Según el Diccionario Crítico Etimológico, de Corominas y Pascual, la palabra "gripe" proviene del francés grippe, procedente a su vez del alemán grüpi (grupen: agacharse, acurrucurse, temblar de frío, encontrarse mal). En México y Colombia, según el Diccionario panhispánico de dudas, se utiliza la forma gripa. Para la Fundación del Español Urgente, la palabra influenza, de uso generalizado en los diarios mexicanos, es de origen italiano.
Pero, sea cual sea la etimología del término, antes de que los medios de comunicación nos aterrorizasen con esta enfermedad (olvidando la malaria y el hambre, por ejemplo), quienes jugábamos con las barajas de Familias de 7 Países intuíamos a través de tópicos inocentes cuál iba a ser su origen:
No conocía este juego, tu relación de ideas es irónico y divertido. Pobres cerdos. Esta mañana oía en la radio la recomendación de no volver a citar la enfermedad como "gripe porcina" por las conclusiones a que se llega. Se la debe citar como gripe del tipo A o H1 N1. Así que ya nada de bromas sobre estos cuadrúpedos deliciosos y suculentos (lástima de colesterol).
ResponderEliminarMuy completa la entrada, como siempre. Y muy simpática la asociación, ;)¡Qué lince para encontrar curiosidades!
ResponderEliminarEres un hacha del periodismo de investigación (sección histórica). ¡Cuánto me he reído!
ResponderEliminarPues yo sí que lo conocía. No habré echado horas jugando a las familias con mis hermanos y hermanas y primos y primas y tías... no, mis tíos no jugaban a esas cosas.
ResponderEliminar¡Pobres mexicanos! La que les ha caído con esta histeria colectiva.
¡Las tenía igualitas!
ResponderEliminarGracias, Antonio, por tu sentido del humor.
¡Qué bueno, Toni! Yo también las tenía y jugaba con el abuelo bantú, la hija mexicana, el padre indio... ¡Qué tiempos y qué vista, joído!
ResponderEliminarLo conmentaba el otro día con mis amigos: no sabemos si hacer caso a los medios de comunicación y ponernos a temblar (gripe mezcla de gripe humana, porcina y aviar) o pensar que son exageraciones periodísticas porque matan bastante más epidemias silenciadas como la malaria, la fiebre amarilla, el ébola, la meningitis... Como dice el maestro Sabina esta semana: "La culpa no es del pobre animalito / que produce un jamón tan exquisito/ sino del hombre, que no tiene cura."
Muy bueno Toni, jajaja, mis hijas siguen usándolas, sobre todo la pequeña, así que están por casa.
ResponderEliminarGracias a todos por los comentarios. La nota sólo quiere ser un guiño a quienes conocimos esas cartas; espero que nadie se ofenda con ello.
ResponderEliminarY no os perdáis aquella escena de P.Tinto con esas mismas cartas.
Gripe aparte -mi hijo pequeño no seiente bien-, me ha encantado tu entrada...
ResponderEliminarQué tiempos aquellos en que en las familias había 1 padre y 1 madre y las razas humanas eran 4!!!!
Siempre es bueno tomarse las cosas con sentido del humor. Un abrazo, Antonio.
ResponderEliminar¡Qué grandes, Heraclio Fournier y compañía! Jugaron las mejores bazas en su negocio...
ResponderEliminarYo soy de las que jugaba con estas cartas y oía hablar del Domund. Entonces no conocíamos términos como interculturalidad ni diversidad, hoy tan desgastados.
ResponderEliminar¡Qué hallazgos, Toni!
¡Qué bueno, los catetos premonitorios; si se hubieran usado como tarot! Ahora habría que añadir una octava familia: el bantú (o subsahariano) que se emparejó con una tirolesa y adoptaron una niña china y un niño sudamericano. Del abuelo paterno no se sabe nada y la abuela está en una residencia. Y el niño es un espalda mojada. Escalera de color, ja.
ResponderEliminar¡Qué agudo eres! Yo también jugué con las cartas y vi la película del Milagro de P. Tinto (ejemplo de diversidad familiar), no tiene desperdicio.
ResponderEliminarYo, en mi infancia, fui un fiel jugador de estar cartas y otras de similares características (recuerdo concretamente unas de Disney) pero no había caído en el detalle de la hija con el cerdo a cuestas. Hoy no deja de ser una singularidad significativa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Inquietante... Todo un ejemplo moderno (o posmoderno) de profecía de Nostradamus, en versión cartas, jejeje.
ResponderEliminar¡¡Muy bien Sr. profesor!!..que contra la gripe, como contra todo no hay mejor remedio que el humor, que buena falta nos hace...
ResponderEliminarJo, vaya vista...Yo también jugaba con ellas...y juego aún con mis hijos...Qué ironía. Da miedo seguir mirando, no sea que descubramos algo peor.
ResponderEliminar¡Qué bueno! Yo también jugué con ellas!! No sé de dónde sacas tantas cosas;eres una máquina.
ResponderEliminarSaludos
Ja, ja, ja...me ha encantado toparme con ellas y con tu entrada: ha resultado para mí una especie de "madalena proustiana". No imaginas cómo me gustaban esas cartas...Aún recuerdo las caras de la familia bantú como si los tuviera frente a frente en este instante...
ResponderEliminarUn placer leerte.