Arrastro toda la semana un gran complejo de culpabilidad: creo que estoy formando una secta de profesores friquis. Ya sabéis que, de tanto en tanto, imparto cursos relacionados con las TIC y en ellos me deshago en alabanzas de las aplicaciones tecnológicas en el aula (a pesar de las carencias más que evidentes de algunos centros educativos -como el mío- en este sentido). Estos días en los que estamos con la ortografía y las TIC, unos aguerridos profesores (casi mejor decir profesoras, pues son mayoría aplastante) se pelean con los mil inconvenientes que surgen en esto de la interactividad, las cuentas de usuario, los plugin de flash, etc. (nos hemos acostumbrado a instalar todos los días el Firefox 3, pues el aula de informática se empeña en desinstalar todo por la noche, y andamos ya como Sísifo).
Los veo y las veo pelearse con páginas que se resisten a ser cargadas, con programas que no quieren instalarse bien o tienen ficheros corruptos (¿hasta aquí la política?), con imágenes que ocupan mucho o se ven poco. Sé, por experiencia, que algunos no seguirán más allá de lo que veamos en el curso, pero otros y otras, lamentablemente, habrán caído en las redes TIC, en este universo de profesores que ocultan su condición de docente de día y bloguero de noche, vendiendo sus experiencias por un puñado de comentarios.
Me siento culpable porque gentes de bien, como Balma, Lorena, Mayte, Carmina y tantos otros, han sido ya abducidas por esta pasión por las TIC, de la que no podrán librarse. Espero que algún día, a todos esos docentes que se han atrevido a modernizarse y a innovar les llegue el reconocimiento que merecen. Mientras tanto, me seguiré sintiendo culpable por haberlos convertido en un poco friquis.
Los veo y las veo pelearse con páginas que se resisten a ser cargadas, con programas que no quieren instalarse bien o tienen ficheros corruptos (¿hasta aquí la política?), con imágenes que ocupan mucho o se ven poco. Sé, por experiencia, que algunos no seguirán más allá de lo que veamos en el curso, pero otros y otras, lamentablemente, habrán caído en las redes TIC, en este universo de profesores que ocultan su condición de docente de día y bloguero de noche, vendiendo sus experiencias por un puñado de comentarios.
Me siento culpable porque gentes de bien, como Balma, Lorena, Mayte, Carmina y tantos otros, han sido ya abducidas por esta pasión por las TIC, de la que no podrán librarse. Espero que algún día, a todos esos docentes que se han atrevido a modernizarse y a innovar les llegue el reconocimiento que merecen. Mientras tanto, me seguiré sintiendo culpable por haberlos convertido en un poco friquis.
Crédito de la imagen: http://www.flickr.com/photos/49754617@N00/22690346