Hola de nuevo, Toni:
Los habitantes de la árida meseta siempre echamos de menos esa visión periférica que tenéis los de provincias, sobre todo desde ese Levante soleado y apacible en el que vives y en el que aspiramos languidecer en nuestra otoñal edad (ya sabes que me he comprado un apartamento en M**** d'Or que me da derecho a seis centímetros cuadrados de playa de arena reciclada).
Por eso, agradezco que vuestra iluminada Generalidad, a través de su Consejería de Educación, haya solucionado uno de los grandes trastornos de las leyes educativas: el tratamiento de los idiomas.
Parece que ya es oficial que Educación para la Ciudadanía se va a impartir allí en inglés y que para ello se van a contratar un montón de profesores interinos, prácticamente bilingües, que adoctrinarán a los tiernos infantes en los entresijos de la formación del espíritu cívico. Así vuestros alumnos, acostumbrados como están a escuchar a sus padres jurar en arameo -y a unas abuelas que saben latín-, aprenderán en un santiamén la lengua de Shakespeare, y no sólo la utilizarán para la informática y los ordenadores esos, sino para aprender valores como el respect, la friendship o la egalité.
Obnubilado por la grandeza de tal medida, sólo comparable a la de haceros trabajar por la cara durante el mes de julio, me he propuesto llevar a la práctica para todo el territorio nacional un programa parecido en el que se amplíen los idiomas vehiculares. He estado tanteando el mercado laboral y veo que hay suficiente oferta de profesionales superdotados para el francés y el griego, idiomas ambos comunitarios. ¡Incluso los hay de birmano, chico! Todo es ir llamando...
En cuanto a tu maravillosa Consejería, ya me contarás cómo organizan eso de manejarse con tanto idioma, porque si ya con el valenciano-catalán teníais follón, no veas ahora con el inglés. Sobre todo cuando vayan los padres a hablar con el profesor y aquél les suelte la parrafada a lo Molly Bloom; claro, si los chicos se tienen que tragar la clase en inglés, los padres no van a ser menos.
En fin, que no me enrollo más, que tengo aquí ya un teléfono en el que ofrecen un repaso de lengua. Ya te contaré.
Un abrazo de tu primo.
Por eso, agradezco que vuestra iluminada Generalidad, a través de su Consejería de Educación, haya solucionado uno de los grandes trastornos de las leyes educativas: el tratamiento de los idiomas.
Parece que ya es oficial que Educación para la Ciudadanía se va a impartir allí en inglés y que para ello se van a contratar un montón de profesores interinos, prácticamente bilingües, que adoctrinarán a los tiernos infantes en los entresijos de la formación del espíritu cívico. Así vuestros alumnos, acostumbrados como están a escuchar a sus padres jurar en arameo -y a unas abuelas que saben latín-, aprenderán en un santiamén la lengua de Shakespeare, y no sólo la utilizarán para la informática y los ordenadores esos, sino para aprender valores como el respect, la friendship o la egalité.
Obnubilado por la grandeza de tal medida, sólo comparable a la de haceros trabajar por la cara durante el mes de julio, me he propuesto llevar a la práctica para todo el territorio nacional un programa parecido en el que se amplíen los idiomas vehiculares. He estado tanteando el mercado laboral y veo que hay suficiente oferta de profesionales superdotados para el francés y el griego, idiomas ambos comunitarios. ¡Incluso los hay de birmano, chico! Todo es ir llamando...
En cuanto a tu maravillosa Consejería, ya me contarás cómo organizan eso de manejarse con tanto idioma, porque si ya con el valenciano-catalán teníais follón, no veas ahora con el inglés. Sobre todo cuando vayan los padres a hablar con el profesor y aquél les suelte la parrafada a lo Molly Bloom; claro, si los chicos se tienen que tragar la clase en inglés, los padres no van a ser menos.
En fin, que no me enrollo más, que tengo aquí ya un teléfono en el que ofrecen un repaso de lengua. Ya te contaré.
Un abrazo de tu primo.
Álvaro
Crédito de la imagen: www.flickr.com/photos/16591741@N00/278649026
La malévola idea del Camps puede salirle por culata, porque, imagina que los padres se interesan por una asignatura impartida en inglés como hacen algunos colegios privados. No sé qué pasará porque el tema todavía está en los tribunales, pero me sorprendo de lo tahúres que son algunas autonomía cuando se trata de enfrentarse al gobierno central. No son independentistas pero actúan como si lo fueran.¿Qué pasaría si esto se lo hiciera la Generalitat catalana al gobierno del PP? Serían tildados de lo peor. Tenéis una derecha que ya ya. Pobres valencianos progresistas. Un cordial saludo desde Galicia.
ResponderEliminarTe han dado un premio y espero que sea de tu agrado.
ResponderEliminarJoselu: Al margen de la ideología perversa que hay detrás de ello, me preocupa la 'imposibilidad' de llevar a la práctica tal medida sin que se convierta en una pérdida de tiempo para todos (quizá ese es el interés).
ResponderEliminarComo tutor, recibo muchas quejas de padres y madres sobre las clases de inglés: "Es que la profesora de inglés da las clases en inglés y mi niño/a no se entera de nada". En la clase de inglés, nada menos. Imagina cuando empiecen a suspender ésta.
Gracias, Vicente, por el premio.