Como decía en mi nota anterior, para el curso que viene, además de continuar con 2º de Bachiller y con la docencia compartida de 2º de ESO, me tocará impartir los talleres de lengua de 2º de ESO y el trabajo monográfico de investigación de 4º de ESO. Hay un punto de masoquismo en todo ello, ya que me pasaré 13 horas semanales con los de 2º de ESO, la bestia, el nivel de secundaria que menos me gusta; a cambio, podré ensayar nuevos métodos en unas asignaturas que se estrenan este curso.
Según se detalla en el currículo oficial, del que he extraído lo necesario para las programaciones del taller de 1º y 2º de ESO (ver PDF), el taller instrumental de lengua tiene un enfoque muy práctico, como debería ser todo el ámbito lingüístico en el primer ciclo de secundaria:
Estas materias [Valenciano/Castellano] son instrumentales, por lo que se orientan a un saber hacer reflexivo que implica la adquisición de conocimientos para usar adecuadamente la lengua y la potenciación de actitudes de colaboración, de respeto e interés por el trabajo bien hecho. (...) Un primer paso para conseguir este objetivo y fomentar la autonomía en el aprendizaje es enseñar al alumnado a organizarse y a desarrollar estrategias de reflexión, lo cual se hará de forma muy pautada y con modelos claros al principio para favorecer la automatización de esas estrategias gradualmente. En el desarrollo de estas materias se debe considerar, también, la falta de motivación que suele incidir en el alumnado con una historia de fracaso repetido. Por eso es importante darles la oportunidad de plantearse metas alcanzables y a corto plazo, para hacerles ver la utilidad de su esfuerzo y que tomen decisiones, para que experimenten que son parte activa en su proceso de aprendizaje y que este puede ser gratificante; en definitiva, se trata de contribuir a aumentar las expectativas de éxito y la confianza en las propias posibilidades. Desde el punto de vista metodológico se recomienda la realización de proyectos de trabajo por tareas.(...) Los contenidos se organizan en tres bloques: La lengua como instrumento de aprendizaje y comunicación, Conocimiento de la lengua y Educación literaria. Esto no debe impedir que, en función del nivel y las características del alumnado, se pueda programar la materia desde un punto de vista global. En todo caso, siempre deberá primar el enfoque práctico y funcional. En cada bloque los contenidos se presentan numerados, pero esta numeración no responde a una secuencia ordenada ni una jerarquía determinada, sino que tiene como objetivo facilitar la localización y la referencia de cada contenido a la hora de programar el proceso de enseñanza-aprendizaje y la evaluación.
Creo que estas consideraciones, junto a las referencias a las competencias básicas, abren camino a unos enfoques más realistas de la educación secundaria. Ojalá se extiendan al resto de asignaturas y podamos por fin trabajar contenidos prácticos en estos niveles en los que lo teórico dura en la mente del alumno el tiempo justo para sobrevivir a los exámenes. Abordar las clases de lengua como talleres de tareas comunicativas sería una buena manera de acabar con las metodologías educativas del jurásico.
(continuará)
(continuará)
Crédito de la imagen: http://www.flickr.com/photos/76074333@N00/318034222
3 comentarios:
¡2ºde ESO!... Antonio, eres un valiente... :)
La verdad es que creo que es uno de los cursos más "interesantes" de la Secundaria: el más complejo y al que menos interés se le presta desde todos los ámbitos...
Pues nada, que mucho ánimo y que te seguiremos la experiencia.
Saludos de verano...
Este curso pasado tuve unos grupos 2º de ESO en los que el fracaso rondaba el 100%. Pero verlos trabajar, en las contadas ocasiones en que lo hacían, valía la pena. Ya te contaré.
Antonio, yo también daré 2º de ESO. Materia común.
Este mes de julio estoy cursando un posgrado en el que tengo que diseñar un proyecto colaborativo. No es ningún secreto que busco aliados.
Ya te contaré. El proyecto es muy realista.
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