El viernes se celebró el "solemne" acto de despedida de los bachilleres y la posterior cena de hermandad. Como suele ocurrir en este tipo de celebraciones, casi todo son tópicos y ritos repetidos año tras año. Pero, la emoción siempre aflora en los pequeños detalles, en las palabras sinceras en los corrillos, en las felicitaciones de las familias, en algunas lágrimas vertidas a escondidas. Un antiguo alumno le decía a sus amigos, orgulloso: "Leíamos poesías en clase..."
Y ahí estamos también los profesores, aprendiendo con ellos curso a curso. El año pasado escribía una nota emocionado por el vídeo de un alumno de bachiller; ahora he aprendido de él y he sido yo quien les ha regalado un vídeo a mis alumnos. Es la magia de enseñar y aprender. Y siempre nos queda algo de ellos.
Recuerdo todavía admirado el vídeo de tus alumnos del año pasado, y zas, ha pasado otro año. De golpe me ha zarandeado el tiempo porque me parece que fue hace pocos días cuando tuve la fortuna de verlo. Muy oportunos los versos de Jaime Gil de Biedma. Nunca volveré a ser joven. El vídeo tiene la carga inequívoca del tiempo irrepetible que jamás volverá. Un aleteo misterioso me ha agitado.
ResponderEliminarRecuerdo que hace un año coincidimos con las respectivas notas de despedida. Y, como a Joselu, la consciencia del paso del tiempo me ha sobrecogido.
ResponderEliminarSeguro que tus alumnos sabrán valorar la carga afectiva que hay detrás del montaje.
Genial el vídeo ...
ResponderEliminarY en cuanto al edificio ... no me digas que no tienen cierto encanto los edificios reciclados. Yo estuve en uno (público) que había sido convento de monjas, con su claustro y su Santa Teresa y todo ...
Ahora que un cuartel militar ... no sé yo, ... ja, ja.
Joselu: No sé si será por la (imparable) edad, pero te puedo asegurar que en este oficio el tiempo (o su percepción) pasa más rápido que en otros. A cambio, el contacto con los alumnos nos mantiene jóvenes :-)
ResponderEliminarLu: Me dijiste que acabaría enganchado al Movie Maker; es cierto, tendré que experimentar nuevas sensaciones.
MªJosé: Ojalá tuviésemos todo ese complejo para nosotros (en realidad lo compartimos con policías, bomberos, Samur, alzheimer, garantía social, club de la vespa, casa de Asturias, de Andalucía, etc.) El ambiente es más marciano que marcial y lo peor de todo es que esta promoción que se licencia no ha conocido un instituto con su cantina, su salón de actos, etc. Aunque les hubiese gustado más tu convento, habrás comprobado que se les ve felices.
Está genial profe, se nota que te quieren y les quieres y eso es lo primero que tiene que haber para poder aprender.
ResponderEliminarUn saludo, Montse
Hace pocos días yo también asistía a la repetida ceremonia y ese mismo post podría suscribirlo. Estoy contigo en que "Siempre nos queda algo".
ResponderEliminarPor cierto, en cuanto al video, ¡¡Me gustaría ser tu alumno!!.
Enhorabuena
Sin duda, Toni. Siempre nos queda algo de ellos; siempre queda algo de nosotros en ellos... Con tu regalo se lo pones un poquito más fácil: el recuerdo, la memoria... ¡Felicidades por tus progresos vídeo-gráficos y nos vemos por Barcelona!
ResponderEliminar"La magia de enseñar y aprender" es lo que hace que en un momento dado confluyan profesores y alumnos en actos de este calibre que van mucho más allá de una ceremonia rutinaria. Precioso el video, Toni.
ResponderEliminarAntonio, encargo cumplido...
ResponderEliminargracias...
http://blogs.hoymujer.com/index.php/losburkasdeoccidente/2008/06/05/memme_passion_quilt
REdonna
No sabes lo agradecido que estoy con tu comentario en mi blog. Desde ahora en adelante, que sepas que cuentas con un lector más, pues si la cosa acaba bien como espero, creo que de tu blog puedo aprender mucho.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Tristopositor
No sabes lo agradecido que estoy con tu comentario en mi blog. Desde ahora en adelante, que sepas que cuentas con un lector más, pues si la cosa acaba bien como espero, creo que de tu blog puedo aprender mucho.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Tristopositor