También pudiera ocurrir que, al leerlos, penséis que ha valido la pena. En ese caso, habréis sucumbido al poder maléfico de los 'rarilargos' y vuestro disco duro quedará infectado de por vida, lo transmitiréis de generación en generación a través de blogs futuros, se extenderá como una plaga por los confines de la web 6.0, y una muchedumbre enfervorizada gritará por las calles: 'Libros, libros, libros...'.
Vale, vale, continúo:
16.- Gilbert K. Chesterton: El hombre que fue Jueves, El Napoleón de Notting Hill, El regreso de don Quijote.
'En los albores del siglo XX no había forma de saber qué terrenos pisaban los listos. Abundaban tanto que un bobo resultaba harto excepcional y, cuando aparecía uno, la multitud lo seguía por las calles, lo enaltecía y le otorgaba algún alto cargo en el Estado'.
El narrador de las novelas de Chesterton (la cita anterior pertenece a El Napoleón de Notting Hill) es siempre un ente escéptico, irónico y burlón que juega a los sobreentendidos con el avezado lector. De las tres novelas que cito, la primera es aceptable para un lector medio, la segunda exige mayor implicación y la tercera se convierte en una locura literaria.
17.- Flann O'Brien: El tercer policía.
También es tarea de locos descifrar los sentidos de esta novela, que mezcla lo real con lo onírico y lo literario con lo académico en un constante juego de burlas y veras. Precedente de la estética del absurdo, Flann O'Brien fue alabado por Beckett y Joyce, quien lee un libro suyo en su célebre foto de la lupa (si non e vero e ben trovato) .
18.- Lord Dunsany: En los confines del mundo.
Y siguiendo con otro irlandés, dedico un homenaje a la literatura fantástica que tan gran lista de raros ha dado: Poe, Lovecraft, Derleth, Howard, Bloch, Machen, etc. Todo un despliegue de monstruos y fenómenos paranormales que, en ocasiones, pueden degenerar en secta gótica (conviene apercibir de que este tipo de literatura es bien recibida por aquellos alumnos de lívida tez y negras ojeras, acompañados o no de labios negros y lentillas de gato).
19.- Jaroslav Hasek: Las aventuras del valeroso soldado Schwejk.
Andando de los serios a los paródicos, nos topamos con esta hilarante novela que pone patas para arriba la seriedad de todos los ejércitos y que desmonta la lógica de los salvapatrias. El soldado protagonista tiene un punto de Sancho Panza, aunque recuerda también a Cándido o el optimismo de Voltaire. Su contrapunto en el lado capitalista sería Ignatius Reilly de La conjura de los necios.
20.- Herman Melville: Moby Dick.
Alguno dirá que por qué Moby Dick es un raro (lo de largo es evidente), tratándose de un clásico que todos citan y que aparece en cualquier película de institutos de EEUU (junto con Whitman y El viejo y el mar). Pues, confieso que también me costó leerla (aunque me encantó), y considero que aguantar setecientas páginas entre esperma de ballena no es tarea fácil. Es más, supongo que, en los EEUU, Moby Dick será como nuestro Quijote: una obra imprescindible que pocos leen.
(continuará y acabará... creo)
Notas anteriores (I) - (II) - (III)
Crédito de la imagen: www.flickr.com/photos/19487674@N00/68772096
1 comentario:
Si suoieras los que de tu lista ya me leí...otros, nunca. Es que lo del tamaño pues que va a ser que sí, ji, ji, ji.
Un saludo.
Publicar un comentario