Confieso: Yo era de los que rechazaba los elevalunas eléctricos. Soy una víctima de lo que Enrique Dans llama el Síndrome del elevalunas. Por eso, rechazo ahora todo escepticismo respecto a la implantación de las TIC en el aula, y por eso también quería empezar fuerte este curso con algún proyecto de bitácora de aula.
Pero voy leyendo experiencias de unos y otros y le voy cogiendo miedo. Creo que el post de la Bitácora de Aníbal de la Torre lo resume muy bien (por cierto, me quedo con los conceptos de nativo e inmigrante digital que comenta Francis Pisani, en un artículo aparecido en El País del día 27-10-2005, que van acordes con estos tiempos fronterizos). Es más, otro "caso verídico", me lleva a moverme con pies de plomo, aunque sé que hay profesores que están llevando a cabo experiencias más que positivas.
De todos modos, antes de volver a subir las ventanillas con manivela, me pelearé con los elevalunas eléctricos. Desde luego, hay que ver lo que se aprende (y lo que se sufre) tirando de hipervínculos.
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