Ya llevo publicadas varias actividades de aula en esta bitácora (prometo crear etiquetas e índices algún día), pero, antes de continuar y como excusa ante posibles reclamaciones, deseo sentar dos premisas que considero fundamentales y sin las cuales nada de lo que publico funcionaría.
1ª) Todas las actividades que aparecen en los libros de texto resultan (a priori) aburridas y detestables a los alumnos.
2ª) Nunca hay que añadir el adjetivo 'obligatoria' a ninguna actividad que se proponga.
De la primera cuestión se desprende la necesidad de buscarse materiales y textos complementarios. Eso no quiere decir que renuncie sistemáticamente al libro de texto., aunque todos sabemos que los ejercicios del libro los hacen dos y los copian dieciocho. Quienes se apañan bien con su libro de texto, enhorabuena: no necesitan nada de lo que aparece aquí.
En cuanto a la segunda premisa, fundamental dejarles caer que todo es voluntario, que queremos cosas bien hechas, nada de chapuzas para salir del paso; a los que nunca entregan nada, siempre tendremos tiempo de recordarles que mandamos una actividad y que no la han entregado:
-Ah!, ¿pero no era voluntaria? Tú dijiste...
-Efectivamente, voluntaria, como lo es mi disposición para aprobarte o subirte nota en función de tu trabajo...
4 comentarios:
Hola Antonio!!
Sólo quería felicitarte por tu blog y darte las gracias por tus consejos.Espero ponerlos en práctica pronto (si Consellería gusta, claro).Un beso
Bienvenida, Celia. La consellería debería dar más oportunidades a la gente con ganas de trabajar (y de paso 'regalar' destinos aliviados a los que están más quemados que la pipa del papi de Pocahontas). Un saludo.
Hola Antonio, hace tiempo que aplico este truquillo de los ejercicios voluntarios, sobre todo para aquellos de ortografía que les resultan tan pesados. Parece mentira, pero cuando digo que son voluntarios los hace más gente que cuando son obligatorios ...
Con mi hijo de 5 años jugamos a un juego, y es el de que él hará lo contrario de lo que yo le pida. Si le digo "siéntate" se levanta, y al contrario. Me lo planteó él: "Mamá, si quieres que me siente, dime que me levante" ¿Será algo que llevamos innato los humanos?
A mí me encanta sorprender a mis alumnos con novedades. Las esperan. Y claro, eso conlleva aparcar el libro de texto, necesariamente.
No sabría trabajar la lengua sin salirme de los programas establecidos. Cada día hay un pretexto para introducir "realias" -textos de la realidad-. La prensa, y tú lo sabes mejor que nadie, es una fuente inagotable, pero existen otras.
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