba ser sarcástica, Lu.
ResponderEliminarYa veo que no he conseguido darle el tono adecuado a mi prosa.
Por cierto, hace siglos que también yo leí El Quijote con los alumnos. Y algunos hasta disfrutaron.
Don Antonio. No he sido capaz de leer el Quijote completo. Tengo una versión de esas con demasiadas explicaciones. "Mea Culpa" y del que no supo animarme a leerlo en su día. Heridas abiertas que algún verano intentaré curar. A los niños hay que saber "vender" una lectura de este "peso" y nunca mejor dicho.
ResponderEliminarRespecto a Deep, lo prefiero de Sleepy Hollow, pero..todo se andará.
Saludos
Cocoliso: Por lo que contaban en el documental, Gilliam es un tipo muy peculiar, en el que todos confían a pesar de cierto gafe. A ver si ésta es la definitiva.
ResponderEliminarEduardo: Hay versiones adaptadas muy dignas para Secundaria (en Vicens-Vives, en Bruño...). Quizá en Bachiller la mejor opción sea ofrecer antologías. Un año leímos en 1º una selección de capítulos, pero no les gustó nada, pese a las aclaraciones continuas. En cuanto a Depp (sí que es difícil atinar, pues el propio titular de El porvenir nos ha confundido a todos), es un personaje que atrae bastante a cierto público joven; en el documental aparece como galeote, en una interpretación que recuerda a Jack Sparrow.
Eduideas: Sancho Panza sería un buen papel para John Candy, si estuviese vivo, claro.
Lu: ¿Qué tal Depp como licenciado Vidriera? ¿O como Cipión o Berganza? Y no nos hables del BUP, que nos ponemos nostálgicos (aunque yo sólo lo viví desde el lado bullicioso).
Martín: Todo libro exige su momento. Todos tenemos clásicos que esperan su momento en la mesilla de noche.
Pues yo estoy leyendo en 3º de ESO(en sentido literal: leo yo)la adaptación publicada por Alfaguara Serie Roja y la verdad es que no les gusta demasiado (sobre todo después de leer la adaptación de Vicens Vives de La Celestina, que les encantó y pensaban que iba a ser algo similar). Sin embargo, justamente hoy, que no leímos, dos alumnos (de esos malos, que no hacen nada) comentaban lo gracioso que les resultó que don Quijote estuviera cuatro días eligiendo el nombre de su caballo y ocho el suyo propio. Si leemos con ellos los clásicos no los amarán incondicionalmente -es cierto, no están en la edad- pero tampoco los odiarán para siempre.Lo de J.Depp como Sancho yo tampoco lo veo claro.
ResponderEliminarUn saludo
Yo también lo recuerdo con nostalgia: sí, efectivamente, fue en un 3º de BUP, Lu, así es.
ResponderEliminarA priori, no tengo nada en contra de T. Gilliam ni de J. Depp: he visto cintas de ambos que me han gustado y otras que no. Démosles un voto de confianza y, si llega a rodarse, después podremos acordarnos de sus madres o felicitarles...
Y otra anécdota: en un 2º BUP recuerdo que leímos el pasaje en el que Sancho se caga de miedo y les mandé hacer un resumen -lo siento Felipe, así fue- y recogí muchas hojas en blanco; al día siguiente vimos el mismo pasaje en la versión cinematográfica de Gutiérrez Aragón con Fernando Rey y Alfredo Landa y os aseguro que no recogí ningún papel en blanco. Sólo lo apunto...
Leí El Quijote completo a mis tiernos 37 añitos, y es quizá la novela con la que más he disfrutado; la segunda parte era ya un no parar, página tras página leyendo con la misma pasión que Alonso Quijano... a los veintipocos leí junto a algunos amigos en lectura colectiva, en voz alta y entre carcajadas algunos pasajes –y creí haber reconocido a Maritornes durante una estancia en Oviedo con motivo de un congreso de filosofía. A los 19 no pude leerla, pues me llenaba de tristeza y melancolía –debería tener yo, por entonces, un espíritu demasiado siglo diecinueve...- En el instituto sólo la leían los de letras, -y yo por entonces me veía como un futuro ingeniero agrícola o de obras públicas. Durante la EGB sólo algún fragmento –y de adaptaciones. Y quizá algunas alusiones en la enciclopedia Álvarez de mi prima...
ResponderEliminar1. Coincido, no obstante, con Nietzsche en que El Quijote ha sido para España una desgracia nacional...
2. Y recuerdo haberle oído decir a alguien que éste es uno de los pocos casos en que la película supera a la novela.
Estos dos últimos puntos me gusta recordarlos (no puedo evitarlo -es una especie de compulsión) cuando estoy en compañía de filólogos y especialistas en hispánicas.
Saludos.
Parece que hasta se puede hacer un estudio de la relación de los alumnos luego "profes" con el Quijote: "yo lo conocí de jovencito, por encima, salimos unos días pero lo dejamos, no nos entendíamos. Más tarde me lo volví a encontrar, cuando estudiaba la carrera, y me enamoré locamente"."Yo también lo conocí pronto, pero le pillé en una época en que su asesor de imagen le recomendó vestir con ropas más juveniles y usar un lenguaje más coloquial. No parecía él"...
ResponderEliminarHortensia: Tienes razón en lo de la lectura en el aula; el problema es que esa dedicación a la lectura siempre va a costa de las horas de lengua. Creo que tendría que haber una dedicación horaria exclusiva para planes lectores.
ResponderEliminarMarcos: Eduardo planteaba sus reservas ante las pelis de Gilliam (para mí Brazil fue una revelación temprana de la modernidad) y tú apuntas al voto de confianza: ya veremos cómo sale la cosa y si podemos utilizar en el futuro esa peli nonata.
Serenus: ¿Desgracia nacional? Tú no sabes lo cómodo que resulta a todo el mundo decir que el mejor libro que han leído es el Quijote, aunque no lo hayan sacado del estuche del Círculo de Lectores. En cualquier caso, a mí Kant me parece un filósofo de ferretería ;-)
Carlos: Estupendo; has tocado el fetichismo quijotil. Algunos recuerdan la primera lectura del Quijote como su primer beso o su primer... Vale, es un novelón de aúpa, pero ya está bien de pegarle lametones a diestro y siniestro.
Cuando yo estudiaba el antiguo bachillerato (prehistórico) leíamos diariamente algún capítulo de una versión adaptada (bastante fielmente adaptada de El Quijote). Era nuestro libro de lectura que me permitió hacerme una superficial idea de la novela. Luego me lo encontré en la carrera de filología. Lo leí a los veintiún años y me pareción una novela humorística. Había fragmentos que no podía parar de reír. Creo que la leí como los antiguos oidores de El Quijote del siglo XVII. Posteriormente la he leído en cuatro ocasiones más, aparte de las lecturas parciales del bachillerato en que se seleccionan determinados capítulos. Mis siguientes lecturas me abrieron una novela melancólica y llena de desilusión, especialmente la segunda parte. El encantamiento y desencantamiento de Dulcinea es terriblemente triste. Una vez incluso me fui en tren con la edición de Rico hasta Alcázar de San Juan y alquilé un coche. Durante una semana recorrí los paisajes cervantinos incluida la cueva de Montesinos y comí incluso duelos y quebrantos en El Toboso. No olvidé el famoso vino de la Mancha. Sobre la polémica aqui planteada sobre si es oportuno hacer leer alguna versión de El Quijote en la ESO, mi opinión es que no. Mejor que se queden vírgenes de este libro que leerlo mal y con desgana. Para enfrentarse a esta obra vale todo menos el contexto de la ESO. A veces he utilizado versiones muy adaptadas pero no me convencen en absoluto, pierden lo más jugoso de la novela. Es una obra que queda fragmentariamente para el bachillerato, si nos lo permiten.
ResponderEliminarVi Lost en La Mancha con varias alumnas de bachillerato y nos gustó mucho. Hay versiones cinematográficas sobre El Quijote realmente divertidas.
Yo tampoco veo a J. Deep de Sancho Panza, ni siquiera echándole mucha imaginación. En cuanto a lo de la lectura de El Quijote en clase...yo llevo varios años leyéndolo en bachillerato (este año sólo la segunda parte, porque leímos antes La Celestina) y, como podéis imaginar, la acogida es desigual: mi objetivo no es que se convierta en su lectura de cabecera , ni demostrar lo culto o no que se es por leerlo.. pretendo que lo conozcan, que lo "manoseen" y que les permita sacar una buena nota a través de un sencillo control de lectura y de otras actividades un poco más creativas. A mí me divierte y me parece entrañable, y esto sí que intento transmitirlo. Para muchos de mis alumnos,ésta será la única ocasión que tengan de enfrentarse a éste y a otros muchos textos...¡Y lo contentos que se ponen de haberlo terminado! (y eso que muchos dicen que les da penita que se muera...)
ResponderEliminarJoselu: Me alegra coincidir contigo en el elogio de Lost in la Mancha. Algún día también podríamos poner en marcha un meme acerca de viajes que han hecho los profes en busca de sus libros de culto.
ResponderEliminarCarlota: ¡No me digas que al final muere...!
Me apunto a ese meme, Antonio, siempre que sus reglas permitan que los libros no sean sólo de literatura, sino también de historia, o ciencia, o lo que a cada cual le apetezca.
ResponderEliminarReconozco que Brazil es una película rompedora, de rara originalidad. Quizás demasiado rompedora y original para mi gusto. Tendré que ir pensando en conceder a Gilliam otra oportunidad.
A mí me pasó un poco como a ti. Tenía el Quijote en mi biblioteca desde pequeñito y no superaba nunca un capítulo o llegaba a los molinos. Pero me podía. Sin embargo, con treinta y seis años me dio por leerlo. Y lo leí de cabo a rabo. Y me gustó tanto, tanto que lo releí casi completo. Y ahora de vez en cuando leo al azar un capítulo o unas páginas. A mi me parece una obra fuera de lo normal. Pero como tú bien apuntas, ponerlo frente a alumnos de ESO tal vez sea excesivo. Cada cosa a su tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sería una buena idea lo de plantear viajes literarios, pero lo bueno en mi caso es que siempre que viajo solo (hecho que me encanta) doto al viaje de una estructura o de una imaginería literaria. Viajes y literatura, qué maravilla.
ResponderEliminarOye, Antonio, no te sepa mal, nada más lejos de mi intención, pero ¿no te han dicho nunca que te pareces a Julián Zugazoitia? Es un parecido asombroso.
ResponderEliminarUn saludo y disculpa
Pues habrá que esperar ese rodaje. Johnny Deep me encanta (qué le voy a hacer, todos tenemos debilidades...), así que me parece estupenda su inclusión en el mundo cervantino, a ver qué sale.
ResponderEliminarEn cuanto a la lectura del Quijote, me obligaron a leerlo en 3º de BUP. Cumplí con ello, pero con desgana y con trampa )lo leíamos a fragmentos), así que nunca lo recomendaría a determinadas edades que pueden marcar negativamente la visión de esta obra. Unos años después lo leí por propia iniciativa cuando estudiaba Filología (entonces sí disfruté de su lectura) y a partir de ahí he vuelto a él muchas veces.
Eduardo y Joselu: Nos guardamos la idea para este verano, ¿vale? (se acepta incluso un meme fotográfico).
ResponderEliminarMiguel: Si no fuese así, al cabo del tiempo estaríamos condenados a leer exclusivamente novedades. Hay que dejar su tiempo a los clásicos.
Isidoro: Si te refieres al parecido físico, no sé, el blanco y negro me hace más viejo; por lo que respecta a las ideas, creo que nos hubiésemos llevado bien; de los escritores de novela social guardo buen recuerdo.
Marian: Imagino que verlo en Charlie y la fábrica de chocolate supondría una auténtica tortura para tus sentidos ;-)
Quizá se ha desmenuzado tanto el Quijote que se pierde la intriga de zambullirse en sus innumerables páginas.
ResponderEliminarSinceramente, y lo siento ,no he leído el Quijote,mi asignatura pendiente,tal vez porque pienso que no voy a encontrar nada original o nuevo a parte de las innumerables teorías escritas y los capítulos sueltos leídos.
...lo intentaré.
Un saludo
Hirondelle: Resulta difícil, pero un lector competente debería leer el Quijote intentando olvidar cuanto han dicho de él. Entregarse a la lectura y disfrutar. Un saludo.
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