Como anécdota, suelo contar en clase que una vez el maestro quería explicar la vida del ermitaño y dictó a sus alumnos:
Comía como vestía, dormía sobre una vieja estera; la vida del santo.
Pero un díscolo alumno escribió:
Comía como bestia, dormía sobre una vieja; esta era la vida del santo.
Si queréis ver más ejemplos para trabajar en clase, hay otra magnífica página con juegos de palabras que incluye una sección sobre signos de puntuación con textos realmente divertidos.
Crédito de la imagen: www.flickr.com/photos/83458659@N00/203619277
Veo cada día tantas barbaridades que creo que es difícil sorprenderme. Lo cierto es que humor no le saco al asunto, pero merece tenerlo, aunque hay que saber mucho de lengua para extraérselo. Y mis alumnos... Digamos que hacen lo que pueden o lo que les han enseñado (y no precisamente en la escuela). El descuido de la lengua nace en la familia.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con Joselu, pero a mí no dejan de sorprenderme. Además son tan divertidas...
ResponderEliminarSaludos
Yo siempre les cuento esta otra anécdota (¿Humor negro?)
ResponderEliminarEs una nota de pésame:
Lamento lo que debes de estar pasando por la pérdida (con o sin acento el significado es otro) de tu madre.
Tenéis razón: es una especie de humor negro, pero casi necesario si uno no quiere acabar dando calabazadas contra la pared.
ResponderEliminarGracias por el ejemplo, Lu. Hay otro también curioso:
"Esa profesora siempre enseña ingles".